Según informó la organización del, los pilotos salieron de la localidad de Fiambalá hacia el paso San Francisco, situado a más de 4.700 metros de altitud. Este paso fronterizo se encuentra cerrado por las autoridades chilenas, aunque se ha permitido de forma excepcional que el convoy del Dakar lo transite.
Autos, motos, camiones y cuatriciclos debieron recorrer los 641 kilómetros que tenía la sexta especial, aunque lo hicieron en enlace y el itinerario inicial se modificó en la segunda parte para llegar a Copiapó.
La competición regresará este sábado con la séptima etapa con un circuito en bucle en Copiapó, que sumergirá a los pilotos en el desierto de Atacama. Será la primera gran prueba para todos los competidores, con 419 kilómetros cronometrados por caminos arenosos y montañas de dunas antes de la merecida jornada de descanso.