Enfermeras aportaron datos sobre el nacimiento de los mellizos de Raquel Negro en el Hospital Militar, mientras Berduc se excusó en su falta de memoria

Por Betiana Spadillero Gaioli
(de ANALISIS DIGITAL)

Sin la presencia del agente retirado Walter Pagano, quien siguió las audiencias desde una habitación contigua, se produjeron nuevas testimoniales ante Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Paraná. En tanto, los ex miembros del Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario Juan Amelong, Jorge Fariña, Héctor González y Pascual Guerrieri, y el médico Zaccaría, permanecieron a lo largo de la jornada, sin supuestas descomposturas ni reclamos.

La audiencia de este jueves reunió a cinco profesionales de la salud que desempeñaron funciones en el Hospital Militar. No obstante, como ocurrió con la declaración de Ferraroti, las enfermeras parecieron recordar más que los médicos que tuvieron participación directa en la atención de Negro y el nacimiento en cautiverio de sus hijos.

Los abogados defensores prefirieron hacer pocas preguntas, aunque insistieron en si los deponentes conocían a Paul Navone –quien fuera jefe del Destacamento 122. También buscaron generar algo de confusión en las testigos, pero los magistrados Roberto López Arango, Lilia Carnero y Juan Carlos Vallejos, no permitieron que se desdibujen las declaraciones.

Cabe señalar que los ex militares son representados por el defensor Oficial Mario Franchi, y el anestesista por el abogado Humberto Franchi. En tanto, por el Ministerio Público Fiscal están José Ignacio Candioti y Marina Herbel. Por las querellas Álvaro Baella y Ana Oberlin –Abuelas de Plaza de Mayo-, Florencia Amore y Álvaro Piérola –Sabrina y Sebastián, e Hijos por la Identidad y la Justicia, contra el Olvido y el Silencio- y Lucas Ciarnela -Secretaría de Derechos Humanos de la provincia.

Dieron conmovedores detalles del nacimiento de los mellizos

Una mujer que trabajó 25 años en el Hospital Militar contó sobre el arribo de Negro, quien estuvo unos “15 días” internada. “Llegó una chica y la pusieron en una habitación que estaba en la guardia médica. Me contó que estaba en (la Quinta de) Funes y que tenía un nenito que estaba con la madre. Sabía que iba a tener mellizos, porque venía con los estudios hechos de Rosario, tenía la ropita para los bebés”, refirió.

Enseguida, agregó que la joven le dijo que “la habían traído de Mar del Plata o Bahía Blanca por ahí, y la habían arrastrado al sacarla de Funes, la habían maltratado, tenía lesiones en la cola”. Además, le manifestó “que ella con el asunto del marido no tenía nada que ver y que él estaba muerto”.

Paso seguido, relató: “El suboficial Juan Vergara me mandó a que la atendiera, pero me dijo que no hablara con ella. Me llamó la atención que muy pocos iban a verla. Del hospital nunca vi a nadie que se le acerque, se turnaban para custodiarla, dormían en esa misma habitación. Ella hablaba con uno de los muchachos que estaban ahí, vestidos de civiles, no eran del hospital. En la ventana le habían puesto una reja, algo precaria”.

Narró el nacimiento de Sabrina y su hermano: “Cuando nació el varoncito, Raquel lo tocó, lo abrazó. Después lo sacaron dos personas que yo no conocía, que me dijeron que el chico no estaba bien. Aunque yo no noté nada fuera de lo normal, si se descompensó después no sé, porque yo no lo vi más. Después nació la nena y se quedó con la madre”.

“Al día siguiente no estaban, pregunté por la parturienta y nunca más supe nada, me dijeron que la llevaron los familiares. Creí todos estos años que los chicos estaban con la madre, nunca supe fueron llevados a Terapia”, enfatizó.

Luego, expresó que no recordaba quién asistió el parto, “pero que no era personal” del nosocomio y que Zaccaría no intervino. Sobre la hora, no pudo dar precisiones, aunque detalló que “hacía calor, era febrero o marzo”. Si bien subrayó que se producían “pocos” nacimientos, advirtió que “a veces llegaba y encontraba que habían usado” la sala: “Una vez pregunté y me dijeron que hubo un aborto en curso”, deslizó.

Un enfermera relató sobre la atención de una embarazada en el nosocomio

Ante el Tribunal, Gregoria Yolanda Piquet contó sobre su contacto con una embarazada. “Una vez estaba haciendo consultorio y se arrimó debajo de la ventana un auto grande y viejo, y bajó un señor, que era el acompañante del conductor, hizo bajar a una chica rubia, jovencita, y la llevó al consultorio, donde se les hicieron los estudios”, narró.

A su vez, la enfermera partera precisó que estaba de “siete meses”, y que el “panza era pequeña” por lo que estimó que no habría dos bebés en el útero. También evaluó que “era primeriza”, por el tamaño “del tracto vaginal”. Dejando abierta la posibilidad de que se trate de otra detenida-desaparecida que haya pasado por la maternidad clandestina.

“Luego me dieron la orden de que le explicara cómo iba a ser el trabajo de parto. No sé quién era porque no habló nada, sólo hacía gestos con la cara”, apuntó, y aseguró que “no apareció nunca más en Paraná”. La testigo sostuvo si bien llegó en un auto “se podía circular adentro del hospital”.

Según la deponente, “en ese momento estaba el doctor (Jorge) Cantaberta” y otra enfermera. “Fue la única vez que pasó eso”, enfatizó. También confió que le llamó la atención la presencia de ese hombre de civil que permanecía al lado de la mujer.

Berduc: “No se podía averiguar mucho, sabía que era una detenida y nada más”

“Fui cardiólogo y médico terapista del Hospital Militar”, detalló Berduc, uno de los testigos más esperados en el juicio, sin embargo, el especialista declaró con total liviandad y evitó dar datos de importancia.

Interrogado por el fiscal Candioti sobre el nacimiento de los mellizos, expresó: “En principio en la instrucción no me acordaba, porque pasaron 30 años y mi mente no es la misma. Luego en el careo con Barattero recordé que hubo unos bebés. Uno tenía cardiopatía congénita severa”. Tras lo cual brindó una explicación técnica para fundamentar su intervención.

“En ese momento no había neonatología para hacer los estudios necesarios a los niños, para confirmar la cardiopatía de la nena, la del nene era severa, lo que requería de decisiones muy drásticas”, continuó, y aseguró que “Ferraroti tuvo poco que ver con el niño”. Igualmente, dijo que le manifestó al "doctor Beret" la necesidad de trasladar a los menores, aunque negó conocer cuál fue el destino final de los hijos de Negro y Tulio Velenzuela.

“Me dijeron que el niño había fallecido, pero eso no lo sé”, apuntó luego. De la misma manera, aclaró que firmaba lo que le "indicaban" sus colegas: “Me fijaba en las historias clínicas y no cómo estaban registrados. Es duro ver un niño que se está muriendo. Fue la emotividad de esa imagen lo que me trajo esos recuerdos”, indicó.

Incluso aseveró que “no averiguó” qué pasó con la madre ni indagó en su historia clínica: “En ese momento no se podía averiguar mucho, sabía que era una detenida y nada más, no me acuerdo quién me dijo eso. No la atendí porque no tenía ninguna patología de mi incumbencia, además nosotros no teníamos contacto con esas personas, por lo que podrían habernos dicho”, asentó.

“De todo corazón quisiera recordar, porque creo que es un deber del ciudadano colaborar con la Justicia, pero pasaron 30 años”, insistió el médico sindicado por otros testigos como el responsable de definir el traslado de los mellizos. De hecho, admitió que propició el alta, pero no la dio, “porque la daba el jefe de servicio”.

“Me llamaron cuando los bebés estaban en Terapia, no recuerdo quién fue. Su ingreso lo podía disponer cualquier médico, pero no sé quién fue en ese caso”, reafirmó. Sobre las tareas de Zaccaría, destacó que “su función era más bien administrativa, disponía que se compraran las cosas, los turnos, esas cosas”.

Párrafo seguido, remarcó que “por la patología” del nene no pudo haber salido del Instituto de Pediatría sin una intervención de riesgo, “es imposible que haya sido en forma natural”, certificó. En esa línea, especuló que “una vez estabilizado” pudo haber sido llevado a algún centro de salud de Rosario, La Plata o Buenos Aires. “Ojalá que haya tenido la oportunidad de sobrevivir”, volvió a manifestar haciendo cara de apenado.

“No sabía de qué se trataba. Nosotras éramos civiles”, realzó Barattero

Alicia Haydeé Camino de Barattero refirió a la mañana en la que se encontró con los mellizos en la guardia de Terapia Intensiva. Si bien el relato tuvo contradicciones, que fueron advertidas por el Tribunal, finalmente la empleada pasó en limpio que ella entró a cumplir funciones a las 6 y ya estaban los menores, ingresados como NN en la planilla correspondiente.

Según indicó, esa madrugada estaba de turno Berduc, quien le pasó la guardia a Ferraroti. Este último fue el que “llamó al Instituto de Pediatría para que se lleven a los bebés y a eso de las 9 llegó una ambulancia con dos incubadoras”. La mujer remarcó que se armó cierto revuelo por la situación porque no era habitual la presencia de niños en el nosocomio, además apuntó que “la nena estaba bien y el varón tenía algunos problemas, estaba más descompensado, la nena era más fuerte a él le faltaba maduración”.

Consultada por el Ministerio Público Fiscal, Barattero aseguró no saber “de dónde venían” los mellizos ni haber conocido a la madre, sólo se limitó a afirmar que escuchó comentarios al respecto. “No sabía de qué se trataba. Nosotras éramos civiles. En ningún momento recibí ninguna llamada ni nadie me informó lo que estaba pasando”, sostuvo la testigo.

Luego dijo que cuando vino la ambulancia llegó Zaccaría, que era el jefe de Terapia Intensiva. “Berduc se retiraba y llegaba Ferraroti que fue el que llamó al Instituto”, reafirmó. “Pero yo sólo cumplía órdenes. Una enfermera, como profesional, respeta lo que el médico hace, en cualquier situación”, insistió, al tiempo que sostuvo que no podía “certificar” cómo se produjo el ingreso de los menores. A su vez, comentó que al mediodía la suplantó Rosita Deharbe.

Por último, se le pidió que brinde detalles de la distribución de las salas en el nosocomio, a fin de mostrar que la imposibilidad de que nadie haya percibido el ingreso de Negro, el traslado de sus hijos y el destino de la detenida-desaparecida.

Sobre si preguntó por el destino de los bebés, señaló que le consultó a Zaccaría y éste le dijo que “se llama a los familiares para que los retiren”. Mientras que en lo concerniente al nacimiento de los mellizos, nombró como responsables del área a Miguel Bottero Brolio y Cantaberta, aunque negó rotundamente tener conocimiento de que hayan participado del parto.

Deharbe refirió a la intervención de Berduc y Zaccaría

Por su parte, Deharbe relató que dio atención a uno de los mellizos, “con ayuda de Berduc, que era el médico de ese día”. También manifestó que cuando arribó al nosocomio Zaccaría estaba en el pasillo: “El bebé figuraba como NN. Eso lo ha escrito el doctor, porque era el que llevaba el control de todo”, apuntó.

“Era enfermera de Terapia y como no teníamos pacientes, hacíamos guardia pasiva y estaba cumpliendo el horario de 12 a 18. Como a las 16 me avisaron que había una parturienta que iba a tener mellizos, que tenía que preparar la incubadora, la bombita para aspiración y todos los elementos para bebés”, narró la testigo.

De inmediato, añadió: “Nos dijeron que eran mellizos, de ellos llegó un bebé, cuyo sexo no supe porque no lo desvestí, pero me dijeron que era la nena, que estaba cianótica, con insuficiencia respiratoria. La acosté en la incubadora y empecé a hacerle la aspiración, con ayuda del doctor Berduc, que era el médico de ese día. Recibía indicaciones de él”.

Deharbe manifestó que cuando arribó al nosocomio Zaccaría estaba en el pasillo. “Me dijo que había una parturienta y que los mellizos iban a venir al servicio”, precisó. Respecto a la registración de los menores, especificó: “Nosotras tenemos una hoja de enfermería, donde están todas las indicaciones de los médicos y debajo están las actividades por horario, en el rótulo de arriba están los datos del bebé y el médico tratante. El bebé figuraba como NN. Eso lo ha escrito Zaccaría, porque era el que llevaba el control de todo”.

Respecto a la madre sostuvo que no supo cómo estaba, incluso remarcó: “El Hospital Militar está dividido en pabellones. La gente de Terapia ni de Sala 1 tenía contacto con Maternidad”. No obstante, interpelada por la Fiscalía, recordó que Negro fue llevada a la habitación 5 tras el parto: “Pasé por el hall por donde estaba la paciente y había una cantidad de efectivos del Ejército mayor a la habitual, unas 20 personas y estaban armadas, con el uniforme militar”, contó.

Además, afirmó que “al bebé al otro día lo llevaron a un centro privado”, y mencionó que durante la tarde que estuvo de guardia Berduc “llamaba diciendo de que había un bebé con insuficiencia respiratoria y solicitaba cama”, pero “al otro día ya no estaba”.

Finalmente, señaló que la reemplazó Delia Olivera, y acotó que Barattero le dijo que “Ferraroti siguió atendiendo a los bebés y fue quien ordenó su derivación” al Instituto de Pediatría.

Los hechos que se investigan en la causa

La causa tuvo su inicio en la denuncia realizada el 18 de mayo de 2005 por el entonces coordinador del Registro Único de la Verdad, Guillermo Germano. En la presentación hizo referencia a dos clases de hechos: la internación de mujeres en estado de gravidez en el Hospital Militar de Paraná, quienes se hallaban privadas ilegítimamente de su libertad; y el asesinato y entierro clandestinos de personas en el Escuadrón Comunicaciones

En ese contexto, se investiga la apropiación de los hijos de la desaparecida Raquel Negro, quien fue detenida ilegalmente al igual que su pareja Edgar Tulio Valenzuela y su hijo menor Sebastián Álvarez, el 2 de enero de 1978 en Mar del Plata. La mujer fue trasladada desde la Quinta de Funes en Rosario hasta el nosocomio castrense, donde dio a luz a los mellizos, uno de los cuales, Sabrina Gullino, recuperó su identidad en diciembre de 2008.

La joven fue abandonada el 27 de marzo de 1978 en la puerta del Hogar Huérfano de Rosario, desde donde fue dada en adopción por Raúl Gullino y Susana Scola. De su hermano mellizo no se ha logrado aún determinar su destino.

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