Entre Ríos “es la provincia menos competitiva de la Argentina debido a la suba de impuestos que llevó adelante el gobernador Sergio Urribarri y a eso hay que sumarle que hay una pérdida de competitividad a partir de la inflación, que el gobierno no admite, y por el atraso cambiario que hay”, aseguró el productor a Aim. Sin embargo, aclaró que comparte las metas productivas de 160 millones de toneladas de granos que se puso el gobierno, pero indicó que desde el Estado “no dicen cómo piensan llegar a eso porque falta infraestructura, certeza en los mercados y que se reduzca la presión impositiva”, y explicó que “lamentablemente, por las malas políticas de Estado, se desperdiciaron los últimos diez años, pero sabemos que el futuro el país es muy bueno, pero necesitamos autoridades que también estén a la altura de ese desafío y la oportunidad que nos da el mundo nuevamente”.

En ese marco, señaló que representar a los productores de la Nación “en el momento en que le mundo le vuelve a dar al país una gran oportunidad demandando alimentos, productos elaborados y energías renovables es una propuesta muy importante porque el sector privado, es decir, el campo, el productor agropecuario, está a la altura del desafío porque es joven, dinámico, invierte, arriesga y es eficiente porque está a la cabeza de los productores más eficientes del mundo y está acostumbrado a trabajar en red, a dar lo mejor de sí mismo y a utilizar las últimas tecnologías amigables con el medio ambiente, porque conserva y cuida su herramienta que es el suelo y que en definitiva es hoy el que está llamado a aceptar este desafío que es producir alimentos para la Argentina y el mundo”.

Sin embargo, aclaró que “sí bien el sector privado está a la altura del desafío entendemos que el sector público se tiene que dar cuenta de la importancia que tiene poder llevar adelante políticas que ayuden al campo a expresar toda su potencia”, y deseó “que se pueda llegar, en algún momento, con los gobiernos o con el gobierno de turno, a poder trabajar en forma coordinada para que el país pueda aprovechar la demanda internacional de alimentos y se pueda expresar todo el potencial que posee el campo argentino en la producción de alimentos y de energías renovables”.

Ante esa cartografía, aclaró que el futuro de Argentina “es brillante, muy bueno, porque sabemos que ocupará el rol en el mundo que se merece a partir no solamente de la producción de materia prima sino también de alimentos elaborados y de energías renovables, pero hace falta que el sector público se dé cuenta de que no podemos vivir aislados del mundo: no nos podemos encerrar en nosotros mismos, no podemos estar con trabas a la importación y a la exportación, al trabajo, es decir, al desarrollo”.

Para finalizar, subrayó: "Acá se debe entender que el campo es parte de la solución y no del problema, porque el 60 por ciento de las dividas del país y el 35 por ciento de la mano de obra” es generado por el sector agropecuario por lo que los gobiernos “deben sentarse a dialogar con la mesa de enlace y no profundizar estas prácticas que están haciendo poco rentable al sector”.