El partido fue pobre, de bajo vuelo y discontinuo. El equipo de La Paternal comenzó a resolverlo a su favor a partir de un error garrafal del arquero de Racing, Pablo Torresagasti. Cuando se terminaba el primer tiempo, un centro intrascendente desde la derecha enviado por Gustavo Oberman se escapó por entre las manos del guardavallas y luego las piernas de Andrade. Por ello, Morales solamente la tuvo que empujar con el arco vacío.
En la segunda etapa una genialidad de Peñalba, que definió desde una posición complicada, sin mucho ángulo y con una emboquillada exquisita por encima del arquero, resolvió un encuentro que se le estaba complicando a Argentinos. El Bicho, que jugó con todos sus titulares, no pudo demostrar hasta el segundo gol la superioridad que marcan las dos categorías de distancia que existen con respecto a su rival.
Racing, por su parte, se defendió con prolijidad y orden, pero careció de juego y rebeldía para ensayar una reacción. El segundo gol de Morales, tras una gran habilitación de Pablo Hernández, decoró un resultado demasiado abultado para lo mostrado por los dos en la cancha, da cuenta Télam.