Molaro había respondido a pedidos de trabajadores para dos campos distintos. La Policía solicitó a uno de ellos que pautara una entrevista laboral con él. Así lo atraparon. Lo buscaban en la zona del Delta entrerriano, en Corrientes, Buenos Aires y Mendoza.
Tenía pedido de captura internacional y hasta el gobernador entrerriano Sergio Urribarri habló con el presidente paraguayo, Fernando Lugo, cuando una pista firme señaló que podría estar en Asunción.
La historia comenzó el sábado 21 de enero, cuando Molaro disparó tres veces a quemarropa contra su amigo de la infancia, también de 22 años, futbolista, operador de radio y locutor en FM 100 de Cerrito, una localidad ubicada a 40 kilómetros de Paraná. Una bala dio en el brazo y dos le perforaron el abdomen.
Antes de caer en coma, Céparo alcanzó a dar el nombre del agresor. Internado en terapia intensiva, resistió casi cuatro días.
El pueblo hizo una marcha masiva pidiendo justicia y la urgente detención del asesino. También realizó una volanteada en la ruta para repartir fotos del sospechoso. Anoche estaba prevista otra movilización.
Molaro huyó. En su auto, hallado en la localidad de La Paz, se encontraron tres armas: un revólver calibre 357, uno calibre 44 y otro calibre 40. Y un pasaje de colectivo a Corrientes. Al principio, se pensó que era para despistar.
¿Cómo se ligó esto con Paraguay? “La investigación policial fue igual hasta Corrientes, y logró determinar que Molaro había hecho dedo, luego había comprado otro boleto de colectivo con su nombre, que pasó la Aduana de Clorinda también con su nombre y que se alojó en Asunción como ‘Molaro’” –respondió Rosatelli a Clarín -. Y no fue por ingenuidad: estaba dejándonos clara la pista de que había salido del país”.
No hay registros, por el contrario, de reingreso a la Argentina. Es posible que haya cambiando, ahí sí, su nombre. Compró el celular y, aunque llevaba unos 20 mil pesos consigo, hizo changas porque temía que se le acabaran.
Atendió en un restaurante y buscó trabajo en el campo. Gracias a las escuchas telefónicas y a las llamadas que hizo en esos trámites, retornó a Resistencia la comisión que estaba en Paraguay.
Trabajaron juntos la Policía entrerriana, la chaqueña y la paraguaya, bajo la coordinación del juez de Instrucción a cargo, Elvio Garzón. El padre de la víctima, Luis, dijo que la detención “trae paz: ahora Alexis puede descansar en paz”.