El abogado e integrante de la Liga Argentina de los Derechos del Hombre, José Iparraguirre se reunió ayer con las dos meretrices que denunciaron a un grupo de entre 15 y 19 jóvenes por violación, y con integrantes de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR). Iparraguirre adelantó que según el relato de las dos meretrices, -a quienes les habrían ofrecido 200 pesos para dejar de lado la denuncia- “las sometieron anal y vaginalmente y también a mantener sexo oral contra su voluntad y después las dejaron en la calle y con las ropas en la mano”.

Tras confirmar que realizaron la formal denuncia en la Fiscalía de turno de los Tribunales de Paraná, acusando a un grupo de entre 15 y 19 jóvenes de haberlas violado y golpeado durante una fiesta a las que las llevaron contratadas, dos mujeres que ejercen la prostitución en Paraná, acompañadas por Claudia Carranza y Norma Torres, dirigentes de la Asociación de Mujeres Meretrices Argentinas (Ammar), se reunieron anoche con José Iparraguirre.

“Son dos mujeres, ambas madres, que viven de la prostitución y que me contaron lo ocurrido el viernes, tras lo cual me tengo que constituir en su representante, ya que solicitaron que las represente legalmente. Aún no he tenido acceso a la causa formalmente, e incluso no sé si la doctora Marcela Badano -jueza de Instrucción de turno- sigue frente a la causa, ya que escuché comentarios de que podría excusarse pues mantiene una relación familiar con un dirigente del club (Estudiantes) al que pertenecerían los supuestos agresores”, expresó Iparraguirre.

El abogado integrante de la Liga Argentina de los Derechos del Hombre mencionó que “lo que me contaron las denunciantes fue que ellas estaban trabajando el viernes a la noche en la zona de la terminal de ómnibus, en el sector de la Plaza Martín Fierro, cuando vinieron a buscarlas en un auto y les propusieron concurrir a una fiesta. Cuando llegaron al lugar, esperaban que les pagaran por adelantado, como es común en este ambiente, pero se negaron a cumplir con lo que habían pactado, entonces ellas optaron por intentar retirarse; y allí, según me dijeron, fueron tomadas por la fuerza y varios de los que estaban en el lugar las sujetaban, mientras otros las violaban. Según lo que narraron, las sometieron anal y vaginalmente y también a mantener sexo oral contra su voluntad y después las dejaron en la calle y con las ropas en la mano”.

Agregó a El Diario que “mientras ellas se volvían, caminando y golpeadas, uno de los muchachos que había estado en la fiesta las siguió con un auto y las alcanzó. Me contaron que ese muchacho les pidió disculpas por lo que habían hecho sus compañeros y les dijo que él no había participado de semejante cosa, y que lo único que tenía en ese momento en el bolsillo para darles era cinco pesos, pero que se los daba y las iba a llevar de regreso en el auto para que no se fueran caminando”.

Respecto a las versiones de que esa fiesta a la que asistieron contratadas en una quinta en cercanías de barrio Los Pipos, se trataba de una fiesta en homenaje a un egresado de la carrera de Kinesiología, y que eran todos jugadores de rugby del Club Estudiantes, se explicó que la versión de las denuncias se desprende de “todo lo que les contaron estos muchachos, antes del desenlace violento y el muchacho que las alcanzó luego. Ellas fueron al otro día a esa quinta para averiguar a quién pertenecía y también fueron al Club Estudiantes, para averiguar quiénes eran estas personas”, contó Iparraguirre.

Otra versión que circuló ayer mencionaba que gente de la institución deportiva habría sabido de la presencia de las meretrices requiriendo datos en el club, donde se comentaba que buscaban cobrar 200 pesos que era lo que tenían que pagar aquella noche los ahora acusados.

“Por lo que me contaron a mí, es verdad que fueron al club y que se entrevistaron con alguien, pero no buscaban cobrar, aunque sí me dijeron que les ofrecieron 200 pesos para terminar con esta historia y ellas no aceptaron”, comentó Iparraguirre.

Tanto los nombres de las dos prostitutas denunciantes como los de los acusados por ellas no han trascendido públicamente. En razón de esto, el abogado dijo que “ellas momentáneamente van a preservar su identidad ya que quieren instalar seriamente esta denuncia en la Justicia y no conocen los nombres de los agresores, pero están dispuestas a realizar un reconocimiento en rueda de personas, para lo que se esperarán los trámites legales correspondientes”.