El equipo que dirige Edgardo Bauza salió con todo, como era de esperar, en busca de un gol que le abriera el camino. La figura de Marcelo Barovero se hizo presente y, con la ayuda de los palos, impidió la caída temprana de su valla que hubiera significado un golpe anímico muy importante.

La potencia de Hernán Barcos, quien fue titular al igual que Norberto Araujo, complicó una y otra vez. Sin los lesionados Víctor Zapata y Santiago Silva, el conjunto de Gareca aguantó como pudo e intentó preocupar con Ricardo Álvarez, Maximiliano Moralez y Juan Manuel Martínez.

La suspensión durante 17 minutos por falta de luz fue océano en el desierto para los de Liniers. Sin embargo, en la reanudación el local tuvo las más claras con un bombazo de Barcos que dio en el travesaño y un disparo de Enrique Vera que pegó en el palo tras una nueva intervención de Barovero.

La lesión de Moralez parecía complicar todo, pero David Ramírez -su reemplazante- fue protagonista en la jugada que sentenció la historia. La presión de Augusto Fernández derivó en el Mago y el pase del ex Godoy Cruz dejó solo a Ricardo Álvarez, quien con mucha clase enganchó y marcó.

Ya con la desventaja en el marcador, y la obligación de convertir cinco goles para clasificar, Liga de Quito no tuvo reacción. El equipo ecuatoriano desperdició las pocas chances que generó y volvió a caer frente al único club argentino que le había podido ganar en su estadio.

En el complemento el juego fue más parejo a raíz del desorden del local, que fue para adelante por el amor propio de Barcos. El Burrito Martínez, quien estuvo en duda hasta último momento por una molestia, tuvo su chance para aumentar la cuenta con un mano a mano fallido.

Finalmente, a los 35 minutos del segundo tiempo, el Fortín decoró el resultado. Otra nueva asistencia de David Ramírez, de muy buen trabajo, dejó sin marcas al también ingresado Iván Bella para que definiera de zurda y le pusiera cifras definitivas a una noche perfecta para los de Liniers.

Sólo quedó tiempo para la expulsión de Jorge Guagua a tres del cierre por un patadón sobre Agustín Vuletich, quien había entrado un rato antes. Ya era todo alegría de Vélez, líder en el Torneo Clausura y a la espera de Libertad para mantener el gran sueño de conquistar otra vez América.