No arrancó sencillo el primer tiempo del Fortín ante un rival eliminado que no tenía nada que perder. Tuvo la pelota en el medio, pero en zona de creación se topó con la muchedumbre que agrupó el conjunto de Eduardo Saragó y no le bastó con los cambios de ritmo y los intentos de profundidad de Maximiliano Moralez o la aceleración de Juan Manuel Martínez para quebrarla.

Por el contrario, le costó llegar, y cuando perdía el balón y la visita apostaba a la salida rápida arriesgaba de más, con un Emiliano Papa a medio camino entre defender y atacar y muchas veces quedando mano a mano Sebastián Domínguez o Nicolás Otamendi contra algún adelantado venezolano.

Si bien Emerson Panigutti cometió una ignorada mano en el área en los minutos iniciales y Moralez definió por arriba, Deportivo Italia creó serio peligro con un disparo alto de Cristian Cásseres y una escapada de Diomar Díaz que dejó pagando a Otamendi y se topó con una gran salvada de Germán Montoya.

Pero a los 41’ los de Ricardo Gareca por fin encontraron la forma de quebrar a la visita. Papa ejecutó un tiro libre frontal al corazón de área, Zapata arrancó en posición dudosa y alcanzó a puntear el balón solo frente a Allan Liebeskind. Así llegó el esperado alivio a Liniers. Y empezaba otro partido.

Es que a partir de entonces Vélez no dio respiro. Se jugaba el primer minuto del complemento cuando encaró Martínez en el área y, entre el toque que recibió de Javier López y su exagerada caída, ganó un penal para que se relamiera Rodrigo López. El uruguayo lo ejecutó a la derecha del arquero y estiró diferencias a los dos minutos.

La última ráfaga de reacción que esbozó Deportivo Italia se cristalizó en un tiro elevado de Amir Buelvas y otro de Cásseres que ahogó Montoya. El gasto se sintió duro después en el espíritu venezolano, y el dueño de casa fue por más en búsqueda de aumentar la inyección anímica. López y Moralez remataron afuera, pero desde entonces no faltaría más puntería.

El uruguayo asistió a los 27 minutos en profundidad a Papa, quien ingresó al área, se acomodó para la zurda y tocó la pelota por sobre el cuerpo y a la derecha de Liebeskind. Y a los 38’, cuando lo realizado por los argentinos ya era un monólogo, Moralez avanzó por izquierda, buscó a Fabián Cubero, el balón pegó en el taco de un defensor y López entró de atrás para mandarlo a la red con un disparo rasante y a la derecha del guardameta. Broche de oro, partido terminado y fiesta en el José Amalfitani.

Segundos después del pitazo final del juez se confirmó la igualdad en Chile y la alegría fue completa. Vélez había vuelto con todo, tomado la confianza que necesitaba y ganado su grupo. Al menos por ahora, no puede pedir nada más, señala TyC Sports.