Tras jurar por la patria y su honor, el primer mandatario provincial dio un largo discurso donde trazó los que serán los principales ejes de su gestión en todas las áreas -que, aseguró, fue construido a partir de las demandas que le hizo a gente durante la camapaña electoral- los que se comprometió a encarar con diálogo y el consenso.

Además de agradecer a su familia, estuvo a punto de quebrarse cuando recordó a su padre Roberto, a sus maestros en la vida y en la política, especialmente a Guillermo Estévez Boero y Raúl Alfonsín, Lifschitz, tuvo palabras de agradecimiento para quienes fueron sus adversarios políticos.

“Miguel del Sel y Omar Perotti fueron dignos adversarios y los respeto. Estarán a mi lado para compartir su visión de la provincia y enfrentar los problemas del presente”, dijo sobre los candidatos de junio. También agradeció a los senadores porque de ellos aprendió a conocer “el valor del territorio y los departamentos como expresión política e histórica de la provincia”.

Por otro lado manifestó un especial reconocimiento a Hermes Binner y Antonio Bonfatti: “Porque abrieron el camino por el que me toca transitar y porque me brindaron su respaldo incondicional. De no ser así, no estaría aquí y estoy seguro que serán un gran apoyo”

“Hace 32 años juraba el primer gobernador de ésta provincia tras la dictadura. Por entonces era un joven militante socialista que creía en que la construcción de un país con equidad, igualdad y justicia social era posible. La realidad me mostró que es más complejo”, dijo.

Lifschitz enfatizó que en las últimas elecciones los santafesinos dejaron un mensaje claro: “nadie es dueño de la verdad y nadie puede arrogarse la representación de la totalidad. La impronta del nuevo gobierno debe ser dialogo y la construcción colectiva”.

“El pueblo santafesino me dio un mandato que voy a honrar. No va a haber un minuto de los próximos cuatro años en los que no pondré todo mi esfuerzo. Quiero retirarme con la conciencia tranquila de haber puesto todo de mi”, enfatizó.

Lifschitz se comprometió ante la Asamblea Legislativa a trabajar por un país verdaderamente federal. “Vamos a trabajar por el lugar que nos corresponde por historia y por presente”, dijo según informó El Litoral.

A tono con la campaña nacional, Lifschitz también habló de su idea de desarrollo. “Esta palabra sigue teniendo una enorme vigencia. Lo que cambio son las metas. Hoy no solo se refiere solo a las fuerzas de la economía, sino a un modelo que tiene que mejorar la condición humana, promover mejores niveles de educación, mejorar a las personas para que puedan desarrollar una vida plena”.

Lifschitz se comprometió, en otra parte de su discurso, a impulsar todas las medidas posibles para promover y alentar un modelo de desarrollo de éstas características. “Santa Fe es un espacio de oportunidades. Cada región necesita una mirada específica que tenga en cuenta sus oportunidades. Vamos a alentar un proceso de desarrollo que de continuidad al plan estratégico que elaboró el Frente Progresista”.

Especial hincapié hizo en la necesidad de promover el desarrollo en el norte de la provincia. “Para ello deberemos invertir en obras públicas. Necesitamos promover la iniciativa privada porque el desarrollo llega de la mano de la iniciativa privada”. También hizo referencia a los proyectos ya suscriptos con las ciudades de Santa Fe y Rosario.

El flamante gobernador anunció, luego de comprometerse a liderar los proyectos de integración regional como los referidos al transporte, anunció que en febrero presentará un proyecto referido a la hidrovia Paraná-Paraguay que no tiene antecedentes en Argentina.

“Los tres poderes del Estado somos responsables ante la sociedad y tenemos que trabajar en forma colaborativa para solucionar los problemas actuales y los del futuro. Vamos a promover la participación ciudadana. Santa Fe tiene una extraordinaria diversidad cultural que debemos reconocer. Se habla mucho del diálogo. Soy un hombre de diálogo y lo he practicado. La realidad se construye múltiples miradas. El diálogo será una actitud permanente de nuestros funcionarios y vamos a hablar con todos los sectores de la sociedad”, se comprometió.

Lifschitz remarcó dos palabras: escuchar y humildad. “Escuchar con humildad, sin soberbia sin autoritarismo, sin descalificar a los que piensan distintos o critican. Menos relato y más verdades. Hay que transitar un camino distinto: el de la realidad, el de la verdad. No resolveremos los problemas si no los ponemos arriba de la mesa. El doble discurso nos hizo mucho daño. Reconocer los problemas y hacernos cargo es lo que vamos a hacer”, aseguró.

Sobre la corrupción dijo: “Es un gran tema de nuestra época. Vamos a combatir la corrupción. Mi gobierno va a ser un gobierno decente, siguiendo una impronta que tiene la provincia. Tenemos que dar ejemplos cotidianos de transparencia y austeridad. Vamos a promover comportamientos honestos de los funcionarios pero también de los ciudadanos, de los empresarios, de los miembros de las entidades de la sociedad civil”.

También tuvo palabras para los santafesinos “que aún están excluidos, los que están por debajo de la línea de la pobreza retorica que no dice lo fundamental, que son ciudadanos que han sido castigados por los gobiernos y la sociedad y que fueron históricamente marginados. Estamos hablando de aquellos que no tienen oportunidades, que no tienen esperanzas ni sueños. Son cientos de miles en la provincia, a veces parecen invisibles pero están, sobre todo en los cordones de las grandes ciudades”.

Lifschitz relacionó la violencia e inseguridad con la falta de igualdad y justicia. “Tenemos que trabajar para disminuir la brecha y la sensación de impunidad. Hoy el reclamo social a la política es también un reclamo de justicia para todo el sistema judicial y tenemos que trabajar juntos para que haya justicia porque es el reclamo de las víctimas y de las personas que son privadas de la libertad de manera injusta. Tenemos que terminar con la impunidad y necesitamos jueces y fiscales que estén dispuestos a dar esa batalla. Tenemos que perseguir a los delincuentes hasta el último rincón y aplicarles el castigo que corresponde. Pero si los delincuentes son funcionarios de la política, la policía y la justicia deben caer primero y sus sanciones mas ejemplificadoras que en los otros casos”.

Foto: El Litoral.