El Optimista del gol, como lo bautizó Carlos Bianchi, comenzó su carrera en Estudiantes de La Plata, club del que es hincha confeso y al que le gustaría regresar como director técnico en el futuro, según admitió en los últimos días. Su llegada a Boca, propiciada por Diego Maradona, se produjo en 1997 y duró hasta el 2000 en la primera etapa (luego protagonizó una segunda entre 2004 y 2011), hasta que emigró a España para desempeñarse en Villarreal, Alavés y Betis.
Con la camiseta del seleccionado argentino tuvo buenas y malas, aunque el final de su carrera le regaló la posibilidad de jugar un Mundial, en Sudáfrica 2010, donde no pasó desapercibido.
Seguramente Martín querrá borrar de su memoria la fatídica participación en la Copa América de 1999, donde lució la camiseta argentina durante el ciclo del rosarino Marcelo Bielsa como DT y vivió la triste y desagradable experiencia de malograr tres penales, todos en un mismo partido, ante Colombia.
Sin embargo, luego de más de una década, el fútbol puso las cosas en su lugar y Palermo recibió una vez más el guiño cómplice de Diego Maradona, quien desde su función de entrenador le abrió las puertas del combinado Albiceleste.
Y el Titán pagó con creces, puesto que primero marcó bajo un diluvio ante Perú -en la cancha de River- el gol que permitió al equipo clasificarse para la cita mundialista, y una vez en la Copa del Mundo, ingresó ante Grecia en la fase de grupos y como no podía ser de otra manera, perforó la red con un certero derechazo tras un rebote del arquero.
Ese gol desató las lágrimas de Martín y lo elevó a la categoría de referente nacional, al punto que, en su regreso a la Argentina, todos los hinchas contrarios lo trataron con respeto y, por qué no, con la admiración propia para aquello que se desea y no se tiene, un lujo del que sólo podían jactarse los boquenses, propietarios en exclusiva del zurdo número 9.
Todo eso quedó atrás, es historia, la que oficialmente tuvo su capítulo final en junio pasado en un partido en el que Boca igualó 2 a 2 con Gimnasia, en el Bosque platense, aunque en forma extra oficial, con tintes netamente sentimentales, será fue su definitivo adiós en la noche de este sábado.