El crespense Carlos Dorato, medalla de bronce en la modalidad Pelota de Cuero Frontón 36 metros, destacó su experiencia en México y señaló que los Juegos Panamericanos “son un mundo aparte”. Luego de su tercer puesto junto a Luciano Callarelli, el entrerriano contó sus sensaciones tras subirse al podio en la máxima cita deportiva a nivel continental.

“Con los chicos de Pelota Paleta armamos un buen grupo, muy unido, y nos ayudamos mucho. Argentina hizo un buen papel, consiguiendo muchas medallas”, aseguró en relación a los resultados de la delegación Albiceleste. “Hay grandes potencias y estamos lejos de algunos países, pero el gobierno nacional está ayudando mucho, sentimos el acompañamiento y eso permitió mejorar la actuación en comparación con Juegos anteriores. Hay becas de la Secretaría de Deporte que ayudan a muchos chicos. Es la primera vez que se beca a la Pelota, por ejemplo, y eso ayuda un montón”, añadió en relación al apoyo estatal.

En diálogo con Paralelo 32, el pelotari detalló algunas de las historias con las que se encontró en Guadalajara. “Hay chicos que luchan a diario para participar. Jóvenes a los que no les llegaba la beca, por ejemplo; o deportes en los que todos los integrantes repartían el dinero que obtenían cuando no les llegaba a todos por igual. Eso se notó después en cada festejo, en cada podio, donde se vivió con mucha emoción cada logro”.

A lo largo de la competencia la dupla Dorato – Callarelli tuvo una destacada actuación, compartiendo el primer puesto de la tabla de posiciones con México y Cuba. Por diferencia de sets ganados no pudo acceder a la final que disputaron los locales y los cubanos. En los cuatro partidos que jugaron anteriormente cosecharon tres triunfos (Venezuela, Uruguay y Cuba) y una derrota (México).

“Estuvimos muy cerca de llegar a la final. Me quedé con la espina de saber que podíamos ganarle a cualquiera de los dos que fueron finalistas. En la zona tuvimos una mala tarde contra México y perdimos en un partido en el que no nos salió nada. Incluso después le ganamos al campeón, que fue Cuba, pero terminamos terceros igual. Podríamos haber sido medalla de oro”, manifestó Dorato.

Además, recordó sus sensaciones al cantar el himno y señaló: “Se te cruzan muchas cosas por la cabeza: tu familia, tus amigos, todo lo que te sacrificaste para llegar a este momento, los entrenamientos y las ganas de regalarle una medalla a tu país. Era mucha la adrenalina y la emoción. Cada deportista sueña con representar a su país. Es lo máximo”.

Al hablar del nivel de competencia, el crespense aseguró que fue “muy alto, superior a lo que se esperaba en la previa”. Y añadió: “Los equipos se prepararon muy bien y se notó la importancia que le dan a los Juegos. Nos encontramos con un representativo cubano muy aguerrido y con México que quería ganar como sea por ser local. Se levantó mucho el nivel de competencia. Fue durísimo”.

Al hablar de la organización de los Panamericanos, el pelotari se mostró conforme y dijo que fue “muy buena”. Explicó: “Se prepararon en todos los aspectos, en todos los detalles. Nos sentimos muy cómodos y no nos faltó nada”.

Dorato, pelotari de la Asociación Deportiva y Cultural de Crespo, arribó a su ciudad el sábado pasado y fue recibido por un nutrido grupo de familiares, amigos y allegados en el acceso norte de la Capital Nacional de la Avicultura. Luego, en caravana de autos, recorrieron las calles céntricas de Crespo para terminar frente al palacio municipal. Allí fue recibido por Adalberto Retamar (Director de Deportes y Turismo) y Raúl Zaragoza (Secretario de Gobierno).

“Fue un momento muy emotivo, esperaba mucho reencontrarme con mi gente”, narró Dorato. Y explicó: “Extrañé mucho a mi familia y mis amigos, así que me puso muy contento la recepción. Con mis papás hablábamos todos los días. Estuvimos casi un mes separados”.

Por último, el entrerriano agradeció a aquellos que lo apoyaron en esta etapa hacia los Panamericanos: “Mucha gente me ayudó: mi familia, mis amigos, la gente de la Pelota y la Secretaría de Deportes de la Nación. Me hicieron cumplir un sueño. Además, me pasaron muchas cosas lindas en Crespo. Volví y me vino a saludar hasta gente que no conocía. También los felicitan mucho a mis viejos y eso me pone contento”.