Igualmente, Domínguez dijo que como otros vecinos fue con su esposo Jorge Figueroa a dar una mano y que era “conmovedor” ver al matrimonio Bauer bajo la lluvia tratando de salvar algo de su producción, “los pollos que tenían más de dos kilogramos y medio de peso y al mojarse morían”.
“Tras el viento fue un diluvio, y cómo si fuese poco hubo una granizada, de unos diez minutos, para terminar de romper lo que el viento había dejado en pie”, resumió con angustia la docente que reclamó de las autoridades apoyo para la familia damnificada que “es de las que nunca deja de poner el hombro para cuando la escuela lo necesita”, expresó la mujer en diálogo con FM Riel.
Además, señaló que en el patio de la escuela había depositado unos tambores de 200 litros, que tenían preparados para poner hielo para enfriar bebidas para la fiesta de destrezas que habían organizado para el domingo, y “el viento los llevó 'volando' hasta el campo vecino, para dejarlos depositados a unos 500 metros”.
Seguidamente sostuvo que al girar los vientos hacia el sector norte, algo que ocurrió en cuestión de segundos, los galpones de la familia Bauer crujían, “parecía que iban a reventar, del mismo modo que nuestra casa, con mi esposo sosteníamos la puerta de la entrada, las ráfagas eran tan fuertes que parecía que en cualquier momento todo se nos venía encima y en ese ínterin, bajo una lluvia torrencial Claudio Bauer y su esposa Nancy, en medio de la oscuridad, porque se cortó la luz, procuraban salvar algo de su producción, fue terrible”.
Más al norte, en la zona sur de Santa Anita, la fuerza del viento provocó la voladura parcial de techos y daños en el arbolado público. La peor parte se la llevó una granja, de propiedad de Alberto Kloster, que fue derribada completamente provocando gran mortandad de aves y esparciendo las chapas de zinc por todo el campo lindero y la mencionada avenida. Desde las tres de la madrugada no hubo servicio de energía eléctrica hasta las 9.30 horas y las actividades escolares fueron suspendidas.
Oscar Riedel un productor avícola de la zona rural, a mil quinientos metros al suroeste de Santa Anita, sufrió la destrucción total de la casa, de material, que estaba construyendo y a la que sólo le faltaban el techo y aberturas. En otra propiedad, a trescientos metros, un automóvil propiedad de la familia Gerber-Herlein sufrió importantes averías debido a que un tanque de agua cayó sobre el techo, desconociéndose de donde provino dicho tanque.
Foto: FM Riel