Por Alfredo Vitale*
No sólo mancharon la memoria del ex fiscal con supuestos detalles de su vida privada, sino que, por si fuera poco, intentaron acorralar inventando una causa penal en la que involucraron a su madre y su hermana.
¿Para qué?
Esa es la pregunta básica, porque desde ningún sector de ese gobierno se vio repudiar este grave suceso luctuoso para la República Argentina, como tampoco, se observó una preocupación por que actúe una justicia independiente.
Más cerca, y en nuestra provincia, los abogados Pagliotto y Mulet interpusieron una denuncia penal contra el ex gobernador, Sergio Urribarri y parte de su familia, por enriquecimiento ilícito, entre otras figuras delictivas.
Desde su inicio, comenzó el duro trajín para los denunciantes.
Hace pocos días, al estudio de éstos abogados en la ciudad de Paraná, personas desconocidas ingresaron violentando la puerta de acceso al mismo, para, luego de revolver impunemente, llevarse dos computadoras y documentación relacionada con la causa que denunciaron.
El hecho ocurrió a escasos metros de un garaje de la Policía de Entre Ríos, y donde en un radio de por lo menos cuatro cuadras a la redonda, existe un máximo control de seguridad, debido a cercanías con la Casa de Gobierno y otras dependencias oficiales.
¿Nadie vio nada?
Numerosas instituciones políticas, Colegios de Abogados y ONG, sumaron su repudio a semejante acto.
Sin embargo, y pareciera que siguiendo un PROTOCOLO DE IMPUNIDAD, desde el oficialismo provincial, las voces que se escucharon pidieron esclarecer el hecho y que actúe la justicia, aunque, hablando de un auto robo por parte de las víctimas.
No sólo tratan de desviar la atención, sino que además, omitieron aclarar que la justicia que debe actuar debe ser independiente.
El gobernador Bordet, al asumir su mandato expresó que no aceptaría que ningún funcionario estuviese cuestionado por la justicia. Pero, un tanto olvidadizo, no escatimó entusiasmo al nombrar como ministro de Gobierno, a Mauro Urribarri, hijo del ex gobernador, quien también ha sido denunciado.
Ya no son los escraches a ciudadanos, que públicamente hacía la ex presidente utilizando la cadena nacional. Se observa que primero, al igual que lo hace el tero, desvían la mirada para que nadie encuentre el nido, es decir, a los involucrados.
Seguidamente, inventarán cualquier tipo de difamación contra quien sea, para finalmente pasar a la etapa del miedo, en que la o las víctimas son acosadas por cualquier medio a su alcance.
Llega entonces el momento de la justicia.
La justicia debería actuar rápidamente y en forma independiente, no sólo investigando el caso, sino protegiendo a denunciantes y/o víctimas.
El mensaje que surge desde sectores de poder cuestionados por actos de corrupción e impunidad, pareciera ser claro, “con nosotros no se mete nadie”.
Una República Democrática no puede aceptar ni avalar las turbias aguas de la corrupción, porque de lo contrario, irremediablemente se habrán sepultado todos los derechos y garantías, para dejar paso al crecimiento de nuevos señores feudales, como ocurre en nuestra provincia de Entre Ríos.
*Dirigente Unión Cívica Radical de Gualeguaychú