Los primeros veinte minutos tuvieron al equipo de Falcioni como protagonista excluyente, sin demasiada claridad de tres cuartos de cancha hacia adelante pero inclinando la cancha gracias a sus individualidades ofensivas. La primera jugada de riesgo, a los diez, llegó tras una buena habilitación de Colazo para Mouche, quien ganó la posición y sacó un zurdazo cruzado, de primera, que se fue rozando el poste izquierdo de Trípodi. Luego, el propio arquero del Cervecero le ahogó el grito a Caruzzo, quien había arremetido por el segundo palo tras un córner. Minutos más tarde, Pitana, a instancias del asistente Casas, le anuló mal un gol a Colazo.
Desde entonces, Boca se decidió a simplificarle la tarea a un Quilmes que apenas había buscado el arco rival. A los 26, Caneo ganó solo en el área y forzó a Lucchetti, quien mandó el balón al córner. Treinta segundos más tarde, Corvalán sacó un centro cruzado que no revestía ningún riesgo para el arquero visitante, pero Caruzzo la peinó y la clavó en su propio arco para el 1 a 0. Desde entonces, fue una seguidilla de horrores defensivos del Xeneize que fueron dignos de un equipo amateur: todos, absolutamente todos, perdían sus marcas en la última línea, y si la ventaja no se acrecentaba era por la falta de puntería de Romeo o por las atinadas respuestas de Lucchetti. Pero fue el propio arquero quien abrió la puerta para el segundo, tras un córner, cuando intentó manotear la pelota pero la dejó corta y a merced de Gerlo.
No tardó Falcioni en mover las piezas para ir a buscar el partido. De entrada, Rivero ingresó por Erviti (una vez más desdibujado en el mediocampo) y al cuarto de hora, el eliense Ricardo Noir entró por Colazo y se paró como un tercer delantero. Pero no fueron los cambios los que modificaron el desarrollo del juego, sino una genialidad -otra más- de Palermo, quien recibió el balón a treinta metros del arco rival, se acomodó y sacó un potentísimo remate que se coló en el ángulo. Así, el Titán alcanzó a Sanfilippo, con 227 goles en el fútbol local.
Con el descuento, Martín contagió a sus compañeros; la cancha volvió a inclinarse a favor de Boca, y la defensa local volvió a mostrar filtraciones. Chávez, luego de una buena maniobra individual, anotó el empate. Pero el empuje de Boca fue borrándose con el correr de los minutos. En la última jugada, el entrerriano Noir sacó un remate rasante que Trípodi llegó a desviar. Era el triunfo de Boca, el gran protagonista en el Sur porque hizo todo: sus goles y los del rival, publica TyC Sports.