La integración del nuevo tribunal es, al día de hoy, una incógnita; porque los dos jueces de la Sala de la Cámara del Crimen que no pueden ser parte de la de Casación tampoco pueden ser reemplazados por Carlos Chiara Díaz y Daniel Carubia, quienes integraron la Sala Penal del STJ que anuló la sentencia.
Marcos Rodríguez Allende es uno de los querellantes en esta compleja causa. Respecto de la audiencia de Casación, manifestó que “es una instancia muy esperada por los familiares de Enzo Benedetich. También es una instancia esperada por esta querella, puesto que junto con la Procuración General de la provincia, hemos trabajado arduamente a través de varios años y hemos podido lograr, por dos veces consecutivas, la culpabilidad de Rivas en el homicidio doblemente agravado de Benedetich”, consignó El Diario.
El letrado evaluó que la Casación es “la última instancia que nos queda, de la que ya se ha fijado fecha estimativa para mediados de agosto” y añadió que “es la última fecha que vamos a tener con un tribunal de casación, que debe tener una conformación especial”. En este sentido, recordó que “Hugo Perotti y Marcela Davite que integran la Cámara de Casación ya intervinieron en los juicios en que se llegó a una sentencia condenatoria de Rivas. El único miembro de la Cámara que no intervino en la causa es Rubén Chaia, sin perjuicio de esto, tenemos que reconocer que el STJ también ha intervenido en este proceso al anular el primer juicio que provocó la realización del segundo debate”.
Integración
Al referirse a la integración de la Cámara de Casación, Rodríguez Allende evaluó: “Podemos, por descarte, aventurar la confirmación del Tribunal. El doctor Perotti y la doctora Davite no pueden participar, como tampoco lo pueden hacer los doctores Carubia y Chiara Díaz porque ya realizaron un pronunciamiento. Queda la presidenta del STJ (Claudia Mizawak) y otros miembros del Alto Cuerpo. La conformación entonces puede ser parte del STJ o algún miembro de la Cámara de Casación que en ninguna instancia haya intervenido en este juicio”.
Rodríguez Allende señaló el caso de Chaia, del que precisó que “solamente participó como secretario de la Sala Penal al momento de la realización de la primera audiencia de Casación, pero haber participado como secretario no lo inhibe para decidir sobre el futuro de Liliana Rivas, futuro que desde ya está absolutamente definido. Esta causa está terminada a pesar de que muchas personas no creían en la responsabilidad de Rivas o creían que nos íbamos a quedar en mitad del camino. Con la Procuración General, con los dos fiscales, hemos podido demostrar el trabajo que realizamos y cuáles fueron los frutos de ese trabajo”.
Además, adelantó su estado de ánimo frente a lo que sería la última instancia procesal en la causa y podría llevar a Rivas a cumplir efectivamente la condena que pesa sobre ella: “Estamos muy ansiosos de poder realizar esta última audiencia; estamos convencidos de que se va a confirmar una sentencia ejemplar como fue la del segundo juicio” y añadió: “Recordemos que el segundo debate fue mucho más incriminante, quedó mucho más clara la responsabilidad que en el primero. En el segundo debate tuvimos testigos directos que han escuchado por boca de la propia imputada la planificación tan hablada, tan mentada, por parte de Liliana Rivas. Quedó claro que planificó con muchos meses de antelación la forma, modo, circunstancia y tiempo de cómo matar a Enzo Benedetich. Esto quedó claro con las pruebas, que nos llevó tiempo poder demostrar, pero gracias al trabajo de la Procuración General, al de los efectivos de la División Homicidios y al esfuerzo de toda la familia hemos podido llegar hasta acá”.
El querellante explicó que “terminada la audiencia con el tribunal de Casación, la sentencia pasaría a quedar firme. Nosotros queremos que de una vez por todas Liliana Rivas comience a cumplir su condena, su larga pena a prisión perpetua. Lamentablemente deja a dos hijas, una de ellas sin su padre, y la otra sin este y sin su madre; lamentamos eso como parte perteneciente a la familia Benedetich, pero los actos tienen consecuencias y tienen que cumplirse, porque la responsabilidad a quedado absolutamente demostrada”.
“A todo lo que pudimos demostrar (en el primer juicio) le faltaba un cierre final, y ese cierre lo dieron testigos como la señorita (Ivana) Toso, compañera de trabajo de Rivas que al saber que habían nulificado la sentencia, lo vio como un acto de tremenda injusticia. Acto que provocó que los trabajadores de la empresa de energía y los compañeros de Rivas dijeran la verdad. La verdad fue que Rivas terminó confesando a una compañera el cómo y el porqué planifica matar a Enzo. Esto termina de cerrar lo que en el primer juicio se pudo ver como una deficiencia”, finalizó el querellante.