La propuesta se lleva adelante los lunes a las 19 por la plataforma Google Meet. Inscripciones abiertas.
Este lunes comenzó el taller poético y clínica de obra “Bienvenido primer poema”, que coordina la docente y escritora Belén Zavallo. Se trata de una invitación a desarrollar poesía es un espacio abierto e íntimo, que propone lectura y reflexión sobre los textos. La actividad se lleva adelante los días lunes a las 19 por la plataforma Google Meet. Inscripciones abiertas.
“Bienvenido primer poema” es un taller individual o íntimamente grupal y está destinado a quienes empiezan o aún están tanteando el terreno”, describe Zavallo acerca de esta iniciativa que se lleva adelante los días lunes por la plataforma Google Meet.
Asimismo, en comunicación con el programa radial “A Quien Corresponda” – Radio de La Plaza 94.7-, haciendo referencia al poema "Podrías 1", de Anne Carson expresó: “´Bienvenido primer poema` es una invitación a la escritura como una forma de desovillarnos”; ya que “las palabras nos ofrecen siempre la posibilidad de decirnos. Y creo con firmeza que el poema es aquél que hace decible lo que en el lenguaje no tiene lugar; como si tuviera una fuerza superior a una potencia que se despliega gracias a su modo de usar las palabras”.
Escuchá el audio completo de Belén Zavallo acá:
Por inscripción y contacto en redes sociales: @belenzavallo
Por mail: belenzavallob@gmail.com
Podrías 1. Anne Carson (Toronto, 1950)
Si no eres la persona libre que quieres ser, busca un lugar donde puedas contar la verdad sobre ello. Contar cómo te va con todo. La franqueza es como una madeja que se produce a diario en el vientre, tiene que desenrollarse en algún lado. Podrías susurrar de cara a un pozo. Podrías escribir una carta y mantenerla guardada en la gaveta. Podrías escribir una maldición en una cinta de plomo y enterrarla para que nadie la lea por mil años. No se trata de encontrar un lector, se trata de contar. Piensa en una persona de pie, sola en un cuarto. La casa está en silencio. La persona lee un pedazo de papel. No existe nada más. Todas sus venas se pasan al papel. Toma la pluma y escribe en él unos signos que nadie más va a ver, le confiere así como una plusvalía,
y todo lo remata con un gesto
tan privado y preciso como su propio nombre.