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Luis Machín: "El teatro hoy nos contiene en un momento muy complejo"

El galardonado actor Luis Machín habló sobre el presente del teatro nacional, el valor del Instituto Nacional del Teatro, la forma en que construye a sus personajes y su nuevo trabajo en Relatividad, donde encarna a Albert Einstein desde una mirada más humana. "Esta ciudad se las arregla, pero el interior depende del apoyo del Estado", aseguró.

"Es uno de los períodos más complejos que en lo personal me ha tocado pasar", aseguró el actor sobre la situación actual del país y del teatro. Sin embargo, celebró el movimiento que se ve en las salas: "Se está haciendo mucho teatro porque es el ámbito que nos está conteniendo en este momento".

Desde su experiencia como actor nacido en Rosario, subrayó la importancia del rol del Estado para sostener la actividad teatral, especialmente fuera de Ciudad de Buenos Aires. 

"La gran confusión es pensar que no hay que depender del Estado. Hay lugares donde sin ese apoyo no se puede hacer teatro. El interior es el semillero de lo que después nos enorgullece en Buenos Aires", señaló, al reivindicar la tarea del Instituto Nacional del Teatro.

Cómo se construye un personaje: de Freud a Cavallo

Machín también se refirió al proceso de interpretar personajes históricos o reconocidos. "No es lo mismo hacer a un personaje anónimo que a alguien que todo el mundo tiene en la cabeza. Nosotros no imitamos, construimos", explicó.

En ese sentido, compartió detalles sobre el trabajo con figuras como Belgrano o Cavallo: "A Cavallo no podría haberlo hecho si no me pelaba. La referencia más directa era su pelada. Después te agarrás de datos, comportamientos, sensaciones. A todos nos atravesó el 2001 y eso influye en cómo lo interpretás".

Para Machín, el parecido físico funciona como una puerta de entrada: "Lo primero que la gente se fija es en el parecido. Después, le contás lo que vos quieras".

Relatividad: un Einstein humano y contradictorio

En su nuevo trabajo teatral, Relatividad, Machín interpreta a Albert Einstein en una obra del mismo autor de La última sesión de Freud, Mark St. Germain. "La obra interpela mucho la humanidad de Einstein. Todos lo conocemos por su genialidad, pero poco por su costado humano, como marido y como padre", señaló.

La obra pone al científico frente a sus contradicciones y las consecuencias de sus decisiones personales. "Nos lo hace ver en el cotidiano, en relación con sus propios interrogantes", detalló el actor, que también participó en la versión argentina de la obra sobre Freud.

Cuando le preguntan por su personaje favorito, Machín opta por no elegir. "Sería injusto, porque me sumerjo mucho en todos los personajes y los quiero, aunque no comparta su forma de ser o su ideología", respondió. Para él, cada uno representa un viaje único: "El juego y el despliegue que permiten los personajes es mi vida. Me entrego a eso", cerró.

Fuente: Página 12

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