Una rotura del motor le impidió al paranaense Mariano Werner tener el fin de semana deseado en el autódromo de Rafaela, donde se puso en marcha la Copa de Oro. Allí, el campeón defensor tuvo que largar último la final por haber cambiado de planta impulsora, pero recuperó terreno hasta concluir 23º.

“Cuando a los errores los querés vivir en la etapa regular y planeás para que todo salga bien en la Copa de Oro, cuando más aportas y más dedicación le ponés, por ahí no sale así. Pero el automovilismo es así”, reconoció el paranaense una vez concluida la prueba en la provincia de Santa Fe, donde logró 20 sobrepasos.

“La sacamos bastante regalada para lo que podría haber pasado. De todas maneras, no tengo que perder la órbita: dentro de la Copa de Oro no puede haber ninguna falla más. Así que vamos a trabajar fuerte, podemos probar todavía y eso no es menor, así que debemos afinar todos los detalles”, consideró luego de la carrera ganada por Cristian Ledesma (Chevrolet), tras las exclusiones de José Manuel Urcera (Chevrolet)y Nicolás Bonelli (Ford) por técnica.

En diálogo con Campeones, el piloto entrerriano dio detalles del desperfecto que sufrió su Ford, pero admitió que desconoce la razón: “Se salió una biela, no sabemos por qué ocurrió. Ahora hay que desarmar y ojalá que sea lo menos grave posible”.

Sobre su 23ª posición, tras haber largado desde el último lugar de la grilla por el cambio de motor, Werner reconoció: “Siempre uno quiere avanzar un poco más, pero fue una carrera enredada, difícil y atrás también todos corren por lo mismo. Nadie regala nada, y eso está bien. Podría haber sido un buen domingo en función del campeonato, pero no lo fue, así que hay que dar vuelta la página rápido y pensar en la próxima”.

El resultado dejó a Mariano Werner en el cuarto puesto de la Copa de Oro, pese a que la había comenzado en el segundo lugar. Ahora, el referente de Ford y defensor del título suma 28 puntos y se ubica 13,5 del líder Facundo Ardusso (Chevrolet).