Tras haber quedado séptimo en la final de Turismo Carretera disputada en el Autódromo Provincia de La Pampa, en Toay, Mariano Werner se mostró intranquilo con el funcionamiento de su Ford durante el domingo, tanto en pista húmeda (en la serie) como en lo seco (en la final). “No encontramos nada, y eso es lo peor. Ahora hay que analizarlo bien”, indicó sobre esa falencia que lo preocupó.

Una vez terminada la segunda batería, en donde fue cuarto, el campeón y actual líder de la Copa de Oro definió con su equipo utilizar neumáticos lisos para la competencia final. “Fue arriesgada la decisión, pero nos pudimos mantener, el auto no venía bien. Corrí poniendo todo y por ahí nos falta esa contundencia de las últimas carreras pero nos sirvió para llegar”, advirtió Werner.

Si bien con esa performance del Ford en la pista de Toay, el piloto entrerriano pudo sumar y capitalizar el retraso de Agustín Canapino (su principal rival directo en la disputa por la corona), afianzándose de cara a la definición de la Copa de Oro, al ampliar la ventaja en la tabla de posiciones. Ahora, Mauricio Lambiris lo escolta a 15,5 puntos, y Canapino está a 36.

Por última vez, ante de la última competencia pampeana, Werner y sus mecánicos, apuntalados por el equipo de Omar Martínez, chequearon cada parte del auto y evaluaron diferentes alternativas para solucionar esa merma de rendimiento, quizás acentuada con el lastre hándicap de su auto.

“Es fácil echarle la culpa a la goma, pero hay cosas que analizar, no sentí bien el auto; preocupa un poco, porque hoy en lluvia lo perdimos. Llama la atención”, expresó en diálogo con Campeones.

Por último, al referirse sobre la definición en El Villicum San Juan, Werner fue claro que aún queda ese desafío para obtener el bicampeonato de TC, y las exigencias de sus rivales. “Acá hay que disputar la carrera y si bien veo a un (Mauricio) Lambiris que anda bien y que va a sin kilos a San Juan, tiene la obligación de ganar”, aseveró.