* Por Diego H. Fernández

(Especial para ANÁLISIS)

Precaución: zona de lesiones

Este va a ser un muy lindo Mundial porque los jugadores no llegarán con todo el cansancio de la temporada a cuestas vaticinaban no solo los organizadores sino también muchos especialistas como entrenadores y ex futbolistas hoy comentaristas deportivos. Pero claro ellos no tenían en cuenta que el calendario de este fútbol actual no permite para nada la relajación y mucho menos el descanso, una fecha FIFA en septiembre totalmente evitable y un calendario de octubre totalmente fulminante desde el punto de vista de lo físico por la cantidad de partidos que los futbolistas tuvieron que disputar durante ese mes para completar la grilla que ya estaba estipulada desde mucho antes ¿olvidándose que había un Mundial? no hizo otra cosa que tirar por la borda todos los deseos que se pronunciaban antes del inicio.

Además de las lesiones que se produjeron en los últimos partidos que los jugadores jugaron en sus respectivos equipos dejándolos fuera de la competencia ecuménica otros se lesionaron en las primeras practicas junto a sus compañeros (Nkunku) y muchos han sido dados de baja por los entrenadores por no estar al ciento por ciento físicamente con Sadio Mané y Karim Benzema, dos de las estrellas que todos esperaban ver en suelo qatarí, como estandarte de ese flagelo.

Argentina también fue una de las selecciones donde el cuerpo técnico tuvo que tomar decisiones en ese aspecto y se habla que hay aproximadamente 150 jugadores “tocados” desparramados en todas las selecciones participantes. ¿De quién es la culpa? Parece ser una pregunta sin respuesta o por lo menos sin que nadie quiera responderla y marcar a algún responsable. Sin embargo nadie, pero nadie del que participa del Mundial le puede sacar el cuerpo a la responsabilidad donde como esa añeja frase de la abuela “si te gusta el durazno aguántate la pelusa” parece caer como de perillas para la situación. Parece ser que el tiempo corre, pero las cosas no cambian, de aquella voz que alzaron los jugadores en el Mundial 1986 por la hora en la que se jugaban los partidos en México y las altas temperaturas que tenían que soportar durante la competencia a hoy transcurrieron nada más y nada menos que 36 años y como aquella vez se hizo caso omiso al reclamo llegamos a algo mucho peor.

Esta vez ni siquiera se escuchan reclamos. Entonces no hace falta ser muy clarividente para darse cuenta que si los autos de Fórmula 1, máquinas totalmente preparadas para la competencia, se rompen en este Mundial los seres humanos que ejecutan el juego van a hacerlo al filo, al límite de sus posibilidades y cuando eso sucede el juego siempre está en peligro. Un Mundial donde desde el inicio todos prenden velas y no precisamente para que el juego de su equipo fluya y la orquesta toque afinada  sino para que ningún integrante de esa orquesta tenga que abruptamente y por causas mayores dejar el escenario

Argentina: sueños de campeón para nada descabellados

Este Mundial, en la víspera, tiene algo que se olfatea distinto en el ambiente. Hace cuatro mundiales que tenemos a Messi, pero es el primero que llega con una sonrisa distinta. La Copa América obtenida el año pasado, la madurez que dan los años y el grupo humano que lo contiene lo hacen un tipo feliz o por lo menos disfrutando más este momento. Sensaciones aparte la selección argentina llega con una estructura equipista que les diría está por encima de los nombres inclusive el del propio Messi con lo que eso significa y créanme lograr eso no es para nada fácil. Una idea de juego que se ve reflejada en cada movimiento, llevando el peso del partido obligando al rival a grandes esfuerzos para hacerse de la pelota y para defender en forma coordinada los embates a los que Argentina lo somete.

Posesión, amplitud y profundidad ocupando racionalmente todo el espacio del campo de juego, verticalidad en transiciones, juego asociativo por dentro y ventajas cualitativas por fuera convierten a la selección en candidata como lo son siempre las potencias mundiales en materia de fútbol. A pesar de todo lo desarrollado esto es fútbol y en un contexto Mundial con sus características de competición, una zona de grupos que da tiempo de recuperarse de un resbalón y luego el famoso, a todo o nada, en cada cruce posterior. Por eso como bien lo ha dicho el mismo Messi “Argentina está para competir y no nos creamos que ya tenemos ganado el Mundial porque eso no es para nada fácil”.

Por eso más allá de esas sensaciones placenteras y muy positivas con un respaldo fáctico en lo que se viene viendo disfrutemos el camino mundialista, es importante tener los  pies sobre la  tierra, dejar de lado el triunfalismo exacerbado que nos caracteriza y que tantas veces nos ha jugado una mala pasada para pensar en competir de igual a igual con todos con algunas cosas, eso sí, que nos hacen ilusionar de que esta vez quizá podamos estar más cerca que otras.

Gracias profe Ortega

Las cámaras siguen el entrenamiento de la selección de Uruguay, es el momento de la activación entre medio de todos los jugadores emerge una figura diminuta, pero a la vez enorme. El profe, gladiador de mil batallas, no pierde su esencia camina ampulosamente ante sus conducidos, su voz hace juego con sus gestos, ellos, los jugadores, lo respetan y admiran. En un momento grita un número y los jugadores se juntan en esa cantidad, pero uno queda afuera de los racimos. Es un juego de esos que los profes emplean en las colonias de vacaciones o en las escuelas. No es moderno para nada, es más lo veo y me acuerdo del libro “Técnicas de recreación” de Juan Carlos Cutrera que debe andar dando vueltas todavía por la casa de mis viejos. Y sin embargo los jugadores, ríen y disfrutan porque están jugando, divirtiéndose.

El que quedo afuera debe cumplir la prenda impuesta que es pasar por el pasillo de compañeros que le hacen la famosa “malteada”. El hombre-niño en su máxima expresión, el homo ludens del que no podemos escapar aunque lo externo contribuya a hacerlo. Quien puede decir que el profe Ortega es antiguo por realizar esos juegos que contribuyen a la socio-afectividad. Por eso más que nunca en esta época de adelantos tecnológicos, siempre bienvenidos mientras no suplanten a lo necesario e importante, los Ortega nunca deben dejar de estar.

Premier League

La selección de Inglaterra tiene un desafío extra en esta copa del mundo, aparte de pelear por un torneo que le ha sido esquivo hace ya varios años debe además refrendar el poder de su Liga interna a nivel mundial. Nadie puede decir que hoy la Premier League no es lo que años atrás fueron el Calcio italiano y la Liga española. La Premier ha logrado estos últimos años concentrar la mirada futbolística mundial ya sea por los jugadores que participan en ella como los técnicos que la integran, Pep Guardiola, Jurgen Klopp, Arteta, De Zerbi, Conte, Ten Hag, entre otros actualmente, y Tuchel, Rafa Benítez, Ranieri, Mourinho y Pochettino entre otros en el pasado reciente. Pero nobleza obliga también es cierto que como aquellas otras Ligas en su momento los jugadores extranjeros tienen una relevancia sustancial en cada uno de sus equipos.

Inglaterra potencia mundial futbolística que ha regado el derrotero del fútbol con nombres como Charlton, Keegan, Lineker, Hateley, Shearer, Owen, Rooney, Lampard, Beckham entre otros  no ha podido a nivel Eurocopa y Mundial de clubes alzarse con el máximo trofeo en ninguna de las dos competencias en la era moderna. Campeón en 1966 como única estrella y cuarto en Rusia 2018, en los Mundiales, y subcampeón de la Euro 2020 es el recorrido más exitoso en cuanto a resultados. Pero es Inglaterra, ni más ni menos que los creadores de este hermoso deporte, siempre son candidatos y hoy por hoy con la liga local que más seduce a nivel mundial. Los ingleses de competencia innata en su ADN tienen dos desafíos por delante veremos si están a la altura.

Partido inaugural: que sea fútbol.

Y bueno llegó el día, se hizo muy larga la espera desde aquella plaza roja en Rusia 2018 llegamos por fin a Qatar paraíso de lujos y luces, muchas luces. Pero nobleza obliga a mí no me importa donde se juega sino cuándo, cómo y quién juega porque esto es un Mundial y aunque el marketing me quiera confundir yo no soy de esos que se dejan convencer con espejitos de colores, eso dejémoslo para los que no  dejan de sacarse fotos con los paisajes de fondo y las caras pintadas con los colores de su país para publicar en sus redes sociales haciendo nada más y nada menos lo que la vorágine social y el sistema nos invita como hipnotizados a hacer. A mí me interesa lo que nos trajo hasta acá desde 1930: El juego.

Qatar y Ecuador tuvieron el privilegio de dar el puntapié inicial a la cita mundialista, dos países totalmente opuestos no solo en lo cultural sino también en lo futbolístico. El Ecuador de Gustavo Alfaro viene precedido de una gran fase clasificatoria y con un equipo que sigue creciendo a través de jóvenes valores que el fútbol de ese país ha dado durante estos últimos años. De hecho ha participado en los Mundiales 2002, 2006 y 2014, con este serían cuatro en los últimos 20 años.

Su contracara es Qatar, la seleccion anfitriona y por ende invitada es una incógnita para aquellos que no son seguidores de selecciones ignotas. Más allá de haber participado como invitada a la copa América del 2019 y compartir el grupo con Argentina, esta será su primera participación en una Copa del Mundo ya que su competencia internacional se remite a 10 participaciones en la copa Asia siendo campeón de la misma en el año 2019. Si bien ya el fútbol dejó de tener esas distancias tan notables que supimos ver en mundiales anteriores, este choque sin embargo representa una imagen de lo que se van a encontrar tanto europeos como sudamericanos cuando enfrenten a los equipos del desierto.

El argentino Gustavo Julio Alfaro y el español Feliz Sánchez Bas fueron los dos primeros entrenadores en sentarse en los bancos del estadio Al Bayt de Jor para conducir a sus equipos en el partido que abre la Copa del Mundo de Qatar 2022. Y el deseo de todos es que la pelota empiece a correr y que sea fútbol.

La pelota empezó a rodar por los campos de juego cataríes. El anfitrión Qatar defendía su localía y la estadística, esa que decía que ningún país organizador había perdido en la historia de la Copa del Mundo. Desde el minuto cero tomo la pelota y trato de hundir a Ecuador en su campo, esto duro solo dos minutos infracción. Qatar llevo hace muchos años a entrenadores españoles con la cultura de la Masía, incluso a su actual entrenador Félix Sánchez Bas y desarrolló a través de los años la transmisión de esa cultura futbolística a los jugadores asiáticos. Hasta ahí nada descabellado.

Un país ultra poderoso económicamente, un equipo, Barcelona, cisne negro en la historia del fútbol, era algo muy obvio que llevaran a los entrenadores que ellos creían que le podían dar esa clase de juego. Ahora todo bien en la teoría, pero de ahí a la práctica existe un largo trecho sobre todo en resultados. A veces el poder económico cree que todo lo puede tener y en forma inmediata, en este caso lamentablemente los hechos dicen que no es así. Qatar tiene una muy buena intención de juego que además me representa, pero esta dista mucho de la ejecución y ese no es un dato menor. Qatar tiene una idea y una estructura que la respalda, pero una ejecución que no la acompaña.

Ecuador fue el equipo que uno viene viendo, un equipo con un funcionamiento aceitado y con individualidades que están en un gran momento y sin todavía techo, además desde el banco su estratega, viejo conocedor de planificaciones tácticas, tomo nota de las falencias de Qatar y le dio resultado. Jugadores entre líneas para romper líneas de presión, juego directo para aprovechar el espacio a las espaldas de la última línea rival y el conocimiento de que los asiáticos no son sudamericanos y la picardía del juego no se aprende, eso se trae de cuna.

El primer gol llegó de un pase filtrado a espadas de los medios y otro pase vertical para que se usufructúe el movimiento de ruptura desde intervalo lateral-central a central-central para que termine en penal que Enner Valencia ejecutó con suma clase y sin presión como si estuviera jugando en el patio de su casa en la provincia de Sucumbios de su Ecuador natal  y para que por primera vez la palabra gol se escuche a través de todo el desierto y llegue sin escalas a toda la tierra Tricolor.

Ecuador ya no solo manejaba el trámite del juego sino también el resultado, el segundo gol no demoró en llegar y otra vez las falencias defensivas se hicieron presente en el equipo anfitrión. Un envío desde el pasillo lateral encontró la cabeza de Valencia totalmente libre y este no perdonó, la superioridad defensiva con la que contaba Qatar en el área no estuvo acompañada de los fundamentos defensivos ni individuales ni colectivos que el juego necesita para ser efectivo.

Este partido deja varias cosas para afirmar: la primera es que Ecuador va a estar a la altura de la competencia, la segunda es que Enner Valencia se postula para ser una de las figuras del Mundial y la tercera que todo el poder económico del mundo no alcanza para fabricar jugadores de fútbol de élite de un día para otro, ya que detrás de un jugador hay una cultura, una genética, una tradición y una construcción de la personalidad que difiere si naciste en diferentes lugares de América, de Europa, de Asia, de África, u  Oceanía.

Ojalá el tiempo me pueda contradecir y dentro de muchos años hablemos de otras potencias futbolísticas que acompañen a las de hoy en día. Hoy por hoy eso todavía lo veo muy difícil. 

* Ex arquero profesional. Actual director técnico.