Este sábado se desarrolló la actividad correspondiente al Canotaje en los Juegos Olímpicos de París 2024. En ese marco hubo doble participación argentina en las carreras masculina y femenina.
Entre los varones estaba Agustín Vernice, que en primer turno superó la semifinal en el segundo lugar por detrás del húngaro Adam Varga. El tiempo del argentino fue de tres minutos, 28 segundos y 18 centésimas para clasificarse a la Final A de la competencia, la carrera por la medalla.
Y en la final, el argentino dio todo de sí y alcanzó el cuarto lugar. Vernice mejoró su tiempo de la semi y con un registro de tres minutos, 28 segundos y 10 centésimas empató en el cuarto puesto con el palista sin bandera Uladzilau Kravets.
El argentino quedó apenas a cuatro segundos del checo Josef Dostal, que se quedó con el oro tras completar la competencia en tres minutos, 24 segundos y siete centésimas. El podio lo compusieron Dostal y los húngaros Varga y Balint Kopasz.
Este resultado final le dio a Vernice el merecido diploma olímpico. Además se trata de la mejor actuación de un palista argentino en la historia de la disciplina.
En la rama femenina, la palista Brenda Rojas compitió en las semifinales de K1 500 metros. En su semifinal, la tercera, acabó en el sexto puesto con un tiempo de un minuto, 53 segundos y 35 milésimas; resultado con el que clasificó a la Final C.
En su carrera dentro de la Final C no pudo mejorar su registro y acabó en el cuarto lugar con un tiempo de un minuto, 53 segundos y 88 centésimas. Fue tras segundos más lenta que la neerlandesa Selma Konijn que se quedó con esa final tras un minuto, 50 segundos y 56 centésimas.
En la carrera por la medalla la campeona fue Lisa Carrington. La neozelandesa obtuvo el récord olímpico con un tiempo de un minuto, 47 segundos y 36 centésimas, con el que quedó por delante de la húngara Tamara Csipes y la danesa Emma Jorgensen, que completaron el podio.
Roberto Schunk propuso la creación de un fondo especial destinado a cubrir el déficit de la Caja de Jubilaciones financiado a partir de una modificación del Impuesto Inmobiliario Rural donde paguen 2.860 propietarios (de 52.164) que detentan casi el 50% de las tierras, algunos de ellos ni siquiera radicados en la provincia y otros extranjeros.