La operación traslado

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Una modalidad que crece en Entre Ríos: el uso de “mulas” para trasladar cocaína a Europa

D. E.

Entre Ríos está en la mira de los investigadores del narcotráfico por una modalidad: la participación de varias personas en el traslado de cocaína a España, en el rol de “mulas”. Recientemente fue detenida una pareja en Barcelona, proveniente de Villaguay, con cinco kilogramos de máxima pureza de esa droga. Los contrataron narcos colombianos en Buenos Aires, quienes montaron una red con la participación de otra gente de esta provincia, que ya habría hecho varios viajes en lo que va del año, según pudo determinar ANALISIS.

Hace algunos años los narcos se preocupaban por ver a quién seleccionaban para el traslado de droga al exterior. Debían reunir determinadas características: ser fríos, calculadores, saber actuar ante cada situación, estar preparados física y psíquicamente. Y tener en claro un concepto: que la droga debía llegar a destino o que si eran detenidos, desconocían quién la enviaba y a quién llegaba. La modalidad cambió en los últimos tiempos. Ahora se opta por gente necesitada, quizás sin trabajo, con algo de estudio secundario, pero no más que ello. Eso fue lo que sucedió en Villaguay en los últimos tiempos, a partir de la aparición en escena de dos narcos colombianos, que nunca pisaron la población entrerriana, pero que tejieron una red de contactos a partir de la estrecha relación con una persona de esa ciudad que reside en Capital Federal desde hace algunos años.

El esquema venía funcionando perfectamente. El hombre de Villaguay en Capital Federal siguió todos los lineamientos requeridos: había que conseguir parejas, sin demasiada diferencia de edad y sin necesidad de relación alguna -excepto conocerse, tener buen diálogo y estar dispuestos a viajar a España-, para instrumentar el mecanismo de traslado de cocaína de máxima pureza. Durante el año 2006, fueron cerca de 10 los viajes que tres parejas de Villaguay hicieron a España sin ningún tipo de inconveniente. Cada una recibía unos 6.500 euros como recompensa (o sea, 26.000 pesos argentinos), mientras que el narco organizador recibía 40.000 euros (160.000 pesos), a lo que había que restarle el dinero correspondiente a los viajantes y alguna pequeña comisión para el intermediario. En nuestra región el kilo de cocaína cuesta unos 10.000 pesos y eso se puede multiplicar hasta 10 veces en Europa, según los cálculos de los especialistas. El traslado era en maletas o en cápsulas que ingerían, para luego despedir cuando llegaban a destino.

-¿Pero ninguno de estos mulas midió el peligro en que entraban? -preguntó este semanario.
-Algo sabían, pero nunca tomaron real conciencia.

Obviamente, ingerir cápsulas con cocaína es lo más complejo. Cada persona puede llevar hasta un kilo de droga en su cuerpo. El riesgo de un solo y enorme envío se divide por cientos o por miles. Los grandes embarques en buques que salen de los puertos de Buenos Aires, Campana y Mar del Plata tardan en llegar a destino, y si caen significan pérdidas millonarias. Nada es tan urgente y efectivo como un correo humano.

Ese 13 de agosto, Oscar Horacio Ferreyra, de 29 años, y María Lucía Podestá, de 45, ambos oriundos de Villaguay, llegaron al aeropuerto El Prat de Barcelona en un vuelo directo de Aerolíneas Argentinas desde Ezeiza, en Capital Federal. El primero está registrado como “jornalero”, vive en el Barrio Las Rosas de la ciudad del centro de la provincia, está casado y tiene hijos pequeños. Vive en un barrio construido por el Instituto Autárquico Provincial de la Vivienda (IAPV) y su mujer no trabaja. Podestá es desocupada y vive en el Ejido Norte de Villaguay. No estaban demasiado nerviosos, porque no era el primer viaje y nunca habían tenido problemas en los controles con los hombres del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) ni con los perros adiestrados para combatir el narcotráfico. Pero esta vez las cosas fallaron: en el doble fondo de las maletas de ambos aparecieron cinco kilos de cocaína de máxima pureza. Los dos terminaron a disposición del Juzgado de Instrucción Número 5 de El Prat de Llobregat y fueron derivados a una cárcel cercana a Barcelona. De hecho, en los últimos tiempos se incrementaron los controles en El Prat, puesto que dicho aeropuerto se convirtió en una importante puerta de entrada de cocaína procedente de Sudamérica como lo demuestran las estadísticas: entre enero y septiembre de 2006 sólo la Guardia Civil destinada en El Prat incautó 700 kilos de esta droga frente a los 178 que se decomisaron en todo el año pasado. Este aumento de los decomisos, que supera el 400 por ciento, es paralelo al incremento de la actividad de los narcotraficantes que intentan “colar” la droga escondida en los equipajes de los mulas. Pero ni Ferreyra ni Podestá leen los diarios ni ven Internet.

La acción nacional en materia de represión del tráfico de drogas es muy dura en España. Existen convenios que en Europa obligan a las naciones firmantes a castigar penalmente el tráfico ilícito de drogas, entre las que se encuentra la cocaína en todas sus formas de presentación o preparación con efectos psicoactivos. El delito de tráfico de drogas que causan “grave daño a la salud”, entre ellas la cocaína, se castiga en el artículo 368 del Código Penal Español con pena de prisión de entre tres y nueve años, y además multas cuyo importe dependerá del valor de la droga objeto del delito: una vez calculado, se impondrá una sanción de cuantía comprendida entre esa cifra y el triple de ella. El artículo 377 del CPE establece que, a estos efectos, ese valor de la droga “será el precio final del producto o, en su caso, la recompensa o ganancia obtenida por el reo, o que hubiera podido obtener”. Los delitos de tráfico de cocaína se sancionan más gravemente cuando la cantidad de droga objeto del tráfico excede de 120 gramos de sustancia pura, en cuyo caso la pena a imponer oscila entre nueve años y 13 años y seis meses de prisión. En casos excepcionales de tráfico a gran escala por parte de bandas organizadas, la pena máxima aplicable puede alcanzar los 20 años y tres meses de prisión.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

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