Claudio Cañete
Pertenecer al NEA (Región del Noreste Argentino) tiene sus privilegios. Para los videastas entrerrianos, hay una serie de posibilidades, mediante concursos y becas, de capacitarse en realizaciones de guiones audiovisuales y de presenciar sin costo alguno todas las alternativas del Festival Internacional de Cortometrajes Oberá en cortos, en Misiones. En este festival, en la edición anterior, el crespense Maximiliano Schonfeld resultó premiado en uno de los rubros. ANALISIS dialogó con dos integrantes de la organización, de paso por Paraná.
El Festival Internacional de Cortometrajes Oberá en cortos contempla dos áreas de competición, la internacional propiamente dicha y otra en la que pueden participar solamente las provincias de la región NEA (Noreste Argentino). Los organizadores contaron a ANALISIS los beneficios a los que pueden acceder los creadores entrerrianos. El Festival Internacional de Cortometrajes Oberá en cortos se realizará del 10 al 15 de julio en esta ciudad de la provincia de Misiones.
“Estamos en la instancia de convocatoria para participar, y hay tiempo hasta el 15 de mayo para presentar los cortometrajes, que deben estar enmarcados en la temática de la identidad y la diversidad cultural. Pero no hay un género determinado para ello, puede ser documental, ficción o experimental, siempre y cuando se circunscriba a estos ejes temáticos”, explicó Valeria Lombardini, una de las encargadas de prensa del Festival Internacional de Cortometrajes, de visita por Paraná. El encuentro comprende dos certámenes, el Concurso Internacional y el Concurso para la Región NEA (Misiones, Chaco, Corrientes, Formosa y Entre Ríos). En el segundo pueden participar sólo realizadores de esa provincia y no se los excluye que puedan participar también en el internacional, según informó Lombardini.
¿Qué contenidos pueden entrar dentro de la temática referida? Para ejemplificar, tanto Lombardini como su compañera Lucía Alcain sintetizaron los abordajes de los cortos ganadores del año pasado cuando se realizó la primera edición del festival. Juva y Washiná fue el ganador de la convocatoria internacional y reflejaba la experiencia de miles de inmigrantes sudamericanos en Londres, las dificultades que enfrentan en el proceso de integración a la nueva sociedad y la conexión entre el nuevo país y los países latinoamericanos, a través de los grandes flujos de dinero que, fruto de su trabajo, giran a sus países alimentando así sus inestables economías.
Otro de los seleccionados fue Emiterio, de Diego Seppi y José Tabarelli, que es una mirada sobre las realidades aborígenes ignoradas del interior de nuestro país. La vida de Emiterio, un coplero y tejedor de una comunidad aborigen de Salta, invita a conocer su forma de vida y paisajes inéditos de la cordillera en ese sector. Y el Concurso NEA ganó un corto titulado De mí, del misionero Roberto Moreno, que retrata la historia de vida de una mujer de Misiones, una descendiente de inmigrantes dueña de un almacén de ramos generales.
Como se puede apreciar, la gente de las distintas regiones del país y el mundo, y sus semblanzas, serían los elementos fundamentales para acercarse a las temáticas de identidad y diversidad cultural que propone la convocatoria.
“Hasta el momento la convocatoria va muy bien, por lo general los materiales empiezan a llegar la última semana de vencimiento del plazo. Buenos Aires, Córdoba, Ecuador, Colombia, México, Inglaterra, Rusia, España y este año además de estos países ya estamos viendo que se están sumando producciones de Canadá y Brasil”, agregó Lombardini, que en su recorrida por la zona también incluyó Santa Fe y allí recolectó tres trabajos que se inscribieron para participar del concurso internacional.
“El festival se gesta desde un grupo de jóvenes, integramos la Productora de la Tierra, un conjunto de artistas, realizadores y profesionales del arte, la música, la fotografía y el cine. Para llevar adelante esto contamos con el apoyo de la Subsecretaría de Cultura de nuestra provincia y la Municipalidad de Oberá, que se constituyen también como organizadores; a esto hay que sumarle el apoyo comercial de entidades privadas. Nosotros empezamos a trabajar como grupo en el 2004, impulsados por la realización de un cortometraje que filmamos en 2002 y 2003, la inquietud de mostrarlo, de ver que otra gente también quería hacer lo mismo con lo que producía y otros tantos que querían verse, nos movilizó. Sucede que en Misiones no hay lugares para proyecciones. Empezamos con la idea de conformar una cooperativa, y en 2004 y 2005 lo que hicimos fue llevar a Oberá festivales de otros lugares para que la gente pudiera acceder a muchos trabajos interesantes. Hasta que en 2006 generamos la propia, Oberá en cortos. Allí empieza a ser competitivo y con una selección previa de material; y ahora también nos llegó la matrícula de que somos una cooperativa”, contó Alcain.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)