Jorge Riani

El gobierno provincial demostró su desvelo para hacer trascender una imagen de unidad detrás del apoyo a las medidas del Gobierno nacional en su crisis de enfrentamiento con el campo. Aunque muchos de ellos a regañadientes, senadores y diputados dieron el respaldo explícito al encolumnamiento con el gobierno del matrimonio Kirchner. Pero en las entrañas mismas de los bloques oficialistas existe mucha preocupación por el malestar del campo y por la pasividad con la que en la Casa Rosada se tomaron estos 30 días de tregua, que se consumen en medio de la crispación de los productores. Ya saben que en los campos entrerrianos, los productores están ensilando su soja por si no llegan a completar el circuito comercial antes de que finalice el impasse. Es que los chacareros dicen que almacenarán la cosecha para salir a las rutas a resistir, y saben que hablan en serio.

No fue fácil pero salió. La foto con caras sonrientes, una declaración de ocasión, algunas entrevistas dispersas en los pasillos. Como sea, el cometido ya estaba logrado para el gobierno provincial: dar una muestra de unidad, un respaldo explícito y declamado a la estrategia del Poder Ejecutivo entrerriano de encolumnamiento irreductible con la administración central, en el marco de la crisis de entendimiento que tiene con los productores del campo. Esa modalidad que un ex canciller llamaría de “relaciones carnales”.

Sin embargo, el backstage de la reciente reunión que el gobernador Sergio Urribarri mantuvo con los legisladores mostraría los ánimos más caldeados y las corridas de una oficina a otra en el ala que el Poder Legislativo ocupa en la Casa Gris. Y dejaría al descubierto también el largo trajinar para convencer a los más reacios a dejar sus huellas sobre un modo de actuar que no terminan de aceptar. El enojo está centrado en la (in)acción del Gobierno nacional, al grado tal que en el inicio de esta semana se podía escuchar un discurso que cualquier observador elemental pondría en boca de los productores. “Pasan las horas, y la Nación no convoca al diálogo que prometió, mientras la Presidenta está en París y el ministro Lousteau en Miami”, se quejaban con tono bajo los diputados y senadores peronistas entrerrianos.

“Estamos en arenas movedizas”, graficó una fuente legislativa que vivió el vértigo de la convocatoria. La primera alarma la dieron los intendentes que se negaron a participar del último acto político en Plaza de Mayo, que tuvo como única oradora a Cristina Fernández de Kirchner.

Salvo José Carlos Halle, que como intendente de una capital burocrática no atraviesa la dificultad de toparse con un productor en el camino de su casa al Palacio Municipal, y Juan Javier García que aún siendo intendente de la combatiente Chajarí adhirió sin cortaprisas a la estrategia de las relaciones carnales con el poder K, todos los jefes comunales miraron para otro lado cuando la Presidenta convocó a respaldar la acción del gobierno. Miraron, concretamente, a su alrededor para descubrir a sus vecinos cortando las calles y dispuestos a resistir en sus planteos para que se de marcha atrás con el aumento del porcentaje de las retenciones móviles a la soja exportada.

También fueron, por una cuestión de naturaleza institucional, los senadores quienes pusieron reparos iniciales a la hora de adherir incondicionalmente a la estrategia de K. Vale recordar que el comunicado de adhesión de los legisladores de la Cámara alta al planteo de los productores tomó de sorpresa incluso a éstos.

Esa grata sorpresa que sintieron los chachareros en las rutas devino en incómoda molestia en la primera fila del gobierno provincial. Siempre quedó la duda de que una mano entrerriana con fácil llegada la Casa Rosada hizo trascender el comunicado de los senadores para dejar en evidencia que el gobernador Urribarri no tenía la tropa alineada.

Por eso es importante para el oficialismo provincial las fotos que se mostraron este martes, tomadas en el Salón de los Gobernadores, y que el sitio oficial publicó bajo el título “Diputados y senadores justicialistas respaldan la estrategia del gobierno entrerriano”.

Los senadores tienen una representatividad departamental, y dentro del bloque justicialista cuatro son veterinarios, tres productores agropecuarios, uno es criador de caballos y otro fue dirigente cooperativista. Uno de ellos dijo que durante el paro agropecuario debió sortear tres piquetes para llegar a un encuentro en el Partido Justicialista, y no lo hizo acelerando su auto, sino bajándose a escuchar a los productores. Así las cosas, hoy los senadores del mismísimo justicialismo están con muchas dudas respecto al proceder del gobierno nacional y con mucha inquietud por el pleno que la Gobernación se jugó en esta historia.

Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)