Jaime Gallivare

En su memoria atesora fechas, nombres y situaciones de forma admirable. Busca en la profundidad de los recuerdos y entonces revela alguna historia atesorada en las entrañas de su celosa vocación de documentalista y observador agudo del devenir de la vida en sociedad. De ese modo, Miguel Ángel Andreetto logró erigirse en el custodio de gran parte de la memoria periodística de la ciudad. Pasó por decenas de redacciones de aquellos diarios que surgieron en una Paraná convulsionada por la pasión política de las facciones que protagonizaron la primera mitad del siglo XX. En esta entrevista traza un mapa de una ciudad sepultada bajo los escombros del olvido general y rescata espacios e historias dignas de resguardar. Lo que sigue es un recorrido por una capital entrerriana desaparecida, de diarios y encendidas pasiones políticas; de oficios, mística e ideales.

-Profesor, usted ha sido un observador minucioso de los diarios aparecidos a lo largo del tiempo. ¿Cuáles han sido los principales, surgidos en la primera mitad del siglo pasado, y qué calidad de diarios ha tenido Paraná?
-Cuando yo era niño leía, particularmente, así, en forma fragmentaria, El Diario y La Acción. El Diario que nació con los postulados de la Unión Cívica Radical en 1914. Estaba en calle Urquiza, más o menos por donde están las puertas del Gran Hotel Paraná. La dirección era, con numeración vieja, Urquiza 496. En calle San Martín, donde estuvo un tiempo la sucursal del Banco Entre Ríos, frente al Banco Francés, estaba el diario La Acción: Urquiza 328, siempre con número viejo. En el 320 estaba la imprenta de Domingo Predassi, que se incendió por el año 32. Luego en calle San Martín, al 266 número viejo, ahí donde está ese bar La Ventola.

-¿En el mismo lugar de La Ventola?
-Sí, ahí mismo. Yo le digo a la gente que a este local lo conozco hace 75 años, y le hago una broma y le digo: “Así que a mí no me tienen que cobrar”. Ahí salía el diario El Tiempo, que era de Silvano Santander. El Diario y La Acción salían de mañana, y El Tiempo, de tarde.

-Santander, también de postulados radicales.
-Sí, sí. Estaban divididos en radicales antipersonalistas, en contra de Hipólito Yrigoyen. El Diario era de corriente antipersonalista, y respondía al gobierno de Entre Ríos que estaba en contra de Yrigoyen. Y Santander que era yrigoyenista, así que naturalmente… Miguel Laurencena y Luis Etchevehere integraron la fórmula radical en 1914, después vino Celestino Marcó en el año ‘18, que más tarde fue ministro de Justicia e Instrucción Pública con Alvear, en la corriente antipersonalista.

-Así que había dos diarios radicales de distintas líneas. Y estaba La Acción, de 1912, que era de tendencia católica. ¿Dependía orgánicamente de la Curia o era una tendencia?
-Había directores curas. El padre Manuel Baños, que fue con el tiempo presidente del Círculo de Periodistas de Paraná, que se fundó en el año 1937, fue director de La Acción. Hubo también civiles. Había también un cura de apellido Poyet.

-¿Claudio Poyet, que aparece en las Páginas de Oro de Paraná, de Zanini?
-Claudio Poyet, sí, el mismo. Hasta el año 1928, cuando ganó Yrigoyen la segunda elección, salió un diario en el mismo local del de Santander, cuando éste todavía no había salido. Después, por el año 30, en calle Cervantes 72, siempre con numeración vieja, es decir entre Buenos Aires y Santa Fe, salió un diario que se llamaba La Provincia. Por el año ‘30, en un mes, aparecieron tres diarios nuevos en Paraná. En calle San Martín 416, número viejo, insisto, por ahí donde está ahora el Instituto Autárquico del Seguro, estuvo un diario que se llamaba Entre Ríos. Hubo una división de personal que había estado en El Diario y que se fue por algún problema que no conozco. Esa gente se separó y salió el diario Entre Ríos, dirigido por el doctor Eduardo Sanmartino, que era también antipersonalista. Tuvieron que construir una planchada especial para transportar una máquina que estaba en la imprenta de Florenza, el abuelo de estos que son médicos ahora, hasta la media cuadra, donde estaba el Entre Ríos. La máquina estaba en la imprenta Florenza, cerca de El Diario y de la Confitería Ruiz, donde la gente iba a ver los resultados de fútbol, frente a la Plaza de Mayo, por donde está el Hotel Paraná. El diario Entre Ríos tenía mucho personal, y el director Sanmartino fue después diputado nacional y llegó a tener el estudio con el doctor Raúl Lucio Uranga, en calle Santa Fe, frente a la Casa de Gobierno. Uranga también era antipersonalista.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)