Marcelo Comas
El Centro de Alto Rendimiento Deportivo, un programa ideado por la Asociación del Fútbol Argentino para potenciar las plazas futbolísticas del interior del país, se instaló en la ciudad de Paraná con el propósito de trabajar las virtudes de los jugadores locales. El proyecto tiene como referentes a la Liga Paranaense de Fútbol, a la Federación Entrerriana de Fútbol y a la Municipalidad de Paraná. La AFA se comprometió a asistir desde el aspecto logístico, pero dejó de lado el financiamiento de la propuesta. Si bien la historia reciente muestra algunos resultados positivos, entre ellos la convocatoria de dos juveniles para integrar la Selección Argentina Sub 15, la puesta en funcionamiento del proyecto estuvo signada de dudas y hasta hubo algunas voces que se levantaron a modo de protesta luego de la demora en el pago a los entrenadores. La continuidad de esta iniciativa se decide en los próximos días y la ayuda del gobierno provincial resulta crucial para seguir funcionando.
Se sabe que el fútbol en nuestro país es un deporte que despierta todo tipo de sentimientos y que a mediados de la década de 1990 se transformó en una verdadera usina de negocios. A partir de ese entonces, aparecieron en escena los famosos representantes, intermediarios y dirigentes de clubes que buscaban sacar alguna tajada con la transferencia de jugadores al fútbol extranjero. Mientras miles de jóvenes deslumbran a pura gambeta -y nuestra provincia no es una excepción a la regla-, otros tantos se dedican a aceitar estrategias para negociar sus piernas y sacar provecho de las virtudes ajenas.
Esta apreciación no se emparenta con la actividad del Centro de Alto Rendimiento de AFA en la provincia ni mucho menos, sino que intenta reflejar hacia dónde se encamina el fútbol argentino de nuestros días y con mayor dimensión en el plano internacional. Se está hablando de la mercantilización de la pelota y las consecuencias que puede tener en un futuro no muy lejano.
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