-Más de la doble vida de la UIA. Parece que esta gente estableció, como quien dice, una transmisión de pensamiento. La semana pasada se advertía en estas hojas que tras la elección de Héctor Méndez empezaba a flotar en el ambiente el pasaje de la Unión Industrial Argentina (UIA) hacia la confrontación con el gobierno y la confluencia con las cúpulas empresarias del ruralismo, del comercio y los bancos. Nunca se pensó que el proceso se pusiera en movimiento con tanta premura. “La preocupación por la crisis”, fue el eufemismo utilizado para reunir lo que se dio en llamar el Grupo de los 7, esto es la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (ADEBA), Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Cámara Argentina de Comercio, Cámara Argentina de la Construcción, Sociedad Rural Argentina y UIA. Seguramente han adoptado esta denominación numérica cosa de gambetear cualquier parentesco con otras agrupaciones que reunieron a las mismas corporaciones empresarias y que se constituyeron en el ariete de los golpes militares. Por caso, ACIEL (Acción Coordinadora de Instituciones Empresariales Libres) en 1966, con Onganía, y APEGE (Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias) en 1976, con el genocida Videla. En esta actualidad, como emparentarse con los golpes militares tiene “mala prensa”, buscaron un nombre más ascético: Grupo de los 7. Es realmente sorprendente la correspondencia que tiene este reagrupamiento empresario con lo sucedido en las circunstancias históricas a las que se hacía referencia. Tanto en el momento de construir ACIEL y más tarde, en el año 1976, APEGE, fue la Sociedad Rural Argentina el agrupamiento empresario que tuvo la iniciativa de la confluencia y le impuso su dinamismo. En la reunión que se hizo recientemente, también fue el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcatti, quien desplegó las preocupaciones comunes a todas las cúpulas empresarias. Pero, al parecer, tras la enumeración de los problemas generales como el tipo de cambio y la presión impositiva, hubo cuestiones de fondo que estuvieron planteadas aunque estos capitanes del capitalismo argentino se cuidaron de hacer trascender. El tema merece verse en detalles. Resulta que en tanto y en cuanto los dineros de la jubilación iban a las administradoras privadas -AFJP-, las cúpulas empresariales gozaban de una financiación cómoda y fluida. La reestatización reciente de los fondos de pensión revierte esta situación en diferentes sentidos. Por lo pronto, los fondos de la Ansés están direccionados a financiar grandes emprendimientos públicos. Esta medida tiene como consecuencia directa que estas empresas privadas deban encontrar otra fuente de crédito. A esta incomodidad se agrega que en el tejido financiero que se armaba entre AFJP y el capital privado, las administradoras pasaban a integrar el paquete accionario de esos grandes conglomerados financieros a los cueles asistía crediticiamente. Al pasar todo al Estado es la Ansés la que comienza a integrar ese capital empresario. Entonces, ante determinadas maniobras tendientes a generar un vaciamiento en algunas empresas, el Estado Nacional, a través de la Ansés, se ha metido y ha terciado en las propias decisiones impidiendo el defalco. Sucedió con Siderar, filial del grupo Techint, cuyo dueño es el empresario Paolo Rocca. Esta empresa, líder en la industria siderúrgica, se ubicaba deliberadamente en un estado de cesación de pagos con despido de 1.200 trabajadores. La intervención del gobierno nacional hizo que se nombrara al economista Aldo Ferrer como director de Siderar. El banco Macro estaría en el mismo proceso y habría 40 empresas más en esa situación. Cabe observar que existen determinados movimientos que hacen factible que Telecom pueda seguir el camino de Aerolíneas Argentinas. Si se concretara este paso con la empresa de teléfonos, el Estado Nacional pasaría a tener un protagonismo decisivo en la suerte de la telefonía como supo tener con la antológica Entel. Entonces, lo que molesta a esta cúpula empresarial, denominada Grupo de los 7, es el activismo del Estado Nacional impidiendo maniobras especulativas. Hay que tener en cuenta que no se vive un momento cualquiera. Toda actividad especulativa es dañina pero en estas circunstancias, en medio de una crisis inédita del capitalismo mundial, los manejos empresarios espurios pueden generar verdaderas catástrofes.

-Repercusiones entrerrianas. La provincia tiene su propia configuración social que hace que se conecte en forma particular con lo que sucede en el centro de decisión nacional, es decir Buenos Aires. Esa conexión en relación con las decisiones que marcan tendencias nacionales es, en todo caso, marginal. Entre Ríos carece de petróleo, de siderurgia, no tiene plantas automotrices, tampoco grandes concentraciones industriales. Se destacan la producción de pollo, arroz y citrus en función de que estos rubros son los que tienen incidencia en las grandes cuentas de la economía. La importancia está definida en un doble sentido, pues estos tres productos tienen gravitación en la exportación y en el consumo interno. Pero Entre Ríos no vive dentro de un frasco, las grandes determinaciones sobre la economía nacional caen sobre la natural bonhomía provinciana y muchas veces amenaza con asfixiarla. El flamante candidato a diputado nacional Atilio Benedetti (UCR), en el año ‘96, siendo intendente de la ciudad de Larroque, masticaba su impotencia frente a un frigorífico de aves que por estar en quiebra dejaba a muchos trabajadores en la calle y los pollitos se morían por ciento de miles debido a la falta de energía eléctrica. La explotación avícola en cuestión quedaba ahogada por el achicamiento del mercado ante la depresión económica que ya asomaba. Era el momento en que la Convertibilidad comenzaba a hacer estragos. Se trae este hecho para ejemplificar que es el contexto nacional el que determina la evolución social y productiva de la provincia por fuera de los esfuerzos locales. Es por eso que no se pueden ignorar estos movimientos en las cúpulas empresarias que se convocan como Grupo de los 7. Cada vez que estos nucleamientos cobraron protagonismo el país la pasó mal. Seguramente, por ahora buscarán influir en su provecho, y siempre en las sombras, en el proceso electoral del 28 de junio.

-Radicales enredados. Días pasados se asistía al despliegue de confianza por parte del candidato a diputado nacional por la UCR. Tras una interna de reconocida prolijidad, Atilio Benedetti exponía la necesidad de una amplia confluencia en torno al radicalismo. Enumeraba las pretensiones de integrar, además del socialismo, a la Coalición Cívica de Elisa Carrió y algún representante del ruralismo provinciano. Un temperamento entusiasmado y excitante brotaba espontáneo en las filas radicales. Esta emotividad volcada hacia el congreso del fin de semana hacía prever un cierre de listas y alianzas sin sobresaltos. Pues las cosas no han sucedido precisamente así. Mucha retórica federalista, pero a la hora de la verdad, desde Buenos Aires, Gerardo Morales bajó el pulgar al socialismo e impuso a su pollo Benedetti que el segundo lugar tenía que ser ocupado por la figura propuesta por Lilita. Esta postura, además de mellar las banderas del pretendido independentismo federalista que con tanta sonoridad los radicales reprochan a la Gobernación de Sergio Urribarri, significaba en sí el desplazamiento del segundo lugar al socialismo para que sea ocupado por una mujer bendecida por Carrió. Con esta decisión, que además afecta las expectativas del socialismo que las vivía como hechas, también queda tocada la imagen del Comité Radical y su presidente, Carlos Cecco. Téngase en cuenta que no más de 10 días atrás y con mucho glamour, como se suele decir, el Comité Provincial de la UCR había firmado un acuerdo con el Partido Socialista donde quedaban reservados los lugares que cada cual iba a ocupar en la lista. Tan por hecho se daban estos asuntos que Estela Troncoso, la candidata para ocupar el lugar asignado al socialismo, había dejado trascender proyectos de su propio cuño que iba a presentar en la Cámara de Diputados, descontando su nominación. Pero bueno, jefes son jefes y órdenes son órdenes, de manera tal que Benedetti dejó caer todo su peso político para apoyar el mandato de Gerardo Morales. Los radicales en su congreso soberano rompieron el acuerdo con el Partido Socialista y cerraron filas en la alianza con la Coalición Cívica de Carrió y con el ruralismo. Queda así, pues el tercer lugar en la lista está asignado para Jorge Chemes, un empresario ligado a la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (FARER).

-Un paso bien dado. Cuando cundían las alarmas en todos los metideros del justicialismo, el congreso se ordenó tal como se prometía días antes por parte de sus figuras más encumbradas. Realmente, en los momentos previos no sólo el camionero Antonio Alizegui prometía turbulencias. A menos de 48 horas del congreso se entró a dudar de la presencia de Jorge Busti. De todas maneras, el viernes, tanto las declaraciones de Urribarri, de Busti y de José Cáceres aseguraban un congreso de unidad que dejaría en manos del Consejo Provincial la decisión final sobre la confección de la lista para diputados nacionales. El congreso en sí fue un hecho movilizador pues no sólo estuvieron presentes todos los congresales, tampoco faltaron legisladores e intendentes. Esta demostración de unidad que surge del desarrollo ordenado del congreso, como también el nombre que se baraja para encabezar la lista, surge una vez más la muñeca del gobernador Urribarri en el armado de la estantería. Para destacar la mesura y prolijidad de Urribarri hay que registrar en detalles la movida del intendente José Carlos Halles días previos cuando en acuerdo con el diputado Hugo Vázquez, gremialista representante de los trabajadores municipales de Paraná, armó la proclamación de Rosario Romero a diputada nacional. Esta avanzada de Halle resultó tan descomedida que el propio Busti se empeñó en poner distancia. Desde ahí, si bien en forma mañosa, el ex gobernador se allanó a la postura de resguardar un peronismo unido. A manera de lavarse las manos pero también en un virtual reconocimiento de que no tenía fuerzas como para torcer el rumbo, supo destacar que en esta confrontación electoral la mayor responsabilidad la tenía el gobernador Urribarri y en esa razón le correspondía tener la iniciativa en la conformación de la lista. Pero bueno, fiel a su costumbre y como para demostrar que puede hacer daño, apenas cerrado el congreso salió a vociferar frente a todo micrófono que el 29 de junio, es decir el día después del acto electoral, saldría a trabajar la candidatura de Carlos Alberto Reutemann como alternativa al kirchnerismo en 2011. Pero bueno, en los pasillos del justicialismo no eran pocos los que interpretaban que estas declaraciones de Jorge Busti ponían sobre la mesa que si se allanó a la decisión del congreso era porque no le quedaba otra.