P.R.
Bennett nació en los Estados Unidos y un accidente lo dejó una pierna. Ese acontecimiento le cambió la vida. Y aunque sufrió mucho, hoy se siente muy feliz de lo que hizo.
Empresario y con una actitud de lucha permanente, este dirigente de 80 años llegó a nuestro país para celebrar los 30 años de la actividad que él mismo impulsó. Mucho recuerda de sus inicios como futbolista amputado y de los pocos recursos que tenía para expandirlo. Sin embargo, su lucha no claudicó y actualmente 26 países son parte de la Federación Internacional, lo que deja en claro la fuerza de esta disciplina.
Bennett no sólo trascendió gracias al fútbol, también tuvo espacio en distintos medios de su país al ser el primer amputado en escalar el Monte Rainier. Como si fuese poco, ganó medallas de oro y de plata en torneos de esquí, otra de las actividades deportivas que lo apasionan y que también fue apoyo de esta aspiración para conformar un campeonato de fútbol.
Bennett perdió la pierna en 1972 cuando en uno de sus tradicionales vuelos la avioneta tuvo un desperfecto y se accidentó. A pesar de los esfuerzos médicos nunca pudo recuperar el miembro. Desde ya los primeros meses no fueron fáciles. No obstante, su fuerza interior fue clave para recuperarse. Tuvo sus dudas, en especial en cómo seguiría su vida con una sola pierna.
Según cuenta, el primer golpe psicológico fue cuando en oportunidad de ir a buscar una prótesis se topó en la cola con un hombre en silla de ruedas a quien le faltaban las dos piernas. Ese día, Bennett entendió que debía luchar por su vida. Hizo esquí, escaló, empezó a jugar al básquet y hasta conformó una Liga de Fútbol de Amputados.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)