Natalia Buiatti
El hombre se muestra cansado. Los años de trabajo dejaron rastros en su cuerpo que lleva con orgullo. Hace ya varias décadas que es camionero, profesión que le permitió criar y educar a sus hijos. Se define peronista y agrega que a nivel nacional responde a la conducción de Hugo Moyano. “Llegar hasta acá no fue fácil”, dice uno de sus hijos que lo acompaña, en referencia a la decisión de hacer pública su denuncia a través de la prensa.
El sábado 26 de abril de 2014, en el camping “15 de Diciembre” que es propiedad del Sindicato de Choferes de Camiones, Obreros y Empleados del Transporte Automotor de Cargas en General de Entre Ríos, y está ubicado entre las calles El Guaviyú y El Ibapoy, en la zona de la Toma Vieja de Paraná, se llevó a cabo la Asamblea General Ordinaria de la entidad. Uno de los objetivos principales del cónclave gremial era aprobar la Memoria y Balance 2012-2013. El inicio del encuentro anual estaba convocado para media tarde, pero se dio recién pasadas las 19. A ese lugar llegó Hugo Espinosa junto a otras dos personas provenientes de Concordia. Eran tres militantes de la Agrupación “6 de Agosto” que se autodenomina “opositora” a la Celeste y Blanca de la conducción. La reunión congregó a cientos de afiliados, por lo que debió desarrollarse en el salón más amplio del edificio. “Ya desde el ingreso, los presentes en el lugar nos miraban con cierto recelo”, recordó Espinosa en diálogo con ANÁLISIS, tal como consta en el acta policial de la denuncia, y observó que “en distintas partes del proceso” hubo “una falta total de seriedad y transparencia en el tratado de los temas”, por lo que decidió hacer referencia en voz alta a “las fallas” que a su juicio existieron. La asamblea transcurrió sin mayores escollos para la Comisión Directiva. Los afiliados que se encontraban en el lugar decidieron votar las mociones de aprobación casi sin escuchar lo que se leyó y debió debatirse.
Al finalizar el encuentro, Espinosa se acercó a los directivos presentes y al saludarlos, les enrostró las irregularidades que a su criterio se cometieron. Como contrapartida, recibió un empujón. No cayó al suelo porque detrás había una mampara. Su cuerpo se topó contra esa estructura. De inmediato comenzó a ser golpeado. Fue blanco de puñetazos y “patadas en el pecho” por parte de algunos varones, entre quienes identificó al actual secretario Social del sindicato, Gustavo Daniel Mastrachio, a quien acusó directamente en su presentación policial. Mastrachio junto a otras personas lo condujeron “a los golpes” hacia la salida del lugar, situación que no hubiera cesado si Espinosa no hubiese sido “asistido” por uno de sus acompañantes concordienses. En la denuncia también se aludió al secretario Gremial, Jorge Ávalos, quien “logró que todos detuvieran las agresiones y luego de un momento” consiguió que los opositores “se pudieran retirar del predio del camping”.
La formalización en sede policial de lo sucedido fue esa misma noche, después de las 24, cuando el calendario ya marcaba 27 de abril. En la Comisaría Decimocuarta, el dirigente de la 6 de Agosto adujo sentir “dolores tanto en su espalda como su abdomen y su operación de hernia umbilical”. Dijo que lo sorprendió “la agresividad con la que se condujeron estas personas”, quienes “no repararon en que tenía colocados sus anteojos bifocales fotocromáticos, con marco metálico”, los que terminaron “marcados y completamente doblados en su estructura”, y recordó que “al sacarse de encima a Mastrachio, el individuo le manifestó a viva voz: ‘Donde te encuentre te voy a hacer pelota hijo de puta’”. La frase fue considerada por Espinosa como “una amenaza de muerte” en la misma denuncia, en la que tampoco olvidó mencionar al “diputado provincial y secretario General, Antonio Aníbal Alizegui; al secretario Adjunto, Osmar Berón; y al tesorero César Maquiavelo; quienes en ningún momento detuvieron semejante acción, así como tampoco intervinieron para asistirlo” luego de la agresión.
La presentación policial por “lesiones y amenazas” recayó en el entonces Juzgado de Instrucción en turno, el Número 8, a cargo de la doctora Elisa Zilli. A ese despacho, uno de los tantos abarrotados de denuncias y expedientes, llegó el oficio en el que se da constancia sobre un informe del médico policial que asistió a Espinosa. El denunciante fue citado a declarar esta semana, oportunidad en la que brindará precisiones sobre lo sucedido y se le mostrarán las posibilidades de resolución. “Aparentemente, todo obedece a que esta persona (Espinosa) pertenece a un sector minoritario que sería la oposición”, confió una fuente judicial.
No obstante, más allá de pertenecer Espinosa al sector opositor y pese a que en su denuncia no dio precisiones sobre su moción para que no se votara a libro cerrado el Balance del año anterior, el propio veedor de la Delegación Regional del Ministerio de Trabajo de la Nación, Carlos Dezar, reconoció que ese fue el detalle que desató las rispideces posteriores. “Acá hubo una moción para aprobar el balance a libro cerrado. Ahí se ve la confianza que depositaron, porque por mayoría se apoyó eso. A lo mejor hicieron objeción a algún punto, pero bueno, hay que respetar lo que dice la mayoría. Eso fue lo que pasó en realidad. De ahí, si hubo algún incidente, no sé”, se despegó.
De vieja data y firmas “falsificadas”
No es la primera vez que Espinosa denuncia irregularidades en ese ámbito. Hace diez años, en 2004, el conductor de carga impugnó las elecciones que le permitieron alcanzar la titularidad del sindicato a Antonio Alizegui. Para esos comicios, Hugo Espinosa junto a otros afiliados constituyeron la lista 6 de Agosto, que compitió con la Celeste y Blanca, encabezada por el actual diputado provincial, quien en ese momento alcanzó por primera vez la conducción entrerriana del gremio, titularidad que aún ostenta.
El expediente de impugnación, que lleva el número 218.248/04, fue elevado al entonces encargado de la Agencia Territorial Paraná del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, Oscar Bianchini. “La impugnación al acto eleccionario se ha sustentado en la deliberada omisión de afiliados cotizantes del padrón de trabajadores en condiciones legales y estatutarias de votar”, aclaró al inicio del documento el apoderado legal de la lista 6 de Agosto, Ramón Castrellón.
La presentación fue contestada en un dictamen que advertía la no acreditación de “la calidad de afiliados de los supuestos trabajadores que fueron omitidos deliberadamente del padrón electoral”. Sin embargo, en la actuación posterior, Castrellón sostuvo: “Sin saber de mi parte qué ha ocurrido en la presentación que se realizó en la Agencia Territorial Paraná, se agregaron duplicados de recibos de dichos trabajadores, con los cuales se acredita la veracidad de la denuncia y la consecuente impugnación. En razón -pues- de no haber llegado a la superioridad, se agregan nuevamente dichas fotocopias, las que formarán parte del presente expediente”.
En la impugnación se habló de un “escandaloso fraude electoral que ha tornado imposible el ejercicio del derecho a voto por un número apreciable de trabajadores camioneros de la provincia de Entre Ríos, de lo cual hay ya sobrados antecedentes”, y se agregó: “Varios trabajadores que aparecen emitiendo su voto, no sólo no lo hicieron sino que sus firmas fueron falsificadas, extremo que surge de las notas individuales firmadas por dichos trabajadores, que fueron presentadas ante la Justicia Electoral del Sindicato. Es más, fue de tal magnitud el fraude que aparece votando un trabajador, Ernesto Merello, quien conforme pruebo con el original del diario “La Calle” de Concepción del Uruguay -de fecha 2 de mayo-, falleció en un accidente de tránsito el día 30 de abril, de modo que mal pudo votar los días 7 u 8 de mayo”. Además, el apoderado marcó que “sobre un total aproximado de 6.000 trabajadores camioneros en Entre Ríos”, el padrón contenía 1.931, “lo que representa un número que no responde a la realidad, y que prueba que el padrón general había sido confeccionado de modo tal de ajustarse a la lista supuestamente ganadora”.
También en referencia a los padrones electorales, en la impugnación Castrellón planteó: “Se ha violentado lo dispuesto por el decreto reglamentario número 467/88, habiéndose omitido confeccionar los dos padrones que la ley prevé, uno por orden alfabético y el otro por establecimiento, con datos suficientes para individualizar a los afiliados y al establecimiento o lugar dónde trabajan o hayan trabajado por última vez. En ese sentido señalo que hubieron -entre los meses de marzo y mayo- varios padrones electorales, cada uno con diferente cantidad de afiliados, y el manejo arbitrario y espurio de los mismos ha posibilitado la consumación de un fraude que burlando la voluntad del conjunto de los trabajadores camioneros, en tanto y cuanto se ha cercenado el más elemental derecho a la participación de los trabajadores excluidos, pese a tener antigüedad en la afiliación y en el pago de las cotizaciones sindicales”. Y se completó: “Mi parte no he podido precisar –para lo cual se requiere una indagación personal a cada trabajador y un extenso cotejo de firmas- a qué cantidad exacta asciende la omisión de los padrones y las firmas que han sido adulteradas, lo que potenciará aún más el perjuicio que se ha causado”.
Cuando este medio consultó por el resultado de la impugnación, Carlos Dezar, quien hace décadas se desempeña en la Delegación Regional del Ministerio de Trabajo de la Nación, respondió: “Esto ya fue archivado. Yo no tengo la resolución”.
El muerto que votó
Raúl Ernesto Merello era un camionero domiciliado en San Justo, departamento Uruguay. Murió trágicamente el 30 de abril de 2004, horas después de ingresar al Hospital Felipe Heras de Concordia por un traumatismo de cráneo.
Sin embargo, entre el 7 y 8 de mayo de ese mismo año, es decir casi diez días después de su muerte, Merello apareció como uno de los sufragantes en el departamento Uruguay, en el marco de los comicios para elegir la conducción del Sindicato de Camioneros de Entre Ríos. Así consta en la planilla de afiliados votantes para la renovación de Comisión Directiva y Comisión Revisora de Cuentas.
La impugnación eleccionaria, la trágica muerte de un trabajador que después fue utilizado para sufragar, los golpes que recibió Espinosa, golpes de puño y golpes a su dignidad como persona ¿no son los rastros de un sindicato que por momentos parece dar banquinazos?
(Más información en la edición gráfica número 1003 de ANALISIS del jueves 5 de junio de 2014)
