Natalia Buiatti
“Pasé la noche casi desvelado por culpa del calor y ahora estoy sentado de cara al fresco de la ventana: la luz del alba titila, frágil, y enfrente se ve pasar el río entre los sauces; el agua a veces sube, arrasa todo. La gente, acá, aprende a vivir en las orillas de la desgracia. Los turistas llaman a esta miseria color local. Los lugares de frontera, según parece, son pintorescos”. Así describe Ricardo Piglia en su libro Respiración Artificial a la ciudad de Concordia. Una ciudad que encierra groseras contradicciones con las que su gente amable aprende a convivir.
La ESJA Número 41 Dr. Guillermo Bugatti, inició en el 2000 como un BAPA, es decir que tenía la modalidad de un Bachillerato Acelerado para Adultos y funcionó con el nombre de Justo José de Urquiza. Las clases se dieron en la antigua Estación Central del Ferrocarril de Concordia y, después de un recorrido que la llevó por varios lugares, se asentó definitivamente en las instalaciones del Hospital Felipe Heras.
La escuela para adultos cuenta con un abultado número de horas cátedra. Según la denuncia presentada a ANÁLISIS, unas 438 horas componen la oferta total, lo cual “quintuplica al promedio del resto de los establecimientos educativos de esta modalidad, y por lo tanto su carga horaria se asemeja a una escuela de primer nivel”. No sólo funciona en el hospital que está ubicado entre calles Entre Ríos y Scattini de la ciudad del citrus, sino que tiene bajo su órbita dos anexos: el Centro de Capacitación Número 20, que se desarrolla en la escuela Coronel Navarro, y la Escuela Secundaria de Jóvenes y Adultos Número 38.
La escuela para adultos cuenta con un abultado número de horas cátedra. Según la denuncia presentada a ANÁLISIS, unas 438 horas componen la oferta total, lo cual “quintuplica al promedio del resto de los establecimientos educativos de esta modalidad, y por lo tanto su carga horaria se asemeja a una escuela de primer nivel”. No sólo funciona en el hospital que está ubicado entre calles Entre Ríos y Scattini de la ciudad del citrus, sino que tiene bajo su órbita dos anexos: el Centro de Capacitación número 20, que se desarrolla en la escuela “Coronel Navarro”, y la Escuela Secundaria de Jóvenes y Adultos número 38.
El actual director de la ESJA es el profesor Leandro Pantano Coppini, quien accedió por primera vez a ese cargo el 25 de febrero de 2013 hasta el 5 de marzo del mismo año, luego de que la escuela permaneciera acéfala durante varios meses. Desde ese momento y hasta el 28 de febrero de 2014, Pantano Coppini renovó su función. Hasta ese entonces fue el director Departamental de Concordia, Saúl Dri, quien ingresó el formulario y lo aprobó en el Sistema de la Administración de la Gestión Educativa (SAGE). Así consta en el comprobante de tramitación del sistema informático, que lleva el número DC2549-0000-8-2013. Desde el 1 de marzo de 2014 hasta el 28 de febrero de 2015, Pantano Coppini es nuevamente ratificado al frente de la escuela. Esta vez, quien ingresó el formulario al SAGE fue una empleada del sistema informático en la Departamental Concordia.
Hasta acá todo parece ir por los carriles normales, pero según se denunció a este medio, no hubo llamados a concurso para ocupar la titularidad de la ESJA número 41, pese a que las publicaciones realizas por cada institución deben quedar registradas para constancia de cada escuela y del Consejo General de Educación (CGE). “En la práctica del concurso se supone que hay que hacer una publicación en los diarios del llamado y cuando se gana se obtiene la certificación del Consejo General de Educación. Sin embargo, se hicieron arreglos. Jamás se hicieron los llamados para concursar las coordinaciones”, se apuntó.
Cuestión de familia
La documentación respaldatoria a la que tuvo acceso ANÁLISIS, involucra a familiares del titular de la Departamental de Educación, del director de la escuela nocturna y a empleados de la Departamental, quienes son los encargados de las altas y bajas de docentes en el SAGE. En la acusación se especificó sobre la creación de la división “C” en el marco de la ESJA número 41, en la que algunas personas allegadas al director Pantano Coppini y al titular de la Departamental Concordia, figuran en el SAGE como profesores. “Después de trascendidos locales hubo algunas bajas”, se precisó a este medio, pero los troqueles de tramitación del sistema virtual muestran cada movimiento.
El caso emblemático es el que involucra a un hijo del director Departamental. El muchacho terminó la secundaria en la Escuela Normal “Domingo Faustino Sarmiento” en diciembre de 2012. Apenas tiene 19 años. Sin embargo, en el sistema SAGE aparece como profesor de Derecho, Formación Ética y Ciudadana, Lenguas Extranjeras y Filosofía por un total de 12 horas cátedras en el 1ero. y 2do. “C” del anexo 20 de la ESJA 41. El joven debería haberse desempeñado como docente en esos dos cursos, hasta el 28 de febrero de 2014, tal como consta en el registro virtual del sistema educativo provincial.
Desde junio a diciembre de 2013 fue ingresado en el Plan Mejora Institucional, con ocho horas cátedra. En tanto, desde el 1 de marzo de 2014 hasta el 28 de febrero de 2015, fue registrado al sistema como profesor de Derecho, Educación Tecnológica, Lenguas Extranjeras y Formación Ética y Ciudadana por 12 horas. “El caso del hijo del director que terminó el bachillerato en diciembre de 2012 es muy grave porque el 1 de marzo de 2013 ya estaba incorporado al sistema SAGE como profesor para dar una cantidad de horas. Es un delito grave”, insistió el denunciante.
Además, se recordó que el tema tuvo amplia trascendencia en las redes sociales, que en algunos programas radiales locales lo mencionaron, y hasta hubo una publicación en un diario. Allí se dijo que en Educación podía “estallar un escándalo”, lo que provocó que “en el término de horas se hayan producido cambios, como el cese de uno de los hijos del director Departamental”, entre otros. “Ellos acusaron el golpe cuando dieron de baja a sus respectivos familiares”, se acotó.
Pero el hijo de Dri no es el único tocado por la denuncia. Empleados de la Departamental de Escuelas y familiares políticos del director de la ESJA también fueron señalados en la acusación. En los troqueles de tramitación del SAGE aparece personal obrero y de maestranza de algunas escuelas, quienes están afectados a tareas administrativas en la Departamental, pero que por períodos debieron trabajar como profesores dictando diversas materias en la escuela nocturna. “Obvio que entre ellos tenía que haber como un acuerdo para que esto no trascendiera, porque es una escuela fantasma”, sentenció el denunciante.
Intercambio de favores
Todo lo anterior no hubiese sido posible sin la complicidad de algunas personas encargadas de dar las altas y bajas docentes en el SAGE. Quedó claro en la denuncia, donde también se sindica a personal que trabaja en el área de informática de la Departamental Concordia. Así es como en los comprobantes de tramitación del sistema, hay dos personas que fueron quienes más altas dieron a la división “C” de la escuela nocturna. Incluso, ellas también resultaron beneficiadas con algunas horas cátedra.
Pero todo queda en el sistema informático. “Desde AGMER se dijo que el SAGE es inviolable, y que por más que se produzcan cambios, todo queda registrado o encriptado”, se sostuvo. “Claro que sin la connivencia de estas personas que son las que manejan el sistema en la Dirección Departamental Concordia, todo esto es una cuestión imposible. Para una escuela normal, uno tiene que tener la documentación respectiva, la fotocopia del llamado a concurso en los medios, más el documento, el acta de servicios que se incorpora… En este caso, ellos obviaron todos estos requisitos. En el detalle de todos los beneficiados, por lo general, la mayoría no es docente y sí están vinculados al director de la ESJA y al director de la Departamental. Acá hay inclusive, gente que trabaja adentro de la Departamental: secretarios, mano derecha del director y demás”.
“Los troqueles del SAGE son contundentes y documentan cómo esta gente estaba en plena actividad. Algunos ya se dieron de baja por los efectos locales, pero en el sistema queda registrado: si uno le dio el alta, uno mismo también tiene que darle la baja. Todo esto quedó documentado y no se puede alterar de ninguna forma”, se planteó.
También se mencionó la magnitud de la defraudación. “Uno ve la lucha y la cantidad de profesores que andan dando vueltas por un concurso, por dos o tres horas, y acá había una disponibilidad que se podía manejar a criterio y antojo. Son 438 horas que tiene la ESJA. Son excesivas para la modalidad que es la secundaria de adultos, y si realmente fueran necesarias tantas horas por los cursos, hay que entender que a veces se producen cuellos de botella en los meses de marzo y abril cuando no se consiguen bancos, pero es un problema en toda la ciudad. Sin embargo, acá había horas en cursos inexistentes”, se manifestó y añadió: “Se calcula que los profesorados en Concordia no llegan a esa cantidad de horas. Entonces, debemos considerar la falta de control, de registro, de revisar el por qué, cómo llegaron los docentes, y cuál es la matrícula”.
En AGMER
ANÁLISIS dialogó con el secretario Adjunto de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER), Alejandro Bernasconi, y con la secretaria General del gremio en Concordia, Cristina Cerato. Ambos reconocieron que estaban al tanto del tema. “Nosotros recibimos la denuncia y estamos tratando de chequear los datos. Tuvimos una reunión con los compañeros de Concordia que nos relataron la situación”, dijo Bernasconi, y sostuvo que como sindicato tienen la potestad para pronunciarse ante casos como este. “Formalmente el gremio actúa ante denuncias de un afiliado que nos pide una intervención en forma escrita. En situaciones que sobre todo tienen que ver con cargos jerárquicos como supervisión o vocalías de Consejo generalmente actuamos de hecho, porque es muy difícil que un afiliado se anime a denunciarlo”, evaluó.
Por su parte, Cerato contó que después de conocer la acusación, en Concordia se viralizó la situación en las redes sociales. “Es un tema que nos preocupa y ocupa, pero todavía no tenemos una información clara. Estamos en la instancia de buscar información y tomar un conocimiento cabal de esta situación”, señaló y resaltó su intranquilidad, sobre todo “teniendo en cuenta que desde esta seccional hemos defendido y defendemos los concursos como modo de ingreso y ascenso en la carrera docente y que toda situación que lesione ese derecho, merece ser denunciada y modificada”. La secretaria aseguró también que no tienen “acceso directo” al sistema SAGE. “No tenemos clave. Pero sabemos que quedan registradas todas las altas y bajas”, agregó. “Nosotros lo que necesitamos es llegar a la fuente de información que avale estas versiones”, indicó y ante la pregunta de este medio sobre cuál es la fuente de información, respondió: “Y es como decís, el SAGE”.
Sistema SAGE
Bernasconi explicó en qué consiste el Sistema de la Administración de la Gestión Educativa (SAGE). “Básicamente es un sistema en el que se cargan todos los datos del Consejo General de Educación (CGE), tanto de los trabajadores, como de alumnos, de matrículas en las escuelas, datos de docentes y personal de las escuelas. Allí se lleva un control de altas, bajas, incluso se hace un seguimiento de los haberes que se le abonan a cada personal. El registro también abarca las licencias, asistencias e inasistencias. Se lleva un control informático de todo, de las diversas jerarquías del sistema educativo. Para acceder hay claves diferenciadas. Cada escuela tiene una clave, con ella accede y carga datos. Pero hay otros niveles de acceso a la información del sistema hasta la Presidencia del CGE, que es la que tiene acceso al sistema completo. Entonces, sobre esa plataforma virtual carga datos el director de escuela, el supervisor, y los funcionarios en el Consejo General, tanto los que sean de representación política partidaria como la representación que tenemos los trabajadores. El SAGE hace todo un seguimiento informatizado del funcionamiento del sistema educativo provincial”.
