Jorge Riani
El mayor desvelo que tiene el Frente para la Victoria como sello político es la suerte que correrá en Paraná. El lugar, por importancia política y por algunos signos que permitirían presagiar un resultado, donde más difícil se le plantea para el oficialismo.
En la capital entrerriana compiten una intendenta en ejercicio contra un ex intendente. Blanca Osuna contra Sergio Varisco. El Frente para la Victoria-peronismo contra el Frente Cambiemos-radicalismo.
Y Varisco se ha posicionado con fuerza desde que en las elecciones PASO su nombre acaparara la mayor cantidad de votos, por sobre Osuna. Sin embargo, el oficialismo municipal intentará que los votos repartidos entre los cuatro candidatos internos (Grand, Almará, Elías), que suman unos 22 mil votos, se sumen para la actual intendenta. Esa es una cuenta que está en dudas para el oficialismo, porque nadie podrá asegurar hasta el domingo a la noche, si la totalidad de esos votos son cautivos del peronismo.
Ocurre que el segundo más votado en la interna del Frente para la Victoria fue el actual viceintendente Gastón Grand, con unos 11.500 votos, que centró su campaña en fuertes críticas a la gestión de Osuna, y aunque se encargó de decir que las críticas era al modo de gobernar y no a la figura personal, habló de un modo verticalista, casi autoritario de la mandataria ciudadana.
Grand fue el opositor más descarnado que tuvo Blanca Osuna durante la gestión. “Siempre critiqué el modelo de gestión de Osuna y no su persona. Porque este es un modelo hegemónico, verticalista, cerrado e ineficiente, que ya está obsoleto. Creo que es modificable el modelo de gestión”, dijo al día siguiente de las elecciones PASO, del 9 de agosto.
(Más información en la edición gráfica número 1031 de ANALISIS del 22 de octubre de 2015)