Perdimos los peronistas pero ganamos los de Cambiemos

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¡Teléfono en la Redacción!

Por A.S.

—Buenas. ¿Cómo le va?
—Bastante bien. ¿Revisó lo que hablamos la quincena anterior?
—Por supuesto, si estaba esperando este momento para repasar todo.
—¿Vio? Casi casi que acertamos todo.
—Sí. No le fue muy bien a Bordet.
—¿Perdón? Le fue bárbaro.
—¿Cómo es eso?
—Primero: la lista que armó ganó en la interna del PJ. Y en el peronismo eso es lo único que importa.
—¡Pero Cambiemos ganó en la provincia!
—Como en casi todos lados. ¿Le va a echar la culpa a Bordet de eso?
—No, pero…
—Mire: Cambiemos, el frente que lidera Mauricio Macri, fue la fuerza más votada del país, con casi el 35% del total de votos nacionales.
—Ajá. Ahí ya empezamos mal porque en realidad es la única fuerza que se presenta como tal en todos los distritos del país; las otras están desperdigadas.
—¿Y eso es culpa de Bordet?
—No, claro, pero…
—Déjeme que siga. Cambiemos ganó en el total nacional con el 35%. Le sigue el kirchnerismo y sus aliados con el 20%. Luego viene el PJ con todas sus variantes, que no quieren saber nada con el kirchnerismo pero en cambio se siguen identificando como PJ. Sacaron el 17%.
—El PJ separado del kirchnerismo, ése es (quizás) el dato principal de la elección.
—Sí, estoy de acuerdo. Y Massa con sus aliados apenas superó el 7% y las variantes de la izquierda (sumadas) arañan ese mismo número.
—Descuente Entre Ríos, porque acá los de Massa iban con Bordet.
—Como usted quiera. También podemos hacer futurología y decir que si Massa vuelve al PJ ese 7% ya permite que el PJ, re-unido, deje en tercer lugar al kirchnerismo. Además de que el kirchnerismo, fuera de la provincia de Buenos Aires, prácticamente desapareció.
—No se olvide de Santa Fe: ahí le fue bien. Y ahí, disculpe que le corrija, el que desapareció fue el socialismo.
—De nuevo con esa lógica rara. No, ni desaparecen el socialismo, ni los Rodríguez Saa, ni el delasotismo, ni Bordet.
—A ver, explíqueme. No le entiendo.
—Bueno, ése es el segundo punto, aunque bien visto debió ser el primero: la elección se nacionalizó, claramente. Eso explica por qué todas las fuerzas que pretenden ser alternativa ante el macrismo fueron derrotadas en sus distritos de origen o donde gobiernan.
—A ver… Ajá, el Frente Renovador de Sergio Massa quedó tercero, y muy lejos, en Buenos Aires. El socialismo que gobierna Santa Fe también salió tercero en su provincia. Martín Lousteau salió tercero en la Capital Federal.
—Agregue el gobernante peronismo cordobés, muy lejano al kirchnerismo, que quedó lejos (más de 15 puntos) ante Cambiemos. El peronismo de Rodríguez Saa, imbatible desde 1983, perdió ante Cambiemos por más de 12 puntos. El Movimiento Popular Neuquino que gobierna esa provincia, quedó segundo detrás de Cambiemos.
—Es decir que oficialismos provinciales de partidos diferentes salieron perdidosos ante Cambiemos.
—Parece claro que el electorado no estaba evaluando lo provincial en ninguno de esos casos. ¿No?
—Puede ser, no digo que no. Ahora, Urtubey ganó bien, Manzur ganó bien…
—Sí. Y son gobernadores peronistas que tomaron distancia del kirchnerismo hace rato. E hicieron bien. Cristina se fue del peronismo, en un camino que la puede conducir a que en menos tiempo de lo previsto se quede con un caudal de votos cada vez menor.
—Pero el 34% en la provincia de Buenos Aires no es para despreciar.
—Claro que no. Pero de los titulares de los numerosos medios afines que afirmaban que “Cristina arrasa” al lastimoso empate con un candidato tan malo como Esteban Bullrich, hay una distancia tan grande que es difícil de recuperar.
—No sé a uste´, pero a mí ver a Cristina festejar el empate con Bullrich me recordó a una tira de Mafalda en la que Manolito festeja que ganó al ta-te-ti… contra el Guille, el hermanito bebé de Mafalda, aun de chupete.
—Ah, sí me acuerdo. Es buena la comparación.
—Igual, de nuevo: no hay que despreciar que Cristina logró el 34 % de los votos en la provincia de Buenos Aires, con todos los medios principales en contra…
—Todos no. C5N y Crónica, como mínimo, son abiertamente empáticos con su candidatura y con su interpretación de la realidad. Además de varias radios y diarios. Y ni hablar en las redes.
—Cierto.
—Pero como dice un amigo politólogo, si Cristina sacó tantos votos fue porque logró esconder a Boudou, D'Elia, Esteche, Aníbal Fernández, Scioli, etcétera.
—¿Y por qué no pudo ganarle a Esteban Bullrich, que es tan mal candidato?
—Bueno, no alcanzó a esconderse ella.
—Ah, ese chiste es bueno.
—Publíquelo.
—Igual, volviendo a Entre Ríos, a la lista de Jorge Barreto, la única que reivindicaba explícitamente su kirchnerismo, no le fue mal.
—¿No le fue mal? La de Bordet la aplastó. Le sacó casi cincuenta puntos de diferencia.
—Depende cómo lo mire. Sacó el 15% de los votos del PJ, no está mal sin aparato ni campaña.
—¿Depende cómo lo mire? Sacó menos de 50 mil votos. La izquierda, si suma MST y PS, sacó 60 mil votos. ¿Le parece que no le fue mal? ¿Eso es todo lo que mueve electoralmente el kirchnerismo en Entre Ríos?
—Pero es que el kirchnerismo también estaba en la de Bordet.
—No era eso lo que decía la lista de Barreto. Por poco no lo acusaban de macrista a Bordet. Bueno, pero volviendo, como uste´ quiera, ese dato también es a favor del gobernador: legitimó su estrategia, ahora se reúne con Barreto y lo incorpora. Y todos los demás, quedó demostrado que no existen, no tuvo que negociar nada y ahora van todos, como quería, calladitos detrás de él, que es quien firma los cheques. Como debe ser, como se lo había anticipado yo. Y además, los problemas los tienen los otros.
—¿Le parece? ¿Y la derrota en la provincia? ¿Y los porcentajes de Gualeguaychú, donde Cambiemos le sacó casi 20 puntos al PJ, o de Uruguay…?
—Que se arreglen Bahillo, Piaggio y Lauritto. No es problema de Bordet. En Concordia, su ciudad, ganó bien. Los otros no habrán hecho las cosas como se debe. Tendrán que moverse más para octubre.
—Hmmm. ¿Así son los consejos que uste´, o el grupo ese, cómo era…?
—El GPS. Grupo Peronista de Supervivencia.
—Eso. ¿Así son los consejos que le dan al gobernador?
—Espere a octubre y verá. Pero yo no había terminado con el panorama nacional. Otro dato es que el peronismo se ha disgregado. El Frente para la Victoria, que fue el instrumento electoral del kirchnerismo, ya no existe más.
—Pero eso ya sucedía antes de las PASO.
—Sí, pero ahora la posible reunificación del PJ aparece como algo cada vez más lejano en el horizonte. Porque, ahora con más razón, los gobernantes peronistas de las provincias toman toda la distancia posible de Cristina.
—En Santa Fe no.
—En Santa Fe no gobierna el peronismo. Y el PJ no está partido. Y es el único lugar donde el kirchnerismo tuvo un triunfo en todo el país, y ajustadísimo.
—Eso es cierto.
—Y agréguele Santa Cruz –la única provincia que gobierna el kirchnerismo– donde es al revés: es Cristina la que ni siquiera menciona el desastre actual de la provincia gobernada por su cuñada, Alicia Kirchner. Allí el kirchnerismo fue derrotado por más de quince puntos.
—¿Algo más?
—Un par de cosas: en 2011, cuando fue electa Presidenta, Cristina había obtenido más del 56% en la provincia de Buenos Aires. Ahora llegó el 34%, es decir que perdió 22 puntos porcentuales. Alguna vez deberían preguntarse qué pasó con esos 22 puntos, que son unos dos millones de votos.
—Ja. Uste´ les pide mucho. Recuerde que no está claro que la Patria es el otro, pero sí está claro que la culpa siempre es del otro.
—Muy gracioso. El otro dato fuerte es que Cambiemos ganó en 12 provincias cuando en 2015 había ganado solo cuatro en la primera vuelta y cinco en el balotaje. Y déjeme agregarle otro dato de la elección: el macrismo gobernante perdió la inocencia.
—¿La tuvo alguna vez?
—La inocencia electoral.
—¿La tuvo alguna vez?
—Uh. Me refiero a que manipuló la entrega de datos con maestría, a lo peronista, para que todo el mundo se fuera a dormir con la sensación (luego inmodificable, por más datos y escrutinio definitivo que quiera) de que Cambiemos había arrasado en todo el país.
—Cierto. Pero es un poco difícil "refundar la República" sobre la base de la manipulación de los datos electorales para hacer creer que ganaste donde hubo un claro empate técnico (como Buenos Aires) o donde perdiste por poco (como Santa Fe). Y además es demasiado parecido a lo que hacían esos de los cuales "nos viniste a salvar".
—Je. No me lo diga a mí, si es precisamente lo que le venía diciendo. Pero eso es bueno. Eso quiere decir que aprendieron. Estos no son Menem, tipo cirujano borracho destripando a un cadáver, ni son De la Rúa con López Murphy, reventándole el sueldo a los que lo votaron. Estos serán neoliberales o neodesarrollistas, todavía no está muy claro, pero lo que seguro no son, es boludos.
—Puede ser. Ahora, yo me quedé pensando en eso que hablamos en la última charla. Y le digo que me da la sensación de que el hecho de que tantos compatriotas elijan (por poner tres casos) a Atilio Benedetti, a Baldassi o a Elisa Carrió para dar vuelta la página de un pasado reciente al que rechazan (con enorme cantidad de razones bien fundadas, sin duda), es uno de los datos a evaluar con sensatez y sinceridad, por lo menos aquellos que aspiran a que alguna vez tengamos una izquierda democrática fuerte y seria, capaz de gobernar. Digo yo.
—Primero, se elige entre las opciones que existen. Segundo, eso de la “izquierda democrática fuerte” no es mi problema, es suyo. Es uste´ el que quiere eso.
—No me diga que a uste´ no le gustaría esa idea. Ahora que hay una derecha democrática en el gobierno, quizás sea el momento, ¿no?
—Hmmm, ¿seguro que esta derecha es tan democrática?
—No me quiera meter en la discusión esa que entretiene a los de Página/12 en estos días. Me refiero a una derecha que apuesta a ganar elecciones y no a voltear gobiernos. Quizás si en la historia argentina hubiéramos tenido eso antes, hubieran sido distintas las cosas.
—Es contrafáctico eso.
—Por supuesto. Pero recuerde lo que decía Perón de las alas del avión y de las manos.
—¿Cómo era?
—Algo así como que para hacer las cosas bien se necesitan las dos manos: la derecha y la izquierda. “Los aviones vuelan precisamente porque tienen dos alas. Pruebe eliminar una de las dos, y a ver si logra volar…”.
—Ah, pero a eso lo decía para adentro de su partido.
—Claro. Pero con más razón vale para una sociedad. Fíjese los países que han logrado cierto desarrollo humano, y no me refiero a los más ricos, sino a los más justos…
—Uste´ dice los que encabezan el ranking de la PNUD, que no mide el PBI, es decir cuánto producen, sino más bien otros indicadores: igualdad de ingresos, criminalidad, cuidado del ambiente, corrupción, nivel educativo...
—Exactamente. Si se fija los que están a la cabeza (los nórdicos, Australia, Holanda, Alemania, Canadá…) son sociedades en las que se han alternado en los últimos cien años socialdemócratas y liberales, cada uno en su turno se dedicó a lo que sabe hacer: los primeros, a repartir mejor, a crear igualdad; los segundos, a producir mejor, a crear más riqueza.
—No digo que no, pero acá eso son solo deseos suyos. Estamos muy lejos de algo así.
—Y sí. Acá, como escribió Jorge Asís hace ya muchos años, "perdimos los radicales pero ganamos los peronistas, perdimos los peronistas pero ganamos los comunistas, perdimos los comunistas pero ganamos los conservadores. Siempre al costado, Vitaca, uno tiene que subirse al carro y chau. Si no te hacen lugar, hacételo de prepo, heroico como Tarzán, en pelotas y a los gritos”.
—No le entiendo.
—Quiero decir que si es como uste´ dice, eso de que éstos no son boludos y Macri consolida su respaldo electoral; es decir, si en octubre le va bien, si el país realmente empezó a crecer y dejó atrás la recesión (como dijo el ministro Dujovne), si el Gobierno sigue repartiendo módicamente para abajo (liga menos la clase media, cierto, pero en planes sociales mueven más que nunca), permítame que sea yo el que le haga una profecía: muchos peronistas se van a ir a Cambiemos. El PJ como lo conocemos ya no existirá y vaya uno a saber qué formas tomará el futuro.
—Ni lo dude. ¿Charlamos la semana que viene?.

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