Daniel Enz
La familia de Sergio Urribarri duerme más tranquila que antes. Nada indica que la justicia entrerriana, por un año más, va a llevar a juicio oral a alguno de ellos durante 2018, pese a que la mayoría de las causas judiciales son de fines de 2015 o principios de 2016. Al parecer, los “fueros” del actual presidente de la Cámara de Diputados de la provincia, también alcanzan a Mauro Urribarri, Ana Lía Aguilera, Bruno Urribarri, el cuñado Juan Pablo Aguilera y cada uno de los familiares de éste último.
Hay quienes sostienen que “la garantía” de ese acuerdo lo consiguió el propio exministro Mauro Urribarri, pocos días después del allanamiento realizado al empresario paraguayo y testaferro del exgobernador en algunos negocios, Diego Armando Cardona Herreros. El joven millonario acudió en horas del atardecer a Tribunales, mantuvo una audiencia con un importante hombre de la justicia y salió sonriente del encuentro, satisfecho con lo que había acordado: de que toda indagatoria o juicio oral pasara para el 2019, año electoral, donde habrá cinco contiendas en Entre Ríos. Y es sabido que, en años electorales, la justicia, históricamente, nunca movió un dedo contra referentes políticos implicados en causas. Si bien el exmandatario tiene fueros legislativos que determinan la imposibilidad de enjuiciarlo y condenarlo –aunque todo el tiempo se ufana de decir que está dispuesto siempre a “colaborar con la justicia”, no por ello debería alcanzarlo al resto de sus familiares. “Sucede que les manda a decir a los representantes de la justicia que el gobierno de Mauricio Macri no llega a fin de año y que después retorna Cristina. Y les genera temor a más de uno”, indican en el propio seno del oficialismo, donde conocen al dedillo los planteos de Urribarri. Obviamente, nadie dice que la imagen negativa del exgobernador ronda el 70 por ciento y que su sector, en la actualidad, lograría entre el 15 y el 20 por ciento, en una votación provincial. Como contrapartida, Gustavo Bordet tiene una imagen positiva del 70 por ciento.
El joven millonario
La recientemente nombrada al frente de la postergada Fiscalía Anticorrupción, la procuradora adjunta Cecilia Goyeneche, dijo la semana pasada que tanto Mauro Urribarri como otros allegados de su familia, serían citados a Tribunales para que justifiquen el patrimonio que disponen. El tema es que no hay fecha para tal instancia y todo indicaría que pasaría al año próximo, pese a la cantidad de pruebas que disponen, fundamentalmente del exministro de Gobierno y sus inversiones. Sucede que el allanamiento realizado a Cardona Herreros dejó al descubierto las maniobras de Urribarri a través de su “amigo paraguayo”. Tal como había anticipado ANÁLISIS en su anterior edición, Mauro Urribarri encaró varios negocios inmobiliarios en el 2012. A principios de ese año reservó dos departamentos en el moderno edificio Greenlife, ubicado en Avenida Roosevelt, en Punta del Este, Departamento de Maldonado, en la República Oriental del Uruguay. Por los dos pagó un total de 530 mil dólares; uno le salió 269.000 y el otro 261.000. Uno se encuentra ubicado en el piso once y el otro en el 13. En el 2012, por sugerencia del expresidente del Instituto Provincial de la Vivienda (IAPV), Oscar Marelli –considerado un “nuevo rico” en Concordia, tras su paso por la función pública- ingresó al “pozo” para la compra de departamentos y por ende logró un mejor precio. De hecho, Marelli hizo lo mismo y compró también dos inmuebles en el lugar. En la actualidad, la empresa Greenlife vende en no menos de 400 mil dólares el mismo departamento que dispone el exministro. Los más caros salen hoy 600 mil dólares. “Y son varios los entrerrianos que compraron inmuebles en este edificio, en los últimos años”, confesó a esta revista una de las operadoras de negocios, cuando se le consultó.
(Más información en la edición gráfica número 1084 de la revista ANALISIS del jueves 30 de agosto de 2018)