Informes científicos alertan que la reproducción del sábalo, variedad pilar en el ecosistema de la cuenca del Paraná, desde 2016 no tienen desoves significativos. Condiciones de bajo nivel de las aguas junto con la depredación pesquera hacen cada vez más crítica su supervivencia como especie. Organizaciones ambientales y peñas deportivas han planteado que debe frenarse la extracción para que los peces puedan recuperar número. Pero el Estado nacional así como las provincias con jurisdicción en los ríos no ceden y mantienen los niveles de exportación y expoliación para un puñado de frigoríficos. “Es el quinto año que no hay reclutamiento súper numerario y el segundo año sin reproducción importante”, señaló un reciente informe técnico.
Silvio Méndez
La bajante pronunciada y prolongada del río Paraná que recrudeció en la última temporada ha profundizado los problemas de reproducción de las variedades de pescados de interés comercial. Esto resulta a partir que los sábalos, especie emblema en este sistema acuático, se cría en las lagunas y cursos internos de la cuenca a los cuales llegan allí justamente con las crecientes cíclicas. Al no haber subas de las aguas o verse menguados estos movimientos que conectan con el cauce principal, el ingreso a estos espejos interiores para las puestas se trastoca. Así se podría resumir la explicación a la cual llegan los científicos a partir de los informes técnicos que arrojan la falta de peces en el río o, en rigor, que no se registran ejemplares que renueven su número y con ellos su supervivencia. El problema se torna más complejo si se tienen en cuenta la presión que ejercen las empresas frigoríficas exportadoras para la extracción del recurso. Esto es justamente lo que han advertido algunas organizaciones que piden se frente la pesca comercial hasta tanto se puedan recuperar volumen. La ONG El Paraná No se Toca y la Asociación de Pescadores Deportivos del Litoral (APDL) elevaron el mes pasado un petitorio al presidente de la Nación, Alberto Fernández, para la “suspensión de la exportación de pescado de la cuenca del rio Paraná para el año 2021”. La solicitud al Ejecutivo nacional es porque la cuota de exportación de pescado de agua dulce es potestad federal, en tanto la extracción es de las provincias. La clave puede entenderse en que la cantidad de toneladas aprobadas para la venta al exterior otorgada a un total de 15 factorías en todo el país, empuja la pesca a gran escala.
Los permisos y cantidades para la exportación de pescados de río se discuten en la Comisión de Pesca Continental (CPC) del Consejo Federal Agropecuario, que integran las provincias con jurisdicción en el río Paraná junto con Nación. Este organismo se encuentra bajo la órbita de la Secretaría de Agricultura Ganadería y Pesca y es el encargado de evaluar y fijar las regulaciones para la exportación íctica. En su última reunión que se celebró el 8 de abril, el CPC renovó el cupo de exportación de pescados. Esta porción se otorga por provincias y a frigoríficos autorizados a tal efecto. Cuatro de los 15 que operan están radicados en Entre Ríos y se llevan cerca del 50 por ciento del total. Ellos son Curimba SA, Epuyen SA, Lyon City SA y Pescanor SA (River Fish). Para el período abril-junio, la Comisión tomó el mandato presidencial del decreto 230/21, que otorgaba potestad para establecer los nuevos límites luego que en marzo vencieran los establecidos para el primer trimestre del año. Hasta entonces era de 1.596,56 toneladas. La Comisión, decidió asignar el mismo número. Así, las procesadoras de pescados entrerrianas se llevaron unas 214,3 toneladas mensuales; los ocho afincadas en Santa Fe recibieron 236,2 toneladas por mes, y los tres frigoríficos de Buenos Aires, 81 toneladas por mes. La asignación se dio luego de una discusión donde se cuestionaron estas cuotas, con la oposición bonaerense y la anuencia del tándem Entre Ríos – Santa Fe. La cuestión de fondo, pudo saber ANÁLISIS, es que Buenos Aires quiere más, en tanto la alianza entrerriana santafesina prefiere mantener su cuota antes que bajar el global general.
Hasta aquí, se podría decir, fue la discusión política que estuvo precedida de la presentación de los informes técnicos. Previo a tomar esta determinación, la CPC recibió las evaluaciones del subcomité técnico en las cuales se dio cuenta del estado del río y la situación de los peces como “recurso”. La discusión, además, tiene como antecedente inmediato la decisión tomada el año pasado por la Comisión de acotar el volumen de exportaciones a partir considerar las condiciones de extrema y prolongada bajante del río. A fines de mayo de 2020, la CPC acordó para lo que quedaba de ese período anual fijar en 11.250 toneladas el total autorizado para la venta al exterior. Además lo efectuó a la par de amparos ambientales emitidos por la Justicia en causas iniciadas en Entre Ríos y Santa Fe.
(Más información en la edición gráfica número 1121 de la revista ANALISIS del jueves 10 de junio de 2021)