Memoria Frágil y la absurda muerte de Cayetano Masi en un partido de rugby

Daniel Masi

Daniel Masi murió por la lesión que le provocó una patada en la cabeza, en medio de un partido de rugby en Paraná.

De ANÁLISIS

El 9 de abril de 1983, Paraná y Santa Fe se conmovieron por igual. No era por la transición a la democracia, fue por un hecho que impactó, dolió a las dos comunidades y tuvo repercusión nacional e internacional. Esa tarde, se enfrentaron en la capital entrerriana el equipo de rugby de Paraná Rowing Club y Ateneo Inmaculada de Santa Fe. Faltaban no más de 10 minutos para que finalizara ese partido amistoso revancha cuando ingresó a la cancha el más veterano del equipo paranaense, Luis Alberto Colliard.

El jugador fue protagonista principal de un episodio que quedó en la historia deportiva/judicial. Restaban escasos segundos para que el encuentro finalizara, disputado ante no más de 100 personas, en la cancha de Antonio Crespo de la institución paranaense. El santafesino Cayetano Luis Masi, era ingeniero agrónomo y tenía 25 años. Cayó víctima de un golpe en la región occipital izquierda, como consecuencia de una patada accidental en una montonera del partido.

Masi fue derivado de urgencia al Hospital San Martín, trasladado en una camioneta, pero no pudo ser atendido por problemas en la sala de terapia intensiva, y luego hubo que trasladarlo a la Clínica Modelo. Falleció 19 días después, en un sanatorio de la capital santafesina.  

“Ese día se aglutinaron circunstancias como cómplices de una fatalidad”, recordó Carlos Alberto Braga, ex técnico de rugby de Paraná Rowing Club. Contó que Colliard no pensaba que podría estar en el partido porque iba a tener una hija, aunque haría lo posible para asistir.    “Termina el primer tiempo y viene Colliard y se sienta al lado mío, aparece, arregló su situación familiar y vino a hacer presencia como había prometido. Ante mi asombro llegó un momento que lo pude utilizar porque no estaba bien esa posición de juego. Lo llamé aparte, le di indicaciones. Lo tomé del hombro, lo acompañé 20 o 30 metros desde el banco hasta la línea donde el jugador tiene que entrar a la cancha y le dije ‘Puchi, si llegás a cometer un acto ilícito dentro del, no jugás más al rugby’”.

El amigo personal de Cayetano Masi, Carlos Nallín, rememoró: “Un día fatídico, eso se borra, se tira porque si no es difícil. Además éramos jóvenes. Hoy tengo 61 años y Cayetano tendría 62 pero en ese momento teníamos 20 y pico de años. No estábamos preparados para estos hechos de muerte, tribunales, un recuerdo realmente para olvidar”.

“Un grado de injusticia. Por qué le tiene que pasar a este vago, este chico, mi hermano. Con muchos proyectos que no eran más que el partido de rugby, uno nunca piensa que en un partido se juega la vida. Más que totalmente amateur, no se jugaba nada, un amistoso. Una cosa incomprensible y tratar de entender por qué pasan esas cosas”, reflexionó Daniel Masi, hermano de Cayetano.

Luis Colliard tenía 28 años y el día anterior al partido, había sido padre por primera vez. Fue a jugar porque lo convencieron sus amigos, y después del partido celebrarían la llegada de la pequeña. Quince días antes, Ateneo Inmaculada y Rowing habían tenido otro partido amistoso en el marco de la preparación de ambos elencos para los torneos locales. En ese encuentro, Colliard había sido expulsado por un golpe de puño a un rival pero era amistoso y nadie lo suspendió para la revancha siguiente.

Daniel Carbonell, amigo de Colliard y dirigente de Rowing, dijo: “Ese día fue triste para el deporte en general. Porque lo tomo como un hito de la tragedia mirada desde la cuestión fortuita, algo tan natural como la muerte. Un deporte  de esfuerzo y trabajo. Es un deporte de contacto. Y el fin, un jugador amigo porque dentro de la cancha somos adversarios y jugamos fuerte pero terminan los partidos la amistad está ahí. Cuando más viejos nos ponemos, más fuerte es el lazo. Ese día tuvo que ocurrir lo que ocurrió. Un jugador trágicamente muerto y otro jugador preso. Se puede debatir mucho como se debatió en su momento. Pero el fondo es que no existe posibilidad en deporte amateur que alguien entre con intenciones de matar. Sin duda que el hecho ocurrió y nadie lo puede negar, una persona falleció y fue muy triste para el deporte porque en definitiva, este grupo de amigos, de alguna manera nos diluimos de una potencialidad enorme en lo deportivo en casi nada”.

“Esto no fue un accidente dentro del deporte, fue una patada artera en la cabeza de un jugador. Conozco gente que dejó de jugar al rugby a partir de esto, chicos que dejaron de jugar conmovidos por lo que había pasado. Esto no estaba dentro de las reglas de juego y lo confirmó la justicia entrerriana cuando condenó a esta persona por homicidio”, subrayó Guillermo Tepper, periodista y ex jugador de rugby.

Cayetano Masi era un jugador querido, estudioso y emprendedor. Un mes antes había viajado a Europa, a perfeccionarse en la fábrica de tractores que Fiat tiene en Módena, Italia. Al retornar tenía todo preparado para ingresar al INTA Santa Fe y pensaba ir dejando lentamente el rugby por sugerencia de su papá que era médico. De hecho, dos años antes había tenido una conmoción cerebral por una acción de juego. Pero se recuperó muy bien.

En el partido contra Rowing, cuando faltaban 10 minutos para finalizar, estaba por ser reemplazado pero el jugador que iba a ingresar decidió que Masi siguiera en la cancha y disputara la totalidad del encuentro.

Colliard era humilde y trabajador. Era obrero de la construcción y estaba especializado en la soldadura de techos. También estaba considerado el más veterano del equipo del Paraná Rowing Club.

“Cruza la cancha porque estaba esperando line out del otro lado, se tira la pelota, participa del juego, sale sucia la pelota, no la toma ningún jugador, la pelota por ser ovalada agarra para cualquier lado, el jugador de CRAI para el dribbling que se llama, para técnicamente bien y Colliard viene y estira su pierna y con el pie da contra la cabeza del jugador. Ese es el relato de lo que transmití y pude ver”, describió Braga.

Nallín agregó: “Hacemos un try, por lo tanto hay una salida que sale Rowing, la pelota, se forma lo que en esa época se llamaba volante, se derrumba la formación, caigo sobre el pecho de Cayetano y siento un ruido de la patada, un golpe seco. Yo no la veo, pero si recuerdo el ruido y luego, una situación que fue un caos, una batalla generalizada dela gente que no estaba en esa formación y vio la patada fue”.

“El partido estaba en tiempo terminado. Pero en aquella época se usaba que el partido no terminaba hasta que la pelota salía afuera o se interrumpía por algo. Pero el partido estaba terminado porque habían pasado cuatro o cinco minutos. Destaco esto porque tenía el recuerdo el árbitro del cual después me hice conocido, amigo porque el hecho desgraciado nos marcó a los dos. Yo era el capitán de mi equipo y él era el árbitro del partido y nos tocó viajar en el colectivo al tercer tiempo, que se hizo a pesar que Cayetano estaba grave, nosotros no sabíamos pasó el hecho, el golpe, algunos jugadores se golpearon por la violencia de lo que había sucedido. Otros nos fuimos con Cayetano. No había ambulancia. Lo subieron a una camioneta y lo llevaron a un sanatorio. Llegó inconsciente porque es como que se desnucó con la patada que recibió. Recuerdo estar sentado en el colectivo que nos llevaba al tercer tiempo con el árbitro al lado, rubito, es una persona muy conocida en Paraná. Tuve la suerte de volver a encontrarlo y hablamos mil veces de este tema. Él más que ningún otro se acuerda del hecho. No se perdona no haber terminado el partido. Recuerdo ir viajando en el colectivo y rubito hablaba solo diciendo yo lo tendría que haber terminado. Y uno nunca sabe lo que va a pasar dos segundos después en ningún momento de la vida”, expresó Sergio Ojalvo, ex capitán del equipo CRAI.

“En una jugada muy típica del rugby, había una pila de cuerpos y después de un line out, recuerdo que el medio scrum del equipo que era Guillermo de Diego empezó a los gritos. Vino un chico corriendo, José María Riestra. Vinieron los dos corriendo y dijeron pero cómo vas a hacer eso y que se querían tranzar a golpes con los chicos, o el chico agresor, Colliard de Paraná Rowing. Cuando se disipa, la gente empieza a separar, estaba Cayetano en el piso, yo no lo escuché pero muchos refirieron que dijo ‘me mató’. Ahí empezamos un poquito a ver que había sido un golpazo, una patada. Yo no vi pero sí había muchos jugadores y de golpe se separaron todos. Y ahí estaba Cayetano, yacía ahí abajo”, describió Ponce.

Juicio

El juicio contra Colliard se hizo en la vieja sala de debates de tribunales de calle Laprida. El primer día de audiencia, la sala estaba llena. Los padres de Masi se ubicaron en primera fila. A más de 2 metros, sobre la mesa, estaban los botines utilizados por Colliard al momento de producirse la patada que días después terminó con la muerte de Masi. La imagen era muy fuerte. Había un silencio absoluto en la sala y esa foto marcó el inicio del debate que sería histórico.

“El caso este fue, el hecho produjo una gran conmoción no sólo en el ámbito deportivo en Paraná sino también en Santa Fe, de donde era Cayetano Masi. Lo cierto es que para esa época, estaba como profesor en la facultad de derecho, de derecho penal y me contactaron para que represente a la familia. Especialmente a su padre que era un médico ginecólogo muy importante. Actué como actor civil, en aquella oportunidad no había posibilidad de actuar como querellante porque esa figura no estaba. Pero el actor civil buscaba acreditar que efectivamente el hecho se había producido y que la víctima recibiera una indemnización por parte del victimario. Por esa razón intervine en el juicio desde la primera parte que fue de instrucción. La investigación estuvo a cargo del doctor Felipe Mario Celli que en ese entonces era juez de instrucción. Después el caso pasó a la cámara en lo criminal, donde tuvimos el juicio. Fue un caso muy conmovedor por todas las circunstancias. Todo el ámbito del rugby estuvo movilizado. Los amigos míos de rugby de buenos aires estaban permanentemente preguntando. Fue un hecho triste y lamentable”, contó Julio Federik.


Edición de El Gráfico. 

“Recuerdo debates que se plantearon en su momento, si esto estaba dentro de las reglas de juego de rugby. Esto no estaba, no está tampoco y estoy seguro no está en ningún deporte que alguien arteramente patee la cabeza a alguien. No es que me llamó la atención, una serie de entrevistas que he leído durante algún tiempo. Entrevistas que se hacían en la cárcel a Colliard donde se lo posicionaba como víctima a Colliard y en realidad era el victimario. Recuerdo en la desaparecida El Gráfico, donde lo asumían como víctima por estar dentro de un presidio cuestión que no voy a opinar acerca de la calidad o no que se vive dentro de la cárcel que debe ser espantoso. Pero sí como lección de que eso no puede hacerse dentro de una cancha ni de rugby ni futbol ni ningún deporte. Está al margen de cualquier regla y es un deporte que requiere un gran equilibrio emocional. Si no tenés ese equilibrio por más, yo recuerdo, que fue un momento de calentura, me arrepiento mil veces. Pero si vos no tenés un equilibrio emocional para decir hasta acá llego, este es el deporte, jamás, pises una cancha de rugby”, valoró Tepper.      

El abogado Federik precisó: “Fuimos al juicio oral, en el juicio oral, la parte mía tuvo una incorporación de los doctores Iturraspe que sostenían que había responsabilidad del club que había organizado el partido. Esta responsabilidad fue desechada por el tribunal y condena al jugador a una pena de 9 años de prisión. Intervino ahí el fiscal Horacio Osti, un muy buen fiscal. También hice mi parte en alegato y juicio para acreditar que los hechos habían ocurrido de esa manera. De todos modos, acá lo que fue significativo fue lo que dijeron los testigos. Hay juicios que a veces los ganamos o perdemos los abogados. Acá, este fue un caso donde los testigos fueron determinantes y sellaron la suerte del caso. Tanto el árbitro como el director técnico y algunos testigos presenciales del hecho fueron claves para llegar a la solución. Lo condenan a Colliard y el caso tiene después sus derivaciones en cuanto a apelaciones y vías recursivas y lo cierto es que el caso queda firme”.

“Posteriormente hay un movimiento. Creo que Colliard cumplió la mitad de la condena, y hubo todo un movimiento para que se redujera su pena, se mejoraran sus condiciones y demás. Por mi parte no hubo nunca ninguna oposición a eso”, agregó.

Colliard fue condenado a 9 años de cárcel por la Cámara Primera del Crimen de Paraná. “Nosotros teníamos una primera división que en ese momento, el entorno del rugby nos llamaba jóvenes con mucho futuro que se diluyeron porque provocó un bajón anímico institucional y en el rugby de Paraná. Porque te imaginarás, alguien que no está en deporte y tiene un hijo y ocurre una cuestión como esta piensa que es un deporte de muerte y no tiene nada que ver con eso. El club empezó una decadencia a partir de eso y por suerte, años después nos tocó a una dirigencia que éramos jóvenes la conducción de club y comenzamos un modelo basado en estos valores y con mucho compromiso social donde la relación costo calidad es fundamental”, acotó Carbonell.

La cárcel

Colliard dio numerosas notas a los medios. Desde la cárcel, lo marcó para siempre. “Ví gente que intentaba matar a otro. Ví gente que se intentaba prender fuego y lo peor, lo lograba enfrente mío. Todo el tiempo me querían pelear. Tenía muchísimo miedo, miedo de no oder volver con mi familia. Estaba al lado de gente que había cometido delitos inimaginables en cuanto a lo violento. A veces no sabía qué hacer para mantenerme decente, con los brazos bien altos y no dejarme hacer nada. Estaba detenido pero no era delincuente. Sólo me vestí para jugar un partido sin querer hacer daño, ni mucho menos matar a alguien. Todos aquellos años fueron y son una pesadilla de la que todavía sueño por las noches, no hay forma que se me desaparezcan las imágenes”, confesó Colliard en un reportaje con periodistas de Eter.  

Simulacros de juicio

Julio Federik sumó a la historia distintas anécdotas. Entre ellas, contó que presentó el caso Masi para las capacitaciones de juicio oral cuando cambió el Código de Nación en 1991. Fueron tres simulacros con distintos integrantes, realizados en distintos lugares. En las tres ocasiones, Colliard resultó condenado.

Dolor

“A mí me tocó verlo después, muchas veces en Estudiantes, en el bar y siempre teníamos charlas que ya no eran de Cayetano”, recordó Ojalvo sobre el réferi del partido fatídico. “Recuerdo que un día lo operaron de la garganta y no podía hablar y me llama, me acerco y me escribe en un papelito. Me da y decía ‘hoy hace 25 años que murió Cayetano’. Era un sábado, estábamos, yo estaba jugando al golf y no me acordaba. Marco esto porque esto nos marcó a todos pero a él lo marcó mucho más profundamente que al resto que jugamos. Después todo fue muy triste porque se murió Cayetano que era un proyecto de vida de una persona inteligente, sana deportista, se venía a casar. De ahí en más todo fue tragedia, para la familia, para la futura novia, para todos”.

Ponce señaló que a la sala de directorio de CRAI le pusieron Cayetano Masi. Recordó que varios jugadores abandonaron el deporte luego de la muerte de Cayetano y dejó una reflexión: “Esto no es el rugby”.

Daniel Masi, hermano de Cayetano lo recordó: “Era un muchacho callado. Conmigo no, porque era mi hermano y protector, salíamos, siempre estaba respaldado por mi hermano. Salíamos juntos, teníamos los mismos amigos, las mismas vivencias. Después se puso de novio y ya terminó su carrera y otro proyecto. Pero toda la adolescencia, siempre tuvimos los mismos amigos, sus amigos y los míos éramos un solo grupo. Jugamos juntos al rugby también y me cuidaba mucho, porque yo era muy chiquito, muy flaquito, me decían arruinado, enano, pero ese es el recuerdo, un lindo recuerdo de él”.

NUESTRO NEWSLETTER

En una conferencia de prensa, los abogados del exgobernador condenado por corrupción hablaron de "irregularidades" en el proceso judicial y cuestionaron el trabajo de investigación periodística de ANÁLISIS.

Deportes

Peñarol

Peñarol visitará a Malvinas, el La Paz, el domingo a partir de las 16.

Bonelli

El entrerriano Nicolás Bonelli realizó un test en el Autódromo de La Plata con vistas a la carrera en Toay.

SL

San Lorenzo perdió ante Liverpool y quedó complicado en el Grupo F de la Copa Libertadores.

Werner visitó al gobernador y hablaron de “la posibilidad de que haya fechas en Entre Ríos

Rogelio Frigerio recibió este martes en la Casa Gris al tres veces campeón de TC Mariano Werner.

Odesur reasignó las dos medallas doradas ganadas por Federico Bruno en Asunción 2022

El concordiense Federico Bruno -en el centro- fue sancionado por dóping en julio de 2023.

Lucas Cavallero será el árbitro del próximo partido de Patronato como local

Cavallero dirigirá por primera vez en la temporada a "Patrón".

Opinión

Por Néstor Banega (especial para ANÁLISIS)  

En la capital entrerriana una multitud en favor de la educación pública.

Por Edgardo Scarione (*)  

(Foto: NA)

(Especial para ANALISIS)

Cultura

Se recibieron numerosos trabajos de la República Argentina, así como también de países extranjeros.

La actividad está orientada para adultos, a partir de los 55 años.