Debido a la intensa lluvia que cae sobre Paraná en la mañana de este miércoles se suspendió la movilización prevista por el Movimiento Barrios de Pie. Ante ello, el coordinador de la organización en la capital provincial, Julián Jarupkin, brindó un panorama de los reclamos que se iban a plantear y de la situación que se vive en los barrios populares.

En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Jarupkin confirmó la suspensión de la movilización prevista para este miércoles dado “cada vez que llueve resulta imposible movilizarse en los barrios populares de Paraná” y reclamó que “las obras que se necesitan y son de primera mano como las calles, desagües, cloacas a los barrios populares aún no llegan”. “Esa es una de las cuestiones que dentro de la cantidad de reclamos ponemos sobre la mesa, no solo la construcción de viviendas sino los servicios básicos alrededor de las viviendas populares”, explicitó.

Barrios de Pie trabaja en unos 25 barrios de la capital provincial, como la Floresta, Antártida, Villa María, Los Hornos, Croacia Sur y Croacia Norte en Bajada Grande, Humito, Giachino, Las Rosas, Las Flores, San Martín, y otros.

Planteó ante esto que “hay un déficit habitacional muy grande en todo el país, y en Paraná no solo es la movilidad sino también la situación de las viviendas. Hemos tenido que salir a socorrer a familias que tienen muchas dificultades también con niños y niñas con discapacidades, con dificultades respiratorias, y demás”. No obstante ello, marcó que “la solidaridad de compañeros y compañeras ha estado siempre y en los momentos más difíciles”.

Sostuvo que “el Estado municipal hace lo posible, hay funcionarias que casi no duermen dentro de la Secretaría de Vivienda pero es una cuestión supletoria, es algo que suplementa lo que realmente hace falta que son las obras públicas que necesitan una inversión muy grande”.

“Tal vez el relevamiento nacional de barrios populares, que salió de las organizaciones sociales, vaya en esa dirección pero hoy a cinco años de haber hecho los primeros relevamientos de los 4.400 barrios populares, las obras no están llegando y es fundamental que esa plata se destine a los sectores que más lo necesitan”, reclamó.

En cuanto a las obras proyectadas en los barrios, dijo que “vienen a cuenta gotas porque necesita una organización que se había perdido como fue el Programa Argentina Trabaja que se desvirtuó y se contrajo en la época del macrismo, y además nunca se avanzó hacia la creación de las cooperativas ni el lazo vincular tan importante entre las pequeñas y medianas empresas de construcción que ya están funcionando y aquellos programas o planes sociales, y nunca se dio el paso necesario para poder generar empleo genuino”.

Consultado respecto del anuncio del presidente Alberto Fernández de cambiar planes sociales por trabajo genuino, Jarupkin consideró que “es una medida necesaria pero hasta ahora solo se tiraron manotazos de ahogado para ver si se encuentra alguna tierra firme y puede salir algo”. “En esto han sido ineficaces, hoy tenemos gente que entró en contrato de obra o ha tenido alguna salida laboral de punto intermedio y al llegar a pasar la canasta alimentaria los planes sociales se cortan. No hay un trampolín hacia una efectivización laboral genuina y que tenga una estabilidad. La mayoría son monotributistas o contratos que intentan dar un salto de claridad pero vuelven a recaer sobre la inestabilidad económica, laboral, social y más con la inflación que te come el bolsillo”, definió.

“Esto viene ya de hace 10 años, no es de hoy, y la estabilidad que ha dado un plan social como un ingreso estable ha sido mucho más fuerte que poder conquistar derechos laborales por otras vías. Por eso los compañeros deciden no tomar esos contratos de obra o pasarse al monotributo porque establecen una estabilidad importante. Sucede que no se han dado las políticas en estos 10 u 11 años en que salieron estos planes, que catapulten el trabajo formal, una vía productiva en el país y eso hoy se está sintiendo multiplicado”, lamentó.   

Reclamos puntuales

Jarupkin detalló que entre los reclamos que se iban a plantear este miércoles en la movilización “estaba reiterar el pedido –que se hizo cuando movilizamos por el salario mínimo, vital y móvil- para que los salarios igualen a una canasta básica familiar que está cerca de los 70.000 pesos, porque hoy la línea de la pobreza ha crecido mucho y los sueldos han quedado muy bajos”. “Por eso el aumento de los ingresos básicos es algo que es necesario para toda la población en general, no solo para los sectores más vulnerables, y junto con eso deberán ver la forma de mantener baja la inflación y el costo de los alimentos y servicios”, afirmó.

“Otro reclamo es la apertura de programas y el cumplimiento de los mismos, porque hoy por hoy muchas unidades de gestión están frenadas, nosotros hemos cumplido en tiempo y forma en la ejecución y la compra de materiales, y los programas hoy son una necesidad básica para los sectores que menos tienen. Recibimos cinco a 10 pedidos para que los anotemos en los programas como el Potenciar Trabajo y otros, y la verdad es que eso hoy no está funcionando”, planteó.

Criticó en tal sentido que “aunque se escucha que están evaluando otras medidas, nada se ha efectivizado como el IFE 4 o el  salario universal básico. No se especifica de qué manera sería, no se llamó a las organizaciones sociales ni sindicatos para poder evaluar o pensar un salario básico universal”.

El dirigente agregó que “otro reclamo fundamental es alimentario porque seguimos recibiendo alimentos que bajaron la cantidad por persona, y de tener seis alimentos por persona que se recibían en los merenderos y comedores bajó a 2,6, cuando el trabajo durante la pandemia se triplicó y eso no se vio reflejado en los niveles de asistencia del Estado para quienes más lo necesitan”.