Por JCB de ANÁLISIS

"Uno más que planta es uno menos que compra", reza uno de los carteles de la Agrupación Paranaense de Agricultores Cannabicos (APAC). Parece una verdad manifiesta, salvo que se crea en el paradigma de la prohibición como método efectivo. Sin embargo, prohibir no ha bajado el consumo, ni bajado el precio de venta clandestina, ni mucho menos las muertes en manos de los narcotraficantes. El usuario del cannabis se ha visto expuesto a comprarle al criminal para hacer valer su derecho de autonomía sobre su cuerpo sin afectar a terceros tal como lo prevé el Artículo 19 de la Constitución Nacional. 

La respuesta del Estado a quien desea consumir sin intervención del narcotráfico -a través del autocultivo- es la criminalización. A pesar de que exista sobrada jurisprudencia que se pronunció en sentido contrario, la Ley de Drogas (Nº23.737) continúa siendo el marco normativo generando una contradicción de hecho y todo queda sujeto a la voluntad de juzgados de instrucción que decidan volcar presupuesto en la persecusión de cultivadores para consumo personal. 

Este es el caso de Sabina Galfano, quien hoy compareció como acusada de plantar para consumir y cuya acusación deberá ser resuelta este miércoles por el Juzgado en lo Correccional Federal de Paraná. Su abogado, Andrés Bacigalupo, expresó que dividió su estrategia en dos partes: por un lado, las irregularidades del allanamiento en el domicilio de Galfano; por el otro, la evidencia de una ley que ya no responde a las demandas de gran parte de la sociedad. 

En el debate realizado durante la jornada de miércoles, el fiscal Carlos García Escalada solicitó una pena de un mes de prisión condicional por el delito de siembra y cultivo para consumo personal, basándose en el penúltimo párrafo del Artículo Nº5 de la Ley de Drogas donde se dispone que la pena mínima es de un mes. Esto va contra la doctrina de la propia Corte Suprema de Justicia con el reconocido fallo Arriola, a 10 años de aquella sentencia. 

Por su parte, el abogado defensor pidió la nulidad del allanamiento por irregularidades y falta de argumentación. Pero además reclamó por la inconstitucionalidad del delito que se le endilga a Galfano. Para eso se basó en la jurisprudencia del Tribunal Oral Federal de Paraná, la Cámara Federal y la Corte Suprema de Justicia, según supo ANÁLISIS.

La resolución judicial se conocerá el próximo lunes 16 a las 11 de la mañana. 

La manifestación de apoyo: "Esperamos una sentencia positiva y que absuelvan a la compañera"

Afuera, mientras la audiencia se desarrollaba sin presencia de la prensa ni del público, los activistas por la regulación del cannabis se manifiestan en acompañamiento a su par: "Lo que le pasó a Sabina, que es la penalización del delito de siembra, tiene que ver con una intencionalidad a nivel nacional de seguir criminalizando al cultivador. Después los juzgados terminan resolviendo. Esperamos que sea una sentencia positiva y que puedan absolver a la compañera porque su cultivo era para consumo personal y que se debe garantizar ese derecho como parte de una actitud que permite la autonomía de las personas a acceder a una sustancia controlada", expresó Tabaré Etcheverría.

Ante la consulta respecto a lo que ha sentido Galfano y otros cultivadores que han sido criminalizados, Etcheverría relató: "Lo que se siente es una violentación de la intimidad personal, de las decisiones autónomas de las personas que están amparadas en el artículo 19 de la Constitución Nacional, el derecho a tener autonomía sobre nuestros cuerpos y las decisiones que queremos tomar para nuestras vidas. Es una injusticia, una incongruencia". 

"Lo que queremos es poder acceder a las plantas sin que nos persigan por hacerlo", fustigó y destacó que el autocultivo es una herramienta efectiva para combatir el negocio clandestino de la droga: "En Uruguay, la regulación del cannabis le quitó al narcotráfico Us$22.8 millones. Entendemos que eso debe estar regulado, que se pueda pagar impuestos que sean invertidos en escuelas y hospitales en lugar de seguir criminalizando y avalando esta conducta de gente mafiosa y violenta". 

En esa línea, se expresó contra la denominada "guerra contra las drogas", un paradigma importado desde los Estados Unidos para todo el continente americano durante la segunda mitad del SXX con continuidad en la actualidad: "La prohibición a fracasado como método. Eso ha fracasado en todos los objetivos que se ha propuesto: desde bajar el precio de la droga, pasando por bajar el consumo o la cantidad de transporte y comercialización. Son los datos internacionales y locales. La guerra contra las drogas no es contra las drogas, es contra las personas".