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Este martes el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, y la intendenta de Paraná, Blanca Osuna, recorrieron las instalaciones del moderno estadio que comenzó a levantarse de cero en la localidad de Natal. El escenario es uno de los que albergará partidos de la primera fase del Mundial de Brasil 2014 y al mismo tiempo uno de los más modernos que mostrará la cita ecuménica.

El escenario comenzó a construirse a mediados del año pasado y la finalización de las obras están previstas para diciembre de 2013, fecha límite que impone la FIFA para la concreción de los estadios que serán sedes del evento deportivo más importante del planeta.

Según los datos oficiales, el estadio tenía previsto en un comienzo un costo de 417 millones de reales, algo así como mil millones de pesos argentinos, pero con el correr del tiempo fue aumentado, de a poco, su valor final. Aquí se debe hacer la primera diferenciación entre uno y otro, pues el estadio en Brasil contará con una capacidad para 45.000 espectadores, en tanto que el que se planea construir en Paraná superaría los 30.000, con ello ya se habla de un costo bastante menor.

La primera coincidencia es que en Estado de Río Grande do Norte se prevé que el escenario sea un espacio para realizar múltiples eventos, una vez finalizado el Mundial, algo parecido a lo que se intenta llevar adelante en la capital entrerriana, aunque aquí también existe el anhelo de levantar alrededor una Ciudad Deportiva.

Hasta el momento no está confirmado dónde se levantará el Estadio Único, igual es casi un hecho que el mismo sea enclavado en la zona de Colonia Avellaneda, en proximidades del autódromo del Club de Volantes Entrerrianos, localidad muy cercana a la capital entrerriana. Es que se prevé que el todo la construcción ocupe 60 hectáreas, algo difícil de conseguir en el ejido urbano.

Es que como se expresó más arriba, la faraónica construcción no solamente incluye el estadio en sí, si no que además que alrededor gire una auténtica ciudad deportiva que le permita a Paraná ingresar en el calendario nacional deportivo y además cultural, algo que se observa por ejemplo en Santa Fe, pero por esta parte del río es muy difícil. La mayoría de las cosas pasan a escasos 39 kilómetros del suelo paranaense.

Una de las diferencias, al menos en los anuncios, es que el estadio de Natal es construido a través de un convenio que firmaron la empresa Arena das Dunas Concesión y Eventos SA, que integran sectores público y privados (la constructora y el Estado) y una fuerte inyección de divisas del Banco Nacional de Desenvolvimiento Económico y Social. En cambio el emprendimiento que busca realizarse en suelo paranaense se realizaría pura y exclusivamente con aportes del gobierno nacional, ya que hasta el momento no se habló de aportes externos o privados.

Aquel 23 de septiembre de 2011 Urribarri anhelo: “Te imaginas... alentando a la selección, emocionándote con Las Leones, te imaginás testigo de la Generación Dorada... Paraná no puede seguir aislada de los grandes eventos deportivos”.

Ojalá que ese anuncio comience a cristalizarse por el bien de todos los amantes del deporte y los eventos culturales en la región. Que pronto la capital entrerriana cuenta con un lugar para múltiples usos y que albergue miles de personas dispuestas a alentar o a presenciar lo que le guste.

Sabido es que estas construcciones no se levantan en meses, todo lo contrario, llevan más tiempo del deseado y muchas veces se extienden aún más. El estadio de Natal deberá esperar casi tres años para estar finalizado, ojalá esa sea la gran diferencia entre uno y otro y en un plazo no muy lejano, Paraná pueda tener el suyo.