“No se puede esconder los serios impactos de los modelos de agricultura industrial”

Edición: 
1090
Walter Pengue, pionero en agroecología

A.S.

-Desde aquella publicación de 1996 “Cultivos transgénicos. Hacia dónde vamos”, a la actualidad ¿qué avances y retrocesos ve sobre aquellas advertencias? ¿Adónde fuimos?
-Tenemos una respuesta, por eso escribimos ahora “Cultivos transgénicos, hacia dónde fuimos”, que es un libro de acceso libre. Si uno revisa esas preguntas encuentra que la agricultura industrial generó los impactos que planteábamos y muchos más, enormes costos para los pequeños y medianos agricultores, para la agricultura familiar, hay agricultores en el norte que están abandonando sus campos porque no pueden generar los tratamientos, los manejos, las tecnologías adecuadas, ni que hablar con los problemas vinculados con la deforestación. Cuando al gobierno nacional y a sus técnicos se les preguntaba sobre el posible avance de la frontera agropecuaria, decían que como se incrementaría la productividad –cosa que sabíamos que era falsa– no iba a hacer falta aumentar la extensión de los territorios. Y se abrieron las fronteras agropecuarias de una manera brutal, y no solo por el elemento transgénico en sí sino por el paquete tecnológico. Esto es claro en la pampeanización, el proceso de agroculturización con incorporación de tecnología, conocimiento científico-financiero y tecnológico de La Pampa que pasa hacia el Chaco; pelar ese territorio, quitar la masa forestal que lo protege es como quitarse la piel y dejar la dermis directamente al sol, esa brutalidad se cometió y se permitió, con un alerta muy pequeña de muchos investigadores. En esa época pocos lo advertíamos, y remábamos en dulce de leche, estábamos muy solos. Hoy se ha abierto una fisura en la sociedad, que empieza a demandar otras cosas, y en el sistema científico-tecnológico que ya no puede esconder los serios impactos ambientales, sociales, culturales, económicos que los modelos de agricultura industrial han generado. Y esto sucede en la Argentina, pero también se reconoce a escala mundial. Hemos publicado recientemente documentos vía Naciones Unidas sobre la importancia de medir lo que no se medía. No lo dicen ambientalistas alocados, lo dice un grupo de 160 científicos en uno de sus organismos más prestigiosos.

-El riesgo de lo que no se medía, o lo que aún no se mide, implica el concepto de las llamadas externalidades...
-Exacto. Estamos hablando de las externalidades, de los intangibles, de los invisibles. El viejo cuento indio de los ciegos y el elefante. Ahí planteábamos que la mirada del agrónomo, del ecólogo, del médico, del sociólogo, el economista, cada uno por su lado pretendiendo ver un elefante, cuando en rigor de la verdad veían solamente partes de esa monstruosidad. Eso es lo que está pasando: tenemos un problema brutal con la agricultura industrial y cada uno quiere ir a ver un pequeñito detalle. Entonces uno dice: “El problema es el glifosato”. Para otro, “no, el problema son los minerales que lo acompañan”. O “los coadyuvantes que lo acompañan”, o “el corte del agroquímico”... El problema es entonces estudiar lo que nadie está estudiando, trabajar sobre la complejidad, conocer y comprenderla, eso es tremendamente difícil, porque faltan las metodologías, los abordajes, los tiempos de dedicación y los recursos para que los científicos puedan mirar esto. Porque no se trata de un agroquímico, porque a las compañías eso les resulta fantástico: si el glifosato es el problema, lo reemplazarán por otro y cuando éste se convierta en problema, idearán otro… Lo que debemos hacer es ponernos a pensar en esa integralidad del cóctel de químicos: no son 400 millones de litros de glifosato, son todos los millones de litros de todos los productos químicos que estamos tirando sobre las cabezas de las personas y todas las componentes en la cadena alimentaria. Para que después eso llegue en un plato de comida a un niño o a cualquiera de nosotros. Ahí tenemos un problema tremendamente serio, que por un lado tiene a los agrotóxicos como conflicto y por el otro lado todos los ultraprocesados y todo lo que generan en la cadena alimentaria de las personas. Esto hay que estudiarlo integralmente. Hay que dedicarle mucho tiempo y que muchas cabezas distintas, que hoy día están pensando cada una en su problemita, y poner a todos a trabajar.

-En relación con ese desafío de abordar el problema integralmente, eso que definía tan bien con la fábula india, y ante la aparente incapacidad sobre todo de los ámbitos de producción de conocimiento para construir una perspectiva integral, ¿quién debe ponerse en sus espaldas esa tarea?
-Nosotros trabajamos sobre una disciplina que se llama “economía ecológica”, que dialoga mucho con muchas otras disciplinas también emergentes y con otras más convencionales, pero de por sí es un aporte interesante para ayudar a comprender los sistemas, porque lo aborda no solo desde la ecología sino de la economía de manera integral. Trabajamos en el sistema de forma holística, que no son monocriteriales, son multicriteriales.

Deportes

Ochoa se quedó con la cuarta final de la temporada en el TC Pista.

El "Tricolor" intentará sacar ventaja en su duelo como visitante.

La Liga Paranaense de Fútbol contará con nutrida actividad a partir de las 13.

Opinión

Por José Federico Mastaglia (*)  

(Foto ilustrativa: Cedoc)

Cultura

Un espacio de salud mental pensado para adolescentes y jóvenes.

El beneficio es en el marco de plan federal FortalecER Teatro.

La actividad se realizará el próximo lunes en la FCEDU.