Por Emilia González Cian*

Sí, lo sé. No me lo diga. Usted se siente un perejil. Todos los meses deposita en las arcas de la AFIM una suma considerable de dinero en concepto de tasas, impuestos y contribuciones con la ilusión que sea invertido en algo que valga la pena. En cada centavo que paga, Usted no deja de fantasear con que todos los vecinos de Paraná podamos disfrutar de una ciudad limpia y habitable, en la que sea posible transitar sin sobresaltos o tropiezos por las calles y las veredas cuando movilizarse libremente en transporte público sea tan difícil como llegar a Japón en una hora y media de vuelo espacial por la estratósfera. Si aún no no cayó en la seductora tentación de la resignación, puede que sueñe con una administración municipal eficiente que acompañe y fomente el desarrollo individual y colectivo de los vecinos sin obstaculizarlo, con una ciudad que genere incentivos para proyectar, con una ciudad justa que atienda las necesidades de los vecinos que se hallan en situación de vulnerabilidad, con una ciudad horizontal que gestione sus asuntos convocando a la participación ciudadana. 

Si usted es ese paranaense que, aunque harto y agobiado, no ha perdido aún las esperanzas y cree que hay una luz al final del túnel, le pido que continúe leyendo. 

En alguna parte de la mega estructura estatal - o “Jaula de hierro” como la llamó Max Weber- existe un órgano auxiliar de control con independencia y autonomía funcional cuya misión es defender, proteger y promover los derechos, garantías e intereses -individuales,colectivos y difusos- de los habitantes frente a actos, hechos u omisiones lesivas imputables al Estado por la conducta de sus agentes, organismos descentralizados y autárquicos y entidades estatales y no estatales que desarrollan actividades o prestan servicios públicos. 

Por favor, no crea que esto es un verso o que padezco de delirios platónicos. No. Ese órgano del que les hablo, señoras y señores, es la Defensoría del Pueblo y existe en los tres niveles de gobierno –nacional, provincial y municipal- y, aunque nunca sea tapa de diarios y revistas, su accionar adquiere una importancia trascendental en una comunidad política que se autoproclama democrática y republicana, en tanto que actúa como nexo entre la sociedad y el estado. A instancia local -que es la que hoy nos convoca por hallarse próxima la elección de su representante- la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Paraná es la encargada de velar por el respeto de los derechos de los vecinos a través del control que ejerce sobre la gestión municipal respecto del cumplimiento de las competencias que le son propias (como por ejemplo aquellas vinculadas al desarrollo urbano y a la prestación de servicios públicos –suministro de agua potable y servicios cloacales, higiene urbana y  recolección de residuos- entre otros) y de canalizar las demandas de los habitantes que no han podido ser resueltas por las vías ordinarias, acompañándolos en sus reclamos. 

Si luego de saber esto sigue viendo la luz al final del túnel, déjeme darle otra esperanza más: usted no está solo. No sólo somos miles los vecinos que compartimos el hastío sino que, además, existen algunos menos que tienen buenas intenciones y mejores ideas para dirigir la Defensoría del Pueblo, entre los que se halla quien les escribe. Mi nombre es Emilia González Cian, tengo 27 años, nací y crecí en Paraná. Toda mi actividad escolar la desarrollé en el Instituto Siglo XXI y luego estudié Derecho en la Universidad Nacional del Litoral. Si bien desde muy chica manifesté un gran interés y compromiso por la cosa pública y los problemas sociales, hoy decido involucrarme activamente. Quiero ser la próxima Defensora del Pueblo de la Ciudad de Paraná porque yo, como usted, veo la luz al final del túnel y estoy convencida de que una ciudad mejor es posible. Porque durante todo este tiempo sentí que no estaba siendo fiel a mí misma, pues me faltaba materializar mi vocación de servicio, mi pasión y mis habilidades con acciones concretas que redunden en beneficio para toda la comunidad. Porque me siento interpelada por la situación social calamitosa y porque creo que para cortar con la obscenidad y el descaro de las gestiones municipales en el incumplimiento de sus obligaciones se requiere del auxilio de personajes nuevos, idóneos, comprometidos y con ganas de trabajar por una sociedad más justa y sana.

Mi temprana edad no me amedrenta, sino que me da aún más fuerzas. Es imperioso que los jóvenes disputemos espacios políticos, pues es la única manera de empezar a construir una ciudad atractiva y con incentivos para las personas de nuestra generación. 

Ahora bien, usted se preguntará qué propongo. Así que sin más dilaciones iremos hacia allí.  Como se habrá dado cuenta, el campo de acción de la Defensoría es realmente muy amplio, por lo que decidí circunscribir mi proyecto de trabajo a dos líneas de acción bien concretas cuyo denominador común es la participación ciudadana entendida desde el modelo de democracia participativa. La primera consiste en impulsar un proceso de defensa, protección y promoción del medio ambiente desde una perspectiva de derechos humanos, a través de la creación del Cuerpo Colegiado Paraná Sustentable (C.Co.P.A.S), un órgano con facultades  de control, investigación y formulación de propuestas orientadas a mejorar progresivamente la problemática relativa al tratamiento de los residuos sólidos urbanos y a los basurales a cielo abierto en nuestra ciudad, que garantizará la representación de actores de la sociedad civil (ONG’s y académicos), del Ejecutivo Municipal, del Concejo Deliberante y de las Cooperativas de Trabajo encargadas del reciclado de residuos. La segunda línea de acción intenta sentar las bases de una nueva forma de vinculación entre la Universidad, la sociedad y el Estado, en la medida que procura extender en la mayor parte del territorio de la ciudad de Paraná las redes de acción de la Defensoría del Pueblo, mejorando su labor en la promoción, difusión y defensa de los derechos, ofreciendo espacios de inserción para los jóvenes que están en la fase final de sus carreras universitarias. Los Consultorios Asistenciales Primarios, buscan empoderar a la ciudadanía a través de la prestación de asistencia técnica primaria a los vecinos de los barrios en los que aquéllos se encuentren localizados con el objeto de recibir sus inquietudes, orientarlos y, en su caso, derivarlos a los organismos e instituciones correspondientes. Ambas actividades serán voluntarias.

Luego de tan sucinto desarrollo, espero que siga viendo la luz al final del túnel pero con mayor intensidad. Aunque ¡Cuidado! No se encandile, que al que se enceguece, lo pasan ‘pal cuarto. Caer en la inocencia de creer que la realidad está hecha de azúcar, flores y muchos colores es nuestro pase asegurado al fracaso. En estas cosas, el diablo siempre mete la cola, intentando llevar agua para su molino. Cuando se manejan otros intereses es muy tentador caer en las redes imbricadas y deshonestas de la rosca política. Así que como ciudadana primero y postulante después, espero y deseo que el proceso de selección sea limpio, imparcial y que priorice la idoneidad y capacidad de las/los postulantes ante cualquier tipo de tejemaneje indecente. 

*Candidata a Defensora del Pueblo de Paraná