La secretaria general de la Seccional Paraná de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER), Susana Cogno, analizó la grave situación que vive el sistema educativo entrerriano en el marco de la pandemia de coronavirus.

En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio de la Plaza), Cogno afirmó que se vive “un momento muy difícil, inédito, en la medida en que nadie estaba preparado para tener una situación de este tipo, que nos ha dejado a todos sin herramientas para resolver cuestiones de índole práctica”.

“En el sistema educativo venimos denunciando desde hace muchos años la situación de precariedad en la que trabajamos y las injusticias que tenemos dentro del sistema. Por eso nuestra decisión política frente a la situación de la pandemia fue, en primera instancia, que las escuelas debían ser desalojadas porque no tienen condiciones sanitarias, y de hecho veníamos peleando por agua y elementos de limpieza al inicio del ciclo lectivo que hoy por hoy no están en las escuelas porque se pagan con cheques y al no haber bancos no se pudieron cobrar”, refirió.

En ese sentido, advirtió: “La alerta que establecíamos de que la pandemia era algo serio y que en la situación de las instituciones educativas no íbamos a poder llevar adelante ninguna estrategia que nos permitiera cuidarnos, después fue corroborada a nivel nacional, y ahora nos encontramos con una situación más compleja todavía, porque no creemos que el sistema educativo pueda comenzar en mucho tiempo más”.

Al respecto dijo que “esto nos pone más en alerta porque el sistema educativo necesita al maestro dentro del aula porque es el que garantiza que no haya tanta desigualdad pedagógica, en el conocimiento, en la socialización y en la distribución del conocimiento, pero ni el maestro ni los chicos pueden volver a la escuela”.

“Se está trabajando procurando encontrar alternativas para muchas situaciones que atendemos todos los días que tienen que ver con lo no resuelto en el sistema. Entramos a la pandemia a mitad de marzo y había una agenda enorme de temas que no era discutida, más allá de lo salarial que ahora también parece aislado y en cuarentena, como la continuidad de las plantas de los cursos de escuelas secundarias, que no tenemos un sistema concursal que no sea presencial, entre otras muchísimas situaciones”, apuntó.  

Por otra parte, la dirigente valoró que “los comedores escolares están abiertos así que hay un porcentaje de docentes, ordenanzas, directivos y cocineros que están concurriendo a la escuela”.

En cuanto al trabajo de los comedores informó que “para la Copa de Leche se pudo instrumentar algo que se viene pidiendo desde hace tiempo que es que a los niños se les entregue la leche, el chocolate y el azúcar y que el chico pueda tomar la leche en su casa, así que hoy a todas estas compras las hace el directivo y se le entrega un kit a cada chico, garantizando la justa distribución”.

Además, comentó que “en el comedor de la escuela se entregan viandas, una comida que cocinan los cocineros y se les entregan a las mamás que van a la escuela con un recipiente y retiran la comida, respetando la distancia de prevención”.

Ante ello, alertó que “no es lo mismo a que el chico coma un plato o dos en el comedor de la escuela a que la mamá retire la comida, porque en la casa hay más personas que también necesitan el alimento, y eso ha duplicado y hasta triplicado o cuadruplicado la demanda de  raciones”.

“Esto habla de las necesidades materiales existentes en una sociedad extremadamente injusta y que tiene que vivir este momento con muy escasas herramientas nutricionales, sanitarias, y también de estrategias políticas porque pedíamos la posibilidad de armar un bolsón integral de alimentos para que la familia los pueda retirar y sabiendo que se debe garantizar la comida para los demás integrantes de la familia”, reflexionó.

Advirtió que “en esta situación se da cuenta que hay menos chicos yendo a buscar la vianda. Tenemos normalmente unas 110.000 raciones diarias en los comedores y hoy hay entre 18.000 y 19.000 que van a retirar las viandas” y ante ello, manifestó que “preocupa mucho esos chicos que no retiran la vianda en la escuela pero también sabemos que es muy probable que estén cubiertos por las organizaciones sociales que están trabajando en los barrios”.

Vacaciones de julio

Consultada al respecto, Cogno reflexionó: “No sé si estamos en momento de pensarlo todavía, estamos viviendo un momento tan duro, que en este momento estamos expectantes porque no vivimos el drama que viven otros países”.

“En los países limítrofes vamos a tener situaciones muy graves y en este momento no podemos ni siquiera discutir el tema vacaciones. Me preocupa más cómo llegar a todos los estudiantes, hay lugares donde se puede articular muy bien, con profesores que dan clases virtuales, haciendo llegar a todos la manera de comunicación por las redes, pero igual hay muchos chicos a los cuales no les llega”, aseguró.

“Esta semana están llegando los cuadernillos de Nación pero no está el maestro, con lo cual hay una profunda situación de desigualdad. Frente a una situación de emergencia, la primera solución que tenemos que buscar es la inmediata, la que reasegure las condiciones vitales, y luego iremos articulando las demás estrategias pedagógicas que el maestro lo puede hacer, pero para eso necesita estar en el aula y eso es incierto todavía”, señaló.

“Quizás este sea el tiempo de tratar de reasegurar que todos estén bien, que todos puedan comer, que le llegue a la mayoría lo que necesita para poder trabajar, que los contenidos pedagógicos lleguen a la mayor cantidad –sabiendo que no será a todos-, y tratando de sostener en este proceso una lucidez que garantice el salario de los trabajadores, la comida de la mayoría y la salud”, planteó.

Adelantó que “tenemos certeza de que en abril no volvemos y si el pico de la pandemia se va estirando, es trágico, y a esto le falta mucho”.  

“Hay que pensar en los niños que empezaban el jardín o el primer grado, se parte de la base que en las familias hay fortalezas para trabajar con el conocimiento y eso es un error de análisis en este estado de situación. La escuela pública tiene una complejidad de diversidades en cuanto a los accesos a la información, a la cultura y al conocimiento y el maestro es quien los media; si el maestro no puede estar en el aula –y nosotros creemos que no debe volver porque no hay infraestructura, y la escuela tiene 500 niños y 100 maestros en un patio- tendremos que tener suficiente capacidad para ver cómo se recuperan estos conocimientos que se han perdido”, analizó.