Este determinación empresarial generó profunda preocupación en Rosario, ya que en el ex edificio de la tienda La Favorita funciona una de las 10 sucursales que la firma tiene en el país.
Un proceso de compra de pañales dejó afuera a proveedores históricos, adjudicó a una empresa no inscripta y se quedó con un contrato estimado en US$450 millones.