El Delta del Paraná lleva meses siendo consumido por las llamas. De acuerdo al Observatorio de la Tierra de la NASA, estos incendios están vinculados a “un período de clima inusualmente cálido y de sequía”. Estas condiciones llevaron a que el río Paraná alcance sus niveles más bajos durante el verano, en vez de al final del invierno, cuando suele ocurrir.