El primer tiempo tuvo momentos favorables para ambos equipos, pero fue el conjunto de Ricardo Zielinski el que le sacó provecho a su leve superioridad en el balance del desarrollo. Es que, pese a carecer de variantes para que salir jugando con la pelota en los pies fuera una opción recurrente, el conjunto cordobés hizo la diferencia con las apariciones de Franco Vázquez y César Pereyra.
Por el contrario, las intervenciones de Erik Lamela y Rogelio Funes Mori, aunque valiosas, se dieron más esporádicamente, tal vez por los excesivos cuidados del fondo local. El juego aéreo, sin embargo, le jugó a favor al Millonario, que avisó con un cabezazo desviado de Funes Mori y otro de Adalberto Román que tapó Juan Carlos Olave. Los cordobeses respondieron con dos llegadas de Pereyra que ahogó Juan Pablo Carrizo, primero mano a mano y después un sablazo desde la izquierda.
Hasta que llegó ese córner desde la derecha que Román quiso despejar con una mano alevosa que Néstor Pitana cobró a instancias del juez de línea. A los 25, César Mansanelli disparó el penal fuerte y a la derecha de Carrizo y Belgrano encontraba la ventaja. El gol motivó entonces que el local se retrasara en el campo y vinieron los mejores minutos de los de Juan José López.
Sin embargo, las mejores armas de la visita fueron la pelota parada y el tiro desde afuera. Presa del apuro y la obligación, nunca encontró el juego asociado pero amenazó con sendos tiros libres de Lamela y el entrerriano Mauro Díaz y un remate desde lejos de Carlos Arano, todos ahogados por Olave.
Pero el complemento tenía preparadas emociones tempranas. Mientras River se acomodaba tras el ingreso de Leandro Caruso por el uruguayense Díaz, el Pirata lastimó rápido. A los cuatro, Luciano Lollo cabeceó en el corazón del área un córner desde la derecha al segundo palo y Pereyra lo empujó ante Carrizo.
El gol caldeó al máximo los ánimos de los de Núñez, sus simpatizantes rompieron el alambrado y llegó la vergonzosa imagen del hincha con pasamontañas increpando a Arano y empujando a Román. Corría el minuto siete, y hubo que esperar 20 largos minutos para recuperar las garantías de seguridad y la pelota volviera a rodar.
El parate le metió algo de miedo escénico a Belgrano, que se retrasó muchísimo y nunca más cambió su actitud en el campo de juego. River quiso llevarse por delante a la numerosa oposición cordobesa, y coqueteó con el descontrol total como cuando Lamela le pegó un golpe en el estómago sin pelota a Ribair Rodríguez que de haber sido advertido hubiera motivado su expulsión directa.
VázqueMillonario respondió con un toque por arriba de Caruso y otro tiro libre de Lamela que sacó Olave. Pero aún con su voluntad, River no pudo generar nada más, ahogándose en su propia inoperancia, publica TyC Sports.
Así, mientras la fiesta se desataba en la parcialidad Celeste, el momento de River era la contracara. Una vez más, no llegó la esperada reacción millonaria, y ahora sólo tendrá una oportunidad más de sacarla a relucir. Para colmo, de cara a la vuelta vieron su quinta amonestación Román, Paulo Ferrari y Almeyda. Todo quedó en sombras del lado de River, al que sin duda le esperan cuatro días muy desagradables. Habrá que ver si pasado ese plazo se hablará de descenso o de milagro.