Todo se supo cuando la chica quedó embarazada. Al notar esta situación, la madre sospechó de lo sucedido y su hija le contó de las violaciones, por lo que no dudó en denunciar a su pareja. El hombre, al enterarse del embarazo, llevó a la víctima para que le practicaran un aborto.
El acusado se abstuvo de declarar en el juicio oral que comenzó el lunes, pero en la primera instancia declaró ante el juez, y negó los hechos que le imputaron. Explicó el embarazo aduciendo que la chica tenía un compañero de la escuela con quien estaba de novia.
Durante las dos primeras jornadas declararon como testigos la psiquiatra forense, la médica que atendió a la chica en el Hospital San Martín luego de haber abortado, un vecino de la casa del campo, la madre y la tía de la víctima. También ella misma fue a declarar ante el tribunal, como víctima y testigo, de lo sucedido. En un conmovedor relato, quebrada en llanto, confirmó lo que padeció bajo el sometimiento ultrajante del padrastro.
El delito de abuso sexual agravado que se le imputa al hombre contempla una pena de ocho a 20 años de prisión, mientras que la pena por el delito de aborto es de uno a cuatro años de cárcel, cuando existe un consentimiento de la mujer, pero en este caso, donde la chica habría sido obligada a abortar, e incluso siendo menor de edad el consentimiento no valdría, la pena es entre los tres y los 10 años de prisión.
Aparentemente, las pruebas que arrojaron tanto las declaraciones testimoniales como las pericias realizadas habrían complicado la situación del imputado y podrían ser valoradas por la acusación de la Fiscalía de Cámara, representada por Cecilia Goyeneche, pero habrá que esperar el desenlace, cuando el Tribunal presidido por Marcela Badano y los vocales Marcela Davite y Raúl Hérzovich dicten la sentencia, publicó Diario Uno.