Las ganas de hacer historia potenciaron al humilde elenco rosarino en los primeros 15 minutos de juego. A partir de la velocidad de Lezcano y el olfato goleador de Figueroa, Central Córdoba le generó dos chances claras de gol a la improvisada defensa de Boca. Fue un inicio complicado para el campeón argentino, que lució muy errático y sufrió los contragolpes de un rival entusiasta.
La intensidad de Central Córdoba decayó paulatinamente y Boca asumió el control absoluto del partido. No obstante, la posesión de la pelota no implicó desequilibrio. Recién en la recta final del periodo inicial se vieron dosis de fútbol de parte del Xeneize, cuando Chávez, Ledesma y Sánchez Miño combinaron por izquierda. Y a lo 41’ llegó el golpe: centro de Sánchez Miño al área y gol de Blandi, que le ganó la posición a su débil marcador.
Para iniciar el complemento, Gaona Lugo reemplazó a Blandi, quien se fue lesionado. La hegemonía del elenco de La Ribera se agigantó a partir de los desbordes del paraguayo y las proyecciones de Sánchez Miño.
En 20 minutos, el Xeneize generó seis remates al arco de Leguizamón. A los 22’ llegó el premio merecido: Gaona Lugo desniveló por izquierda y Araujo puso el 2-0 para sellar la historia.
La victoria de Boca no tuvo ribetes de goleada debido al egoísmo que mostraron Gaona Lugo y Araujo en todas las chances que tuvieron. Central Córdoba, que venía de eliminar a Talleres de Remedio de Escalada y Boca Unidos, bajó los brazos con impotencia y dejó espacios muy peligrosos.
En definitiva, el rey argentino reservó su equipo de gala y le bastó con suplentes para cumplir con la lógica en Cuyo, consigna TyC Sports.