En realidad, a finales de mayo ya se produjo un fuerte incremento en el precio del pan en distintas panaderías de la ciudad.
Todo es parte de una cadena de atrasos. El gobierno nacional introdujo en 2007 en el mercado un sistema de subsidios a través de los cuales buscó frenar la traslación al mercado interno del aumento del precio del trigo en el mercado internacional.
Pero desde hace nueve meses ese sistema de subvención, que administró la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca), reemplazada este año por la Unidad de Coordinación y Evaluación de Subsidios al Consumo (Ucesci), no se paga a los molinos que, así, entraron en descalabro financiero.
De ese modo, el precio testigo de la bolsa de harina subsidiada, que debía conseguirse a 52 pesos, se paga a cifras astronómicas, entre 80 y 110 pesos. Pero no sólo aumenta el costo, sino que además se suma un agravante, la provisión de ese insumo se ha visto seriamente comprometida.
El problema primero repercutió en los molinos chicos del interior, y ahora afecta a los grandes centros industriales. "El problema se está agudizando. El gobierno había prometido pagar los subsidios la semana pasada, y no pagó. Hay molinos que están esperando hace 9 meses por esos subsidios", explicó Dante Cauvet, presidente del Centro de Industriales Panaderos de Entre Ríos.
La situación se traduce en que periódicamente las panaderías aplican subas en el precio del pan, aunque eso no soluciona un problema de fondo: "Hay serios inconvenientes con el abastecimiento de harina".
Los cálculos que hacen los molineros hablan de que el atraso en el pago de subsidios llega a los harineros de 2.400 millones de pesos, sin que hasta la fecha se tenga certeza de cuándo el Gobierno nacional liberará el pago de esas subvenciones.
Cauvet contó que durante la última semana, industriales panaderos de todo el país mantuvieron reuniones con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, e incluso la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, pero que hasta ahora la solución no llega.
"En todo el país hay 110 molinos; el Gobierno acordó el pago de un sistema de subsidios que, al estar atrasados, generan graves inconvenientes financieros. Los más complicados son los molinos más chicos. Se desfinanciaron y se quedaron sin stock para entregar, por eso la complicación para abastecerse que tienen las panaderías", indicó a El Diario.