La historia de Díaz Bessone comenzó con una supuesta afección que derivo su traslado al Hospital Militar en noviembre de 2011. Luego de reiterados pedidos de los fiscales Gonzalo Stara y Mario Gambacorta, finalmente, el Tribunal Oral Federal (TOF) Nº 2 ordenó el traslado a Rosario del jefe máximo de la represión en esta zona, quien se encontraba internado en el Hospital militar de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Ante la orden, el defensor del imputado Gonzalo Miño, se opuso al traslado ordenado alegando que no había sido dado de alta y así se decidió oficiar al Hospital a los fines de que su director informara sobre Díaz Bessone.
La decisión fue apelada por la Fiscalía en el entendimiento de que resultaba innecesario que el director del Hospital informara si el imputado había sido dado de alta, ya que lo habían afirmado los médicos tratantes y a partir de los informes elaborados por éstos, el TOF 2 había ordenado el traslado mencionado.
Como era de esperar, el director informó que no era de su competencia la decisión de otorgar el alta y a la vez, se recibieron informes donde confirmaban que se había otorgado el alta a Díaz Bessone del Hospital Militar.
Puestos en conocimiento de la Fiscalía de estos nuevos informes se insistió en que el único lugar en que debía estar el imputado, era en su domicilio de Rosario cumpliendo prisión preventiva bajo la modalidad de domiciliaria. En este sentido los fiscales plantearon que "no había ninguna razón legal" para que el imputado no retorne a su lugar de detención, esto es, su domicilio en Rosario.
Esta semana, el TOF 2, declaró abstracta el recurso de la revocatoria interpuesto por la Fiscalía y ordenó el inmediato traslado de Díaz Bessone a Rosario. Pero antes de efectivizarse formalmente el traslado, se constató a través de las autoridades provinciales encargadas del control del imputado, el Patronato de Liberados que en dicho domicilio vivía otra persona que había alquilado otra propiedad.
El abogado Miño planteó entonces que su defendido tuvo que dejar ese inmueble, y se comprometió a fijar un nuevo domicilio en el mes de febrero, por lo cual pedía que se lo dejara pasar este mes en territorio bonaerense.
Ahora falta que el TOF 2 resuelva este punto: si le permite quedarse en Buenos Aires y en este caso en el Hospital o en su domicilio, o si por el contrario confirma su traslado a Rosario. Como telón de fondo está la violación a las condiciones de arresto domiciliario por no haber notificado al tribunal que iba a constituir nuevo domicilio en esta ciudad.
Consultado el fiscal de la causa, Gonzalo Stara sostuvo que no fue informado formalmente por el tribunal ni por las autoridades de la provincia de ésta situación y adelantó que evaluará las medidas a seguir, que podrían incluir la solicitud de revocación de la prisión domiciliaria, informó Rosario 12.