Una vez que el proyecto se convierta en ley, deberá aplicarse “en todos los comercios que entreguen bolsas a sus clientes para transporte de productos o mercaderías; los fabricantes, distribuidores e importadores de bolsas plásticas y de bolsas de residuos; las empresas, organismos públicos e instituciones que envían correspondencia en sobres plásticos a destinatarios con domicilio en la provincia; y las empresas u organismos encargados del servicio de higiene urbana”, según dice el texto al que accedió RecintoNet.
Chesini aclaró en su propuesta, presentada en 2008, que la ley no será aplicable “cuando por cuestiones de asepsia, las bolsas de polietileno y todo otro tipo de material plástico convencional deban ser utilizadas para contener alimentos o insumos húmedos elaborados o preelaborados, siempre y cuando no exista un sustituto de iguales características biodegradable”.
Además establece un plazo de casi dos años para que los comercios puedan adecuarse a esta normativa y reemplazar las bolsas de nylon por otras de material biodegradable pero advierte que “en todos los casos de incumplimiento, sin perjuicio de las sanciones que disponga la reglamentación de la presente ley, se procederá al decomiso de las bolsas de transporte no biodegradables”.
En sus fundamentos, Chesini advirtió que el plástico convencional cuando se desecha “permanece en el ambiente durante décadas o siglos dependiendo de la exposición a la luz ultravioleta y otros factores, y en muchos casos es imposible recogerlos.
Asimismo, “obstruye alcantarillas y drenajes, mata animales en la tierra, ríos y océanos, y ensucia las calles y playas, ha invadido todos los paisajes. En muchos casos son utilizadas como descartables dándoles una sola utilización generando de esta manera una masa de residuos no degradables que no se puede gestionar. Son consideradas un material muy práctico por su poco peso, resistencia, impermeabilidad a gases y al agua, transparencia y por su bajo costo”, marcó el legislador en su iniciativa.
“La proliferación del plástico es creciente y los basurales y rellenos sanitarios no dan abasto para contener tanta cantidad de este tipo de material”, señaló el senador
y subrayó que su proyecto tiene como fin “la eliminación de aquellos elementos no biodegradables de polietileno, polipropileno y otros polímeros artificiales, utilizados como método de embalaje y promover la utilización de bolsas que estén constituidas por material biodegradable”.
(Imagen: www.mundonews.com.ar)