Por Rubén Pagliotto*
Bancan dolores como el parto y llevan adelante luchas titánicas como la de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo. En fin, son capaces de todo, hasta de perder la vida por un hijo o un gran amor. Son eso mismo: la savia de la vida, esa leche que mamamos en el más infinito acto de amor y protección, ese desgarrador momento de dar a luz que bancan con proverbial estoicismo. Esas constructoras silenciosas del castillo que se levanta con los ladrillos que le arrojamos. Adelante mujeres y muy feliz merecido día!
*Presidente de la Sección Paraná del Colegio de Abogados de Entre Ríos.